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Biotecnología a debate

2002/04/26 Imaz Amiano, Eneko - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

El Centro de Iniciativas de Tolosa organiza anualmente las Jornadas Naturales Zumardi. Este año se está celebrando esta semana la charla que ofreció ayer la doctora Margarita Salas.

La doctora Margarita Salas es una prestigiosa genetista molecular. En definitiva, pionera en España en biología molecular. En sus inicios trabajó con Severo Ochoa, tanto en España como en EEUU. Actualmente trabaja en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. De hecho, ha trabajado durante muchos años con el fago Phi-29 (identificación de proteínas, expresión de síntesis de información genética, control de la expresión de proteínas…). Ha realizado una investigación básica con este bacteriofago, pero también han patentado una proteína muy útil para la amplificación de genes. Ha publicado numerosas obras y artículos.

En cualquier caso, el título de su conferencia es ‘XXI. Biotecnología del siglo XX’. En la conferencia se hizo un repaso de los principales estudios y trabajos de campo realizados en biotecnología en los últimos años. Se refiere especialmente al descubrimiento del genoma humano. Según él, ha sido un descubrimiento importante, pero consideró que el conocimiento de los genes es una información básica y destacó la necesidad de realizar estudios como la proteína que codifican estos genes para conseguir aplicaciones más precisas. Es decir, hay que saltar de la genómica a la proteómica, se ha saltado.

Por otro lado, consideró la biomedicina como la aplicación más importante de la biotecnología. Se mostró muy esperanzado por el valor que tendrá el saber qué enfermedades producen determinados genes y proteínas para curar o prevenir enfermedades. A modo de ejemplo, citó el estudio genético de los embriones previos al implante. De esta manera, los niños y niñas que estarían a punto de nacer sabrían cuál es la tendencia a padecer enfermedades genéticas y tendríamos la oportunidad de elegir los embriones adecuados o de tomar medidas para combatir o no la enfermedad desde el principio.

Por supuesto, aceptó que todavía hay tareas.

No tenía ninguna duda de que los embriones congelados deberían utilizarse para la investigación, ni siquiera para la clonación terapéutica. Sin embargo, respecto a la clonación reproductiva, manifestó su oposición, principalmente porque la tecnología actual no asegura que los niños clónicos sean sanos. En cualquier caso, además de la influencia de los genes en la naturaleza humana, afirmaba que el entorno también tiene mucho que ver.

Por último, destacó la necesidad de hacer un esfuerzo por aproximarse a la velocidad de la ciencia en relación con estas cuestiones, en lo que a legislación se refiere, y que no pueden ir tan por detrás. Y, además, cree que las instituciones públicas deben apoyar de forma inequívoca este tipo de investigaciones, ya que de lo contrario las empresas privadas obtendrán una gran ventaja y será muy difícil su puesta a nivel o el pago de patentes. En su opinión, si el consorcio público no hubiera obtenido subvenciones para el estudio del genoma humano, probablemente hoy en día los investigadores tendrían problemas para obtener datos sobre el genoma humano tan básico en biomedicina. En la actualidad, por ejemplo, un lote de células madre tan mencionado tiene un coste aproximado de 7.200 €, ya que está patentado por una empresa privada.

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