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¿La ciencia responderá a todas las preguntas?

2010/07/01 Arturo Elosegi Irurtia - Ekologiako katedradunaZientzia eta Teknologia Fakultatea. EHU Iturria: Elhuyar aldizkaria

¿La ciencia responderá a todas las preguntas? Eso me ha preguntado un periodista en una entrevista (porque la hemos hecho por correo electrónico). No he cogido buena traza. No sé si últimamente no estoy demasiado paranoico, pero tras esa pregunta me he planteado tres preguntas: una hecha de curiosidad, la segunda ignorancia y la tercera de desconocimiento. Intentaré responder a las tres.
¿La ciencia responderá a todas las preguntas?
01/07/2010 | Elosegi, Arturo | Departamento de Biología Vegetal y Ecología. Facultad de Ciencia y Tecnología. UPV/EHU.
(Foto: © Martín Konz/350RF)

Empezando por el ignorante. Los filósofos distinguen dos tipos de preguntas: las preguntas descriptivas o positivas y las preguntas normativas. Los positivos preguntan cómo funciona el mundo, buscan describirlo y los normativos preguntan cómo debería ser. La ciencia trata de dar respuesta a preguntas positivas, pero no a cuestiones normativas. Por ejemplo, la frase "infanticidio puede proporcionar en algunos casos ventajas evolutivas, por lo que en la naturaleza ocurre con cierta asiduidad" describe un comportamiento (infanticidio) que se da en la naturaleza y señala algunas razones evolutivas que han podido impulsarlo. Pero no juzga si esa conducta es buena o mala, si es moral o inmoral, porque son planteamientos normativos. Aunque esta distinción es muy importante, genera muchos malentendidos, ya que mucha gente tiende a mezclar lo natural y lo bueno. Parece que a los apologistas de la naturaleza y a los publicistas del yogur se les ha olvidado que hay pocas cosas más naturales que el dolor, el sufrimiento y la muerte. Además, hay quienes creen que los científicos, en cuanto que tienen más información, pueden aportar opiniones más cualificadas sobre cuestiones normativas. Esto es un error, ya que las opiniones vertidas por los científicos sobre ellos no son más valiosas que las de cualquier otro. Por lo tanto, este enfoque normativo, ético, etc., está fuera de la ciencia, aunque la ciencia pueda aportar información relevante para resolver problemas éticos.

Siguiendo con la curiosidad. Aunque nos limitamos a preguntas positivas, la ciencia nunca responderá a todas las preguntas. Menos mal que la vida sin preguntas equivale a una comida sin sal. El principal motivo para no responder a todas las preguntas es que cada respuesta suele traer muchas preguntas nuevas. Por ejemplo, ¿Qué somos? ¿De dónde venimos? A las preguntas, a las que muchos pensadores les dieron este tipo de trabajo, hemos respondido en el último siglo: somos primates homínidos, de gran similitud genética con los chimpancés, resultado de una evolución de más de tres mil millones de años, y venimos de África, tras un largo viaje lleno de incidentes. Estas respuestas, sin embargo, han generado otras mil preguntas más interesantes: ¿qué presión evolutiva provocó la divergencia entre nosotros y los linajes de los chimpancés? ¿Qué cambios genéticos tuvieron importancia? ¿Lo hicimos desde África a Europa, Oriente Medio o Gibraltar? Y muchos más. Hay que tener en cuenta que, a pesar de que las preguntas no se acaben, a pesar de que el número de preguntas aumenta, lo que sabemos crece constantemente, cada vez más rápido. Vamos dando respuestas a las preguntas. Y sí, sé ¿Qué somos? ¿De dónde venimos? algunos filósofos han querido dar un significado más metafórico, supuestamente más profundo. Pero creo que eso es hacer trampas para que la respuesta siempre esté en el aire cambiando constantemente la pregunta.

Si no quieres saber lo que se ha hecho. El otro significado que he percibido en la pregunta del periodista me perturba más, porque no quiere saber. Para algunos, la ciencia no sirve para responder a ciertas preguntas, no porque éstas dependan de los valores, sino porque el mundo tiene muchos rincones misteriosos que la ciencia oficial (como les gusta llamarse) no puede resolver en su estricto camino. Me refiero a los fenómenos paranormales, a las ciencias ocultas, al esoterismo, que sólo pueden sentir los grandes espíritus de especial sensibilidad, esos fenómenos que la ciencia vulgar y reduccionista nunca comprenderá en su simplicidad. Si el periodista ocultara algo parecido tras su pregunta, le diría que la ciencia, como todas las actividades humanas, es limitada y probablemente muchas cosas nos escapan, pero sin duda la resolución de las enfermedades que tiene la ciencia es aún más estricta, nunca la seudociencia. Tenemos muchos problemas sin resolver, pero estamos en el camino, con el procedimiento más fecundo para entender la realidad, con la práctica científica, con la iniciativa conjunta de miles de personas en todo el mundo. En ello se encuentran muchas de las personas más claras del mundo, gente repleta de imaginación, que vive el trabajo con una pasión real y en el ámbito más competitivo en el que se encuentra. Algunos de los resultados que ofrece la ciencia son revolucionarios y la mente se desmaya, por ejemplo, con la física cuántica. Pero además, la ciencia se juzga constantemente y aprende de los errores. Ese es el punto más fuerte que tiene la ciencia como iniciativa colectiva, es decir, juzga constantemente los resultados a través de procedimientos muy exigentes. A diferencia de los gurús de las ciencias paranormales.

¿Realmente crees que hay muchas preguntas positivas que la ciencia no puede responder? Y si la ciencia no responde, ¿qué o quién cree que les dará respuesta? ¿Aramis Fuster o Iker Jiménez?

Elosegi, Arturo
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