Estornino pinto, invasor de invierno en los campos
1996/11/01 Elosegi Irurtia, Migel M. Iturria: Elhuyar aldizkaria
Anochecer en la laguna de Pitillas. El tiempo es turbulento y los últimos rayos del sol han coloreado las nubes oscuras con morado. A distancia, una nube casi negra parece estar en movimiento vivo. Poco a poco nos vamos acercando y con el paladar, en lugar de la nube, nos damos cuenta de que es un enorme saldo de aves. Son miles los pájaros que vuelan juntos, moviendo al estilo de las ondas arriba y abajo o turbulencias en perfecta sincronía. Han empezado a planear frente al carrizal y, como alguien le hubiera mandado, han bajado todos juntos a la protección de la vegetación.
Los saldos de pimientos de Arabazo se pueden ver en todo el País Vasco durante la época invernal, pero además de estos invernantes, tenemos también algunos de los que son nidificantes. De hecho, hace unos 30 años que se comprobó la primera cría de esta especie en nuestro territorio y desde entonces se ha ido extendiendo continuamente de norte a sur. Así, aunque en pequeñas cantidades, en la actualidad ha llegado a llenar toda la vertiente cantábrica. Si pasamos a la zona mediterránea veremos más estorninos, pero de otra especie, los arabazos negros. Esta segunda especie se ha extendido en pocos años de forma sorprendente en el sur de nuestro país, y su distribución es complementaria de la granular. A ver si conseguimos no mezclar el estornino pinto con especies similares.
El mirlo tiene cierta similitud con el arabazo, pero se pueden distinguir fácilmente, sobre todo porque el mirlo es un poco más grande y tiene una cola más larga, y mientras camina el árabe lo hace a pie. La distinción entre estornino pinto ( Sturnus vulgaris ) y negro ( Sturnus unicolor ) no es tan fácil. Ambas son del mismo tamaño: 21,5 cm de longitud y 75-90 gramos de peso. El plumaje es similar.
Son muy oscuras, casi negras, decoradas con irisaciones y reflejos azules, verdes y llamativos morados. En la indumentaria invernal es fácil distinguir ambas especies, ya que las grumas (sobre todo las hembras) tienen pintas blancas en todo el cuerpo y las negras mucho menos. En el celo, por el contrario, el pícaro presenta pocas cicatrices blancas, por lo que se asemeja más al negro.
En cuanto a su naturaleza, los estorninos granulares son gregarios durante casi todo el año, pero estos espectaculares saldos de miles de unidades sólo se ven normalmente en invierno. Este pájaro, por su parte, es un cantante excéntrico. Tiene capacidad para emitir muchos sonidos diferentes y le gusta imitar canciones de otras especies. Estas curiosas aficiones tienen que ver con la reproducción, parece ser que los machos de una amplia gama de sonidos tienen más posibilidades de encontrar pareja.
Un pájaro rápido que ha sabido sacar provecho al ser humano y que ha conseguido extenderlo a todos los rincones: campos de cultivo, arbolado, zonas rurales, parques rurales, etc. El retroceso de los bosques y la proliferación de campos y campos de hierba han favorecido al arabazo. Otra de las razones del éxito de esta ave es su facilidad para aprovechar diferentes tipos de alimentos.
Explorando campos y campos de hierba, estos animales omnívoros encadenan insectos, semillas, frutos, etc. Estos grandes bandos invernales buscan restos de viñedo, olivo y, en general, de cosechas sobrantes. Su asociación en grupos tan grandes les permite llevar a cabo un trabajo apreciable en el control de los bichos, pero por la misma razón pueden llegar a producir destrozos en las cosechas.
La primavera es una época para reproducirse también para el pícaro Arabazo, por lo que buscará algún orificio para anidar. Aunque en la mayoría de los casos se opta por un orificio (y sobre todo el roble), puede elegir alternativamente entre un acantilado de roca, un nido artificial de madera o un hueco en algún edificio. Ejemplos de esta última son los nidos en una casa de Jaurrieta o en la iglesia de Kortezubi. Una vez en el interior, la hembra coloca unos 5 huevos.
Cabe destacar que la hembra de estornino, antes de poner los huevos en su nido, puede poner algún huevo en otro nido como el cuco. A diferencia de Kukua, luego saca su chitada. Además de lo que él puede crecer, puede dar su éxito dejando más huevos a un vecino, produciendo más crías. En cualquier caso, la incubación de estos huevos azules claros de 30 mm se prolonga entre 11 y 13 días. Estos pollos que nacen sin pluma y ciegos crecen rápidamente alimentados por invertebrados tan ricos en proteínas. De hecho, los primeros 12 días pasan de 5 gramos a 60 gramos y ya son capaces de volar a los 18-22 días.
A esta edad su coloración es bastante diferente a la de los adultos: el plumaje pardo sin discos y una coloración más clara en el paparo. A pesar de haber salido del nido, los padres se desplazarán los primeros días alrededor de las crías para dar comida y ayudar a avanzar. En la mayoría de los casos, los padres intentan sacar un segundo chitazo.
Al tratarse de migrantes parciales, el otoño coincide con la migración al sur de los árabes del norte de Europa. Los saldos de paso de este ave suelen ser especiales, ya que los pájaros suelen ir muy apretados. El voladizo también resulta curioso, ya que lo hacen recto y con fuertes aletazos, a una velocidad media de 34 km/h. Los cazadores conocían desde hace tiempo las costumbres y movimientos de este ave, y prueba de ello son los diferentes nombres que recibe en euskera: tordantxa, zozabarra, artxoxua, etc.
En cuanto a la distribución de esta ave, la podemos encontrar en casi toda Europa y, como ya se ha dicho, en los últimos años las poblaciones han crecido en extensión hacia el oeste. El ser humano, además, lo ha llevado a otros lugares y es un buen ejemplo del éxito de este animal. En 1890 y 91 se liberaron en Nueva York entre 120 y 160 árbitros pintos procedentes de Europa. Para 1950 se extendió por Estados Unidos y la población se estimó en torno a un millón de ejemplares.
Especie: Sturnus vulgaris |
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