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Buenas noticias
Tanto desde el punto de vista científico como externo, no es difícil encontrar razones para ser pesimistas. Pero hay también rayos de luz que conviene recordar porque pueden ser un ejemplo para el futuro.
Una de ellas es la declaración firmada por algunas instituciones científicas europeas para promover la igualdad de género. El título de la declaración es “Declaración conjunta sobre el fomento de la equidad de género en la educación superior, la investigación y la innovación”, y los firmantes son once organizaciones galardonadas por las políticas de igualdad de género de la Unión Europea, entre las más destacadas de Europa. Entre ellos se encuentran el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), el Centro de Investigación Científica francés (CNRS) y la Universidad Rovira i Virgili de Cataluña.
En el texto, los firmantes reconocen la necesidad de seguir afrontando la discriminación de género para que la ciencia pueda responder a los retos sociales y económicos del futuro.
En el contexto internacional, la declaración ha cobrado un valor especial, ya que en Estados Unidos se adoptó una decisión justo en contra a principios de año: Por orden de la administración Trump, todos los programas relacionados con la diversidad, la equidad y la inclusividad han sido suspendidos.
Otra muy buena noticia, muy distinta, la han dado las vacunas. En ese sentido, el Gobierno estadounidense ha intentado recelar las vacunas, pero para fortalecer la confianza se han presentado datos concluyentes en dos estudios europeos, uno a largo plazo sobre la vacuna del papilomabirus (HPV) y otro más reciente sobre la vacuna del virus respiratorio sincitial (VRS). Las variantes más malignas del virus HPV son la principal causa del cáncer de cuello uterino y en Dinamarca se comenzó a vacunar a las jóvenes contra estas variantes en 2008. Posteriormente, la vacunación ha continuado y se ha extendido, lo que ha permitido que estas variantes del virus hayan sido prácticamente erradicadas.
El otro virus, VRS, causa bronquiolitis aguda en niños pequeños. En Euskadi, el año pasado vacunaron al 90% de los bebés prematuros, neonatos y menores de dos años con afecciones crónicas. El resultado ha sido claro: disminuyen un 50% los ingresos hospitalarios.
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