Agujero negro en la vía láctea
2001/09/06 Elhuyar Zientzia
El
26 de octubre del año pasado, una pequeña y oscura mancha en la constelación de Sagitario de nuestra galaxia emitió al espacio una luz de rayos X corta y intensa. Esto dio a conocer a los físicos que podía tratarse de un agujero negro en la propia vía láctea. A pesar de que estos hablan una y otra vez de agujeros negros con total normalidad, hasta ahora nadie ha podido demostrar su existencia.
La longitud y localización de la emisión de rayos X de aquel día pueden ser una prueba importante de la existencia de un agujero negro en el corazón de nuestra galaxia, ya que, según el astrónomo Fulvio Melia de la Universidad de Arizona, no hay objetos conocidos que puedan emitir este tipo de luz en el universo. Según los expertos, este brillo podría haberse producido al absorber un cometa por el agujero negro.
Los astrónomos saben que la parte central de nuestra galaxia, conocida como A Sagitario, es 2.6 millones de veces más pesada que el sol. De ahí su brillo, que duró unas tres horas, con 10 minutos de descanso. El regreso 10 minutos después de que desapareciera el brillo daría cuenta del tamaño de A Sagitario, que tardó 10 minutos en recorrer esta zona. De ahí se deduce que esta zona tiene una anchura inferior a los 15 millones de km.
Según los astrofísicos, el agujero negro se produce cuando se comprime una enorme masa en un pequeño lugar, dando lugar a una zona de alta densidad. Este agujero negro que ha aparecido en la vía láctea ha sido muy importante. Sin embargo, a pesar de que esta observación ha dado una prueba muy sólida, han querido eliminar completamente la duda que ha surgido de otra fuente de esplendor y el próximo año Frederick Baganof, responsable de esta primera observación, ha anunciado en la revista Nature de esta semana su intención de reorientar el observatorio de Chandra hacia esta zona.
Gai honi buruzko eduki gehiago
Elhuyarrek garatutako teknologia