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¿Por qué hablamos de plantas?

2010/03/06 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

María Luisa de Goenkale tenía costumbre de hablar a las plantas, pero no es la única; mucha gente tiene esa misma costumbre. Otros hablan al coche o al ordenador y hay quien discute con el GPS. No son comportamientos extraños, sino que en todas las culturas se observa una tendencia a hacerlo. Dos psicólogos de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Chicago han publicado ahora un artículo en el que se explica qué es lo que está ahí, en la revista científica Current Directions in Psychological Science.

Atribuir a las cosas características humanas se llama antropomorfización o humanización; el término "antropomorfización" fue inventado por el filósofo griego Xenofanes, al poner de manifiesto la similitud de los dioses con los creyentes: los dioses griegos tenían piel blanca y ojos claros, mientras que los africanos tenían piel y ojos oscuros.

Los autores del artículo consideran que la humanización tiene consecuencias importantes. Entre otras cosas, se debe una atención moral al ser, vivo o no, al que se le han dado características humanas y se cuida. Además, este humanizado se hace responsable de su comportamiento y, por tanto, merece un premio o castigo en función de lo que hace.

Tendemos a atribuir a los seres las características de las personas. Pero también hacemos lo contrario.

Por otro lado, los psicólogos han investigado qué humanizamos, porque no todos los seres son iguales. Así, los psicólogos han descubierto que uno de los factores que influye en ello es la similitud, es decir, si el ser de que se trate se asemeja a las personas en su comportamiento o apariencia física, tiene más posibilidades de ser humanizado que otro ser. Por ejemplo, humanizamos más fácilmente una planta (nace, crece y muere), un coche (se mueve) o un maniquí (de apariencia similar) que una nevera o un armario. Otro factor es la soledad: las personas con una relación social deficiente tienden a tomar las cosas o los animales como personas.

Incluye un aspecto práctico. De hecho, la Organización Meteorológica Mundial da nombre a los huracanes y a las tormentas. Al principio les ponían los nombres de los santos, de las novias de los pescadores y de los políticos que no les gustaban, y siguen con esa costumbre. Esto facilita la comunicación y ayuda a tomar medidas efectivas y a difundir la información, según los psicólogos.

Deshumanización

Los psicólogos también han analizado la tendencia contraria, es decir, la deshumanización, la consideración de las personas como cosas o como animales. Algunos ejemplos destacables son el realizado por los nazis con los judíos y el realizado por los soldados estadounidenses con los presos iraquí en Abu-Ghraib. En su opinión, estos ejemplos sugieren que los participantes se sienten partícipes de un grupo y se reúnen para enfrentarse al extraño. En estos casos, la tendencia a la deshumanización ayudaría a fortalecer el grupo.

Por lo tanto, los autores del artículo consideran que tener vínculos sociales estrechos es bueno para el individuo, pero que puede suponer una tendencia a la deshumanización y, por tanto, puede tener consecuencias negativas para los que están fuera del grupo.

En opinión de los psicólogos, para comprender las conductas de las personas es importante humanizar y deshumanizar, que ambos sigan investigando y terminan el artículo con un ejemplo ilustrativo. En 2008 se aprobaron dos proposiciones de ley en California. Con la segunda proposición de ley, las reses de las granjas tienen más espacio que hasta entonces, mientras que según la octava, a las parejas homosexuales les quitaron unos derechos que les equiparaban a las casadas. Oposición y repulsión al comportamiento humano.

Publicado en Gara

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