Para ver bien tanto el remoto como el cercano
2006/05/03 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
De hecho, con el paso de los años, la capa externa del ojo pierde flexibilidad, lo que dificulta el cambio de foco desde objetos lejanos a los más cercanos. Para solucionarlo la gente utiliza gafas de doble foco. Para ver los objetos próximos hay que mirar por la parte inferior de la lente y por la superior para ver los lejanos.
Estas gafas no son de hoy, XVIII. Fue inventada por Benjamin Franklin en el siglo XX. Pero tienen el inconveniente de que la línea que separa las dos lentes es muy evidente y estéticamente no es bonita. Además, hay que mover los ojos arriba y abajo, a qué distancia está lo que se quiere ver. Esto genera dolor de cabeza y fatiga para muchos.
En la actualidad existen gafas de cristal progresivo en las que no se aprecia la separación entre partes de lentes. Además, para poder verlo de lejos a cerca, tienen varias lentes seguidas, todas juntas, de manera que son útiles para diferenciar las que están a una distancia intermedia.
Pero en desacuerdo con ello, los investigadores han seguido trabajando en busca de gafas que enfoque automáticamente. Ahora parece que han cumplido su objetivo en la Universidad de Arizona.
Cristal líquido electrónico
El aspecto de las gafas no es muy atractivo, pero el cristal es realmente bueno para los que tienen fatiga visual.
(Foto: Universidad de Arizona )
Es evidente que los investigadores han hecho más esfuerzo en óptica que en diseño, ya que las gafas no son muy buenas. Eso sí, los cristales son realmente especiales, ya que tienen la capacidad de adaptar el foco. Para conseguirlo, entre dos capas de cristal simple, tienen otra de cristal líquido. Esta capa central, por su parte, tiene electrodos diminutos transparentes en los círculos concéntricos, que son los encargados de controlar las características ópticas del cristal.
El cristal líquido es semisólido, semilíquido, y la configuración de las moléculas que lo forman cambia al aplicar corriente eléctrica. Los investigadores han aprovechado esta característica para obtener la configuración deseada mediante una pequeña corriente eléctrica. De esta forma, cuando las gafas están apagadas, sirven para verlo a distancia y cuando están encendidas, para verlo cerca.
A la izquierda se ve la imagen cercana con las gafas apagadas. A la derecha cuando están encendidas.
(Foto: U. Arizona)
En la Universidad se han realizado numerosas pruebas tanto a través del ordenador como de personas, con resultados muy satisfactorios. Por lo tanto, están pensando en comercializarlo y ya han dado los primeros pasos para salir a la calle.
Sin embargo, pretenden mejorar aún más los cristales para que funcionen como las funciones autofocus de las cámaras fotográficas. Los clientes pueden tener bastantes. ¡A ver si además de ser buenos, consiguen ser baratos y bonitos!
Publicado en Deia.