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¿Qué eres tú, mujer o hombre?

2004/08/22 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

¿Por qué me preguntas eso? ¿No es evidente? Tengo mamas, un culo amplio, una cintura estrecha y sin pelos en la cara. Aunque sea ciego, es perceptible por mi delgada voz. Entonces, ¿por qué esa duda?
Algunos están dispuestos a todo por ganar una medalla y a cambiar el sexo.

En los Juegos Olímpicos y pruebas deportivas importantes, esta pregunta no es rara. Entre los participantes en las pruebas femeninas, muchas veces hay deportistas que suscitan dudas. Y es que a algunos la apariencia física no les ayuda mucho: son musculosos, no les destacan los techos y tienen las caderas tan estrechas como un chico joven. Además, no sería la primera vez que un hombre participa en pruebas femeninas.

Un ejemplo es el polaco Stanislawa Walasiewics. Este deportista emigró a EEUU, donde se llamó Stella Walls. En los Juegos de 1932 ganó la medalla de oro en la carrera de 100 m y la plata en 1936. También fue el primero en recorrer esta distancia en menos de 11 segundos. Fue asesinado a tiros en 1980 y tras la autopsia se dieron cuenta de que era un hombre en realidad.

Controles de emiento

Para evitarlos se establecieron controles de emiento en los Juegos Olímpicos. En estos controles los participantes debían comprobar que eran mujeres para que nadie dispusiera de ventajas respecto a los demás. Ewa Klobukowska, también polaca, fue el primero que rechazó estos controles. Antes, en 1964 obtuvo la medalla de oro en la carrera de relevos y la de bronce en la carrera de 100 m.

¿Quién es XX y quién es XY?

Por otro lado, las dos hermanas soviéticas decidieron abandonar la competencia justo cuando se establecieron controles de empericidad. La primera era Tamara Press, con dos medallas de oro, ganadas en el lanzamiento de peso en 1960 y en el disparo en 1964. La hermana Irina también tenía dos medallas de oro, ya que en 1960 consiguió la primera plaza de los pentatlones en la carrera de barrera de 80 m.

En la década de 1960 se hacían observaciones directas para comprobar el sexo, pero muchos deportistas se quejaron porque les parecía una prueba ofensiva. Además, los deportistas varones podían eliminar características externas mediante operaciones quirúrgicas.

Por ello, a partir de los juegos de invierno de Grenoble comenzaron a realizar un sencillo estudio cromosómico. Para detectar los XX cromosomas, se tomaban células de la mucosa bucal y se observaba si eran mujeres o no. El resultado de este test fue dudoso y sólo en los casos se utilizaba el examen ginecológico. En 1992 se implantaron los estudios genéticos de ADN.

Sin embargo, las pruebas de acreditación de sexo siempre han sido discutidas, ya que los resultados no siempre son claros. Por ejemplo, en los tests de detección del cromosoma XX los que tenían un único cromosoma X daban un resultado negativo y, aunque no tenían ninguna ventaja respecto a otras mujeres, perdían el derecho a participar. También podría ocurrir lo contrario: Un hombre con cromosomas XXY podía participar en pruebas femeninas por tener dos X.

A veces no es fácil ver si es mujer o hombre.

Pero... ¿puede pasar eso? ¿Puede tener una X o una XXY? ¿Los cromosomas sexuales no siempre son XX o XY?

No es tan sencillo

Para su fácil explicación, el hombre tiene 23 pares de cromosomas y uno define el sexo. Este par de cromosomas tiene dos opciones: XX o XY. El par XX es femenino y el XY masculino. No es difícil, ¿no?

Los óvulos y espermatozoides se forman separando los pares de cromosomas. En las mujeres todos los óvulos tienen un cromosoma X. En los hombres, la mitad de los espermatozoides son cromosómicos X y el resto son de Y. Así, cuando el óvulo y el espermatozoide se juntan, el espermatozoide decide si el niño que se va a formar será hembra o macho: si el espermatozoide lleva X, nacerá XX, hembra, y si lleva Y, XY, ar.

Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, la cuestión no es tan simple, y al igual que en otras pares de cromosomas se producen errores, también se producen a la par del cromosoma sexual. Por ejemplo, en el caso del síndrome de Down, a la altura del cromosoma 21 hay tres cromosomas en lugar de dos. A veces no hay dos cromosomas a la altura que define el sexo, puede haber uno, tres, cuatro e incluso cinco. Una de cada mil mujeres tiene cromosomas XXX (Trisomía X) y una de cada mil hombres tiene XXY (Síndrome de Klinefelter).

Los deportistas realizan numerosas pruebas.

Además, aunque con dos cromosomas y los cromosomas manden un sexo, las características externas pueden ser inversas. Por lo tanto, una persona que se considera mujer, a pesar de los grandes senos y la alegría, puede tener cromosomas XY, y si no se hace un estudio genético, no tendrá conocimiento de ello.

Ante la confusión de la cuestión, antes de los Juegos de 2000 se suspendieron las pruebas de acreditación de sexo. Se decidió que las ventajas ilegales se podían detectar en los controles de doping.

Además, en los Juegos de Atenas, por primera vez, los transexuales tendrán derecho a participar, siempre que hayan transcurrido al menos dos años desde el cambio sexual, hayan realizado tratamiento hormonal y el cambio esté legalmente reconocido. Sean los cromosomas, ¡que gane el mejor!

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