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¿Qué sujeta a los árboles?

2002/01/06 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

Los árboles forman todo el mundo y, además de mostrar su belleza, han descubierto que las investigaciones conservan curiosidades. Entre ellos destacan los estudios sobre la estructura de los árboles, los trabajos para determinar la edad de los mismos y el bosque formado por un único árbol descubierto por los estudios de ADN. ¡La gomita está extendida para quien quiera saber más!

El Ghost es uno de los árboles más antiguos del mundo.

La exposición al sol tiene una extraña influencia sobre las plantas. Los que los colocamos frente a la ventana de la cocina lo demuestran. Desde dónde se siente la luz, intentan avanzar hacia allí. Las plantas también luchan por atrapar la luz en el bosque. Es mejor atrapar los rayos dulces que quedarse en la tristeza de la sombra.

En esta competición, los árboles son los maestros. Algunos crecen para poder mirar por encima de cualquier otra planta del entorno, siempre pidiendo luz. Las ramas se extienden lo más alto posible y, algunas, colocan las hojas en los extremos para no hacerse sombra. La selva es un caso extremo en esta lucha. Las plantas se dividen en categorías para vivir, como si estuvieran en una casa de muchos pisos.

Los de los pisos superiores reciben directamente la luz del sol a unos 40 metros del suelo. Allí también se producen los mayores cambios de temperatura. El descenso reduce la luminosidad. La vegetación del suelo se ha adaptado a vivir de forma oscura. Los niveles intermedios también están llenos de vegetación, cada uno de ellos con su sitio.

Pilares naturales

Físicamente, se puede decir que esta enorme estructura de la selva está sostenida por los troncos de los árboles. Cada árbol tiene una estructura espectacular. ¿Cuál no se ha quedado nunca a gusto mirando un árbol? Además, no es necesario viajar hasta la Amazonía para encontrar grandes y espectaculares ejemplares. Casi todos los territorios cuentan con árboles altos y viejos. Muchos de ellos se han convertido, además, en símbolos de un territorio, como el árbol de Gernika. En la bandera canadiense los árboles también tienen un lugar especial.

En los bosques existe una fuerte competencia en la captura de rayos solares.

Entre los árboles altos, los más famosos son las secuoyas. Antiguamente estaban extendidos en una gran zona de Norteamérica, sobre todo en el oeste del continente. Para los colonos estos bosques fueron un gran descubrimiento, pero fueron destruidos en gran medida. La paradoja fue que la madera de las secuoyas no es muy útil. Se trata de una madera frágil y, por tanto, poco apta para fabricar utensilios y para construir casas. Debido a esta característica se salvaron algunas secuoyas pero otras fueron cortadas.

Por otro lado, estos árboles han aportado mucho dinero a los estadounidenses. Con la creación de los parques nacionales, las secuoyas más grandes encontradas fueron protegidas. Estos ejemplares eran muy grandes, los árboles más altos del mundo. Tras perforar el tronco de uno de estos, se construyó un túnel suficiente para pasar los coches. En la actualidad se trata de una atracción turística: Sequoia Park.

La secuoya más alta documentada se encuentra en este parque californiano de 112 metros. Pero hay otros muchos árboles en el mundo que destacan por su altura. Este pasado noviembre se ha dado a conocer un gigantesco eucalipto de Tasmania de 96 metros de altura. Para los amantes de los récords naturales hay que decir que es el más alto que se ha encontrado por el momento en el hemisferio sur.

Pero la historia también tiene algo que decir. En otras épocas se han documentado árboles más altos que los que tenemos actualmente. De entre ellos, que ahora sabemos, el mayor medido con precisión surge en Australia. Era un eucalipto de 143 metros medido en 1885. Antes, en Australia también se ha descrito un nuevo eucalipto que probablemente superaría los 150 metros, pero desgraciadamente no se ha recogido ninguna medición exacta de este árbol.

Gigante blai

Una planta gigante de este tipo tiene una enorme biomasa dividida en ramas. De hecho, en estas ramas se condensa gran cantidad de agua a través de las nieblas. Como las gotas se acumulan y caen al suelo, la vegetación circundante sobrevive con facilidad, aunque no llueva.

Normalmente, las plantas absorben el agua de las raíces, que a partir del tallo asciende hasta las hojas y desde allí se evapora a la atmósfera. Las plantas muy grandes, sin embargo, no tienen el mismo esquema. Durante los días húmedos, la niebla alrededor de las secuoyas es suficiente para evitar la evaporación que se produce a través de las hojas. Además, este sistema de abastecimiento de agua procedente de la atmósfera resulta muy efectivo. Por todo ello, es fácil entender que el mayor árbol del mundo sobrevive tanto tiempo.

Morir o vivir

Los árboles tienen una estructura interna formada por moléculas de glluosa colocadas una tras otra.

La edad de los árboles también merece atención. Sin duda, los seres vivos más antiguos son los árboles. Sin embargo, no es fácil demostrarlo. Es mucho más fácil de medir que la altura. Se sabe que la edad de los árboles se puede saber cortando el tronco y contando los anillos, pero surgen algunos problemas.

Para contabilizar los anillos no es necesario cortar el árbol por completo, es decir, no es necesario matarlo para saber tanto como se sabe. Mediante instrumentos especiales se pueden extraer fragmentos de tronco. Si se hace bien, no hay que hacer daño al árbol; en pocas semanas la herida se cierra y ese trozo de tronco vuelve a recuperarse. A veces, sin tomar muestras, se puede calcular la edad de un árbol a partir del espesor del propio tronco. Sin embargo, este método no suele ser muy preciso, ya que los anillos de los árboles de la misma especie no tienen la misma anchura.

Cada anillo es un "residuo" de madera abandonado en un año de la vida del árbol; los años no son iguales y, por tanto, la "señal" depositada en el tronco no es igual. En algunos años el árbol crece más o mejor que en otros. Si ha sido un año difícil para el crecimiento, el anillo que quedará será estrecho y en los años 'próspero' amplio. El buen o mal año de crecimiento depende de muchos factores, pero quizá el más influyente es el tiempo. Por tanto, en los troncos se pueden leer las tendencias del tiempo.

Pero hay otros datos que se pueden extraer del análisis de los anillos. El único problema es la interpretación. Existe un campo de la ciencia que se ocupa de ello: la dendrocronología. El análisis de un mismo intervalo de años en muchos árboles permite investigar las características del tramo.

Sin embargo, la dendrocronología tiene muchas limitaciones. Por un lado, los árboles de muchas latitudes no crean anillos. No es de extrañar. Hay que tener en cuenta que cuanto más cerca del ecuador, menos se separan las estaciones del año, y el invierno para formar anillos es imprescindible, ya que entonces se interrumpe el transporte de agua a las hojas. En esta pausa se "graba" los colores de los anillos. Al no producirse invierno en las regiones tropicales, no se forman anillos en los árboles.

¿Para vivir para siempre?

Los anillos de los troncos permiten conocer la edad del árbol.

En Tasmania hay un extraño ser vivo. En realidad tiene la forma de un montón de árboles viejos, pero los estudios científicos no lo dicen. Parece que todos los ejemplares tienen el mismo ADN. ¿Son árboles clonados? Los árboles y otros seres vivos complejos no crean clones de forma natural. Queda por tanto una sola explicación. Todo el 'bosque' es un ser único y muy antiguo. Se estima que tiene unos 4.600 años. ¿Cómo se ha medido? El análisis de los anillos en árboles tan mayores es poco fiable. Pero también se puede estudiar el polen fósil del árbol y calcular la edad aproximada.

Parece que los árboles deben crecer de forma continua mientras no se producen inundaciones o incendios. La mayoría de los organismos sufren vejez a partir de cierta edad. Esta edad tiene que ver, además, con la pérdida de la capacidad reproductiva. Si no se reproduce, este vivo no es 'útil' para la naturaleza. Pero parece que los árboles se multiplican y avanzan constantemente. ¿Es cierto? Los científicos afirman que no se conocen árboles mayores de 5.000 años como consecuencia de desastres naturales. Un buen tema para reflexionar, ¿no?

Permanecer de pie

En los árboles el tronco soporta un peso muy elevado. Por ello, debe estar compuesto por fibras rígidas. En animales grandes, el esqueleto cumple esta función. Las plantas han inventado otra solución. Las moléculas de glucosa están formadas por una estructura interna colocada una tras otra. En el hígado de los animales también existe una estructura para almacenar la glucosa y tenerla a mano cuando sea necesario. Pero esta sucesión de glucosa hepática no produce fibras rígidas. ¿En qué consiste la diferencia?

Consiste en asociar la diferencia entre moléculas de glucosa. Las moléculas tienen muchos 'brazos' de agarre. Mediante la utilización de uno de estos brazos se consigue una materia blanda que es fácilmente liberable. Se trata, por tanto, de un sistema excepcional para su uso como guardas. Sin embargo, al agarrarse a otro brazo, se forman fibras rectas y rígidas, y el aizkolari también suda mucho para cortarlo.

Publicado en el suplemento Natura de Gara.

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