"La red conseguida a través de la UEU ha sido muy importante para mí, tanto a nivel personal como académico"

"La red conseguida a través de la UEU ha sido muy importante para mí, tanto a nivel personal como académico"
Soy profesor de informática y soy investigador del Grupo Ixa en el procesamiento del lenguaje. En eso estoy y quiero llevar la mayor parte del tiempo. En los últimos tres años he sido vicedecana de Acción Exterior; he dirigido a la asociación Langune y al equipo directivo de la UEU. Ahora he dejado la Vicedecana y la de Langune para poder asumir el cargo de director de la UEU y continuar con los trabajos que tengo aquí. Así, la docencia, la investigación y la administración compaginan las tres áreas.
Estoy en el Grupo Ixa y la única línea es el procesamiento del lenguaje escrito. Nosotros no trabajamos con el habla; en todo caso, lo hacemos por escrito y trabajamos con ello. Dentro del texto escrito hay varios campos, algunos son de alguna manera problemas simples de ingeniería, como la corrección ortográfica, y otros pueden ser más complejos.
Pronto hará veinte años. Ixa acaba de cumplir 25 años y se sacaron dos tesis para fundar en Xuxe. Una fue la tesis informática y otra la realizada por Mirian Urkia de UZEI. Fuimos juntos haciendo la tesis y acabamos casi a la vez. Nació en Xuxe y tuvo éxito, y ahora está haciendo su camino.
Sí, bueno, si es fácil, pero no muy fácil. Y es que cuando parece que una palabra está equivocada, no es fácil decidir si está bien o mal. Y en caso de error, cuál puede ser la palabra más adecuada para sustituirla. No es fácil y por eso no permites decidir la máquina al 100%. Es decir, aunque conceptualmente sea más sencillo, no está totalmente resuelto. Pero eso es más fácil que la traducción automática.
En los últimos años estamos bastante involucrados. Ahora tenemos un proyecto en Europa, lo lleva Kepa Sarasola y yo estoy en grupo. Se llama QTLeap: Quality Translation by Deep Language Engineering Approaches. En la traducción automática, los sistemas estadísticos son los que se han impuesto, uno de los más conocidos es Google Translate, pero nuestro camino no es el mismo. Lo que pasa es que hacer un sistema básico es sencillo siguiendo el camino del software libre. Esta técnica se desarrolló en los laboratorios IBM, se publicó después, y aunque en un principio la gente miraba con desconfianza, ahora se ha impuesto y casi ha llevado todo lo demás por delante.
Pero ahora la tendencia ha cambiado. Parece que este camino ha alcanzado su cima. Por tanto, tenemos que volver al conocimiento lingüístico y, de alguna manera, combinar conocimiento lingüístico y estadística.
Eso es. Otra línea fuerte que tenemos en el grupo es la semántica, relacionada con Wikipedia y WordNet. WordNet es una ontología mundial ideada en la Universidad Princeton de Estados Unidos. Tiene hiperónimos, homónimos, sinónimos, etc. y en esta ontología se incluye la relación entre palabras, pero no en una lengua concreta, sino entre conceptos abstractos, formando grupos de significados. Esto se mapeó inicialmente en inglés y luego se ha hecho en otras muchas lenguas, incluso en euskera.
El mayor problema es la ambigüedad, y en nuestro grupo tenemos buenos especialistas en la desambiguación semántica, es decir, a decidir qué significa una palabra en su contexto.
En relación a la semántica, hemos estado en un par de proyectos europeos y, en general, nos dedicamos a la extracción de información, es decir, a convertir la información no estructurada que aparece en el texto en información estructurada. Esto permite encontrar otros textos que puedan contener información similar a un texto concreto.
Y el último gran bloque sería las herramientas relacionadas con la enseñanza. Tenemos un subgrupo en el que tratamos de simplificar las herramientas que desarrollamos para que sirvan en la enseñanza.
El bertsolarismo es para nosotros un problema bonito, un reto. Es un problema de inteligencia artificial relacionado con la cultura local y el reto es que un robot muestre el comportamiento de un bertsolari. Y en eso estamos. Hay dos tesis en esta línea, una va por la vía de la interacción, es decir, dirigida a programar la voz, los gestos, la música y los silencios, y otra a crear el verso. La estrategia que estamos probando está basada en la traducción automática. Supongamos que todas las partes están traducidas; para traducir una nueva frase hay que buscar las partes traducidas y coserlas entre sí, según la sintaxis, etc. Pues queremos hacer lo mismo con los versos: tenemos una gran colección de versos y, con los versos adecuados, los coseamos juntos de la manera más coherente posible.
En definitiva, lo que hacemos con el robot bertsolari es, por un lado, probar nuevas estrategias y, por otro, combinarlas con la inteligencia artificial y otras áreas. Por otro lado, vemos que despierta mucho más interés social que otros temas, por lo que nos sirve también para divulgar.
Sí, por ejemplo, en la traducción automática están trabajando muchos grupos, se hacen congresos, se publican muchos trabajos... Pero otros ámbitos también son importantes. Por ejemplo, para nosotros son muy importantes las lenguas minoritarias. Aquí hay una comunidad, SALTMIL (Speech And Language Technology for Minority Languages), y el equipo directivo está formado por Kepa Sarasola. De ahí se impulsan investigaciones, se comparten recursos, se organizan congresos y encuentros... con el objetivo de promover el desarrollo tecnológico de lenguas minoritarias.
Hablamos de quechua y aimara, pero no es fácil. Muchas veces ocurre en estos territorios: los jóvenes valientes comienzan a trabajar, a veces también consiguen apoyos, pero luego, a menudo, van a trabajar a sitios más grandes y dejan el trabajo que estaban haciendo. Sin embargo, hemos trabajado en colaboración con la Universidad de Cuzco, tenemos una colaboración en sistemas de enseñanza con Cuba, en México hemos realizado recientemente contactos con la lengua nahuatl... Nuestro objetivo es compartir nuestra experiencia con el euskera y, en la medida de lo posible, ayudar a los demás.
Sin duda. Creemos que ellos deben liderar su proceso, pero queremos ofrecerles nuestra experiencia porque puede ser útil. El principal problema que hemos encontrado no es tecnológico, sino sociolingüístico, sobre todo falta de estandarización.
A la vista de ello, creo que se ha elogiado el proceso de creación del euskara batua y de la lengua estándar. Ahora algunos hablan contra el euskera unificado y dicen que hay que impulsar los dialectos, etc. Y tienen sus motivos, pero hay que decir lo contrario: sin estándares, no hay futuro para una lengua escrita. Cuando vas al exterior te das cuenta de lo importante que es, por eso a mí me gusta subrayar.
Entraría en 1984, de la mano de Kepa Sarasola, siendo euskaldun berri. Y siempre he tenido una gran adhesión: he hecho grandes amigos, he aprendido mucho y la red conseguida a través de la UEU ha sido muy importante para mí, tanto a nivel personal como académico.
Sí, con el tiempo su función ha ido cambiando. Tiene 41 años, cuando se fundó la UPV no existía y en la universidad no había nada en euskera. Había profesores que impartían sus temas en euskera, pero a nivel organizado no había nada. Entonces se creó la UEU y Karlos Santamaría dio el primer paso para crear esta universidad que teorizó. Es decir, el vasco, que reconocía la territorialidad y todo eso. Ahí Elhuyar también tuvo parte de culpa...
Se convirtió así en un referente de la universidad vasca. Con los cursos de verano, ofreció un espacio para la realización de las prácticas, ya que muchos de los profesores que impartían las clases eran estudiantes, o nuevos profesores sin formar. También realizó la editorial, fue agente generador de material, terminología y contenido, y un oasis para vivir en euskera.
[Con una sonrisa muy amplia] Recuerdo que al principio estuvo en Baiona y Biarritz, sobre todo en Baiona. Y luego, durante muchos años, los cursos de verano eran uno de los puntos de referencia de los militantes vascos en Pamplona. Muchos euskaldunberris iban a practicar allí.
Esta fue una fase relativamente larga, pero poco a poco se puso en marcha un proceso de euskaldunización en las universidades convencionales y, sobre todo, en la UPV/EHU, en el que los alumnos tuvieron una mayor oportunidad de aprender euskera. Por lo tanto, a medida que estudiaban euskera, la oferta de la UEU no era muy interesante para ellos. Por lo tanto, hubo una evolución que comenzó a dar otro contenido en los cursos de verano, complementario al que se impartía en la universidad, para atraer a la gente.
Tras un tiempo, se observó que en los cursos de verano se reunían menos personas que antes, y que era necesario ampliar la oferta a todo el año, en línea con la formación continua o a lo largo de toda la vida. Paralelamente, se llevó a cabo una labor de compactación en las diferentes áreas de conocimiento, como es el caso de la reunión de informáticos, o de las ciencias naturales que ha existido recientemente. Este tipo de acciones se han llevado a cabo a lo largo de todo el año y se han impartido cursos ininterrumpidos. Continuamos con los cursos de verano, pero con otra perspectiva y además se trabaja todo el año. Ese ha sido el segundo paso.
Pues el tercero ya ha empezado y es ofrecer cursos online. No sólo para la formación a lo largo de toda la vida, sino también para los grados y postgrados. Esto coincide con nuestra línea estratégica de creación de la Universidad Vasca, que creemos que todavía no se ha conseguido.
En este ámbito estratégico hay un gran vacío. En el aprendizaje presencial, a través de la UPV/EHU y de Mondragon Unibertsitatea, existe la posibilidad, pero no hay nada en el aprendizaje no presencial o online. Eso está sin transferir, han pasado muchos años desde que las universidades comenzaron a euskaldunizarse y no se ha dado ningún paso.
Hace unos diez años, la UEU realizó con el Gobierno Vasco y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), pero no salió adelante. Ahora estamos trabajando con la Diputación Foral de Gipuzkoa una propuesta que sólo la UEU no podrá hacer, pero la idea es que dentro de dos o tres años haya algo en marcha, ofreciendo grados y postgrados oficiales. Ahora la UEU no puede dar grado oficial, pero para nosotros es estratégica y estamos trabajando para conseguirlo. Debemos socializar esta necesidad, ya que no es posible que no haya nada, sobre todo cuando cada vez es más importante tener la oportunidad de recibir formación para toda la vida.
A largo plazo, lo ideal sería crear un UOC en Euskal Herria. La UNED es una universidad remota, su nombre lo indica; UOC es abierta, oberta, y nosotros decimos online, de alguna manera, para indicar la conexión entre profesorado y alumnado. Queremos utilizar la tecnología para que el alumno esté cerca, aunque físicamente esté lejos, porque esa cercanía es muy importante, sobre todo en los estudios largos. Es imprescindible crear una dinámica para enganchar al alumno y animarle a continuar sus estudios. Ese es nuestro objetivo.
Hay tres o cuatro años pensando en una reunión de jóvenes investigadores, pero no hemos podido llevarla a cabo por problemas económicos. Ahora se trata de celebrarlo en primavera de 2015, junto con otros, y hacerlo cada dos o tres años para recuperar el espíritu del internado de la UEU inicial. De hecho, hay muchos jóvenes investigadores vascos en centros de investigación, universidades y empresas, repartidos por todo el mundo, pero creo que les pasa lo que a nosotros nos pasaba: tienen relación con su área y con los de su entorno, pero no tienen una red con otros conocimientos. Queremos ayudarles a crear esta red.
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