Transgénicos para una boca sana
2005/01/09 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
La organización estadounidense encargada de los medicamentos y los alimentos ha autorizado a una compañía local a seguir desarrollando el método que han ideado para eliminar la caries. Esto supone que en breve se iniciarán las pruebas clínicas para probar su técnica. ¿En qué se basa esta técnica?
El problema es que las bacterias presentes en la boca del hombre tienen que ver directamente con la formación de la caries. Una de estas bacterias es Streptococcus mutans, que se alimenta del azúcar que contienen los alimentos que comemos. Hasta ahí no hay inconveniente. Pero cuando come azúcar queda como residuo el ácido láctico, que ataca el esmalte de los dientes. Una vez dañado el esmalte, el resto de bacterias se introducen fácilmente en el diente y dañan la dentina. Así surge la caries.
Para combatirlo, los investigadores han creado un Streptococcus especial. Mediante la transformación de la bacteria original, una vez metabolizado el azúcar han obtenido una bacteria que sustituye al ácido láctico por otra sustancia. Esta sustancia, llamada mutacina 1140, se caracteriza por no causar daño alguno al esmalte del diente. Es más, 1140 mata a las bacterias no transgénicas que son las primeras culpables de la caries.
La introducción de la bacteria transgénica en la boca de las personas representa a los agentes de la caries, eliminando así el riesgo de caries. Esa es, al menos, la opinión de los investigadores, y en ello se basa la nueva técnica que proponen para prevenir la caries.
Pruebas de laboratorio
Para probar la eficacia y seguridad de las bacterias transgénicas, los investigadores han realizado numerosas pruebas, pero siempre en animales. Comenzaron hace 30 años y sobre todo en las ratas han visto las consecuencias de introducir estas bacterias en la boca.
Por ejemplo, en una de estas pruebas las ratas se dividieron en tres grupos. A los del primer grupo se les introdujeron en la boca los Streptococcus mutans normales que producen muchos ácidos lácticos y pocos compuestos no ácidos. En el segundo grupo se introdujeron bacterias genéticamente modificadas para evitar la formación de ácido láctico. Para finalizar, el tercer grupo quedó sin infectar como control.
Tras ocho semanas alimentándose con comida que contenía azúcar, se analizaron cuidadosamente las bocas de las ratas. La idea era ver hasta qué punto los dientes estaban dañados. Y el resultado era que los infectados con bacterias transgénicas tenían una boca más sana que los demás. Además, se comprobó que las bacterias transgénicas sustituyeron a las originales, pero que no afectan a otro tipo de bacterias presentes en la boca.
Siguiente paso
Ahora, la compañía que trabaja con la bacteria quiere probar su influencia en las personas. Tras recibir el visto bueno de la entidad que otorga las autorizaciones para la realización de las pruebas clínicas, están disponibles para iniciar las mismas. Sin embargo, quieren actuar con prudencia para evitar problemas de seguridad. Por ello, la bacteria inyectada será especial y necesita de un aminoácido no presente en la boca de los humanos. Por lo tanto, los participantes en la prueba también tendrán que tomar ese aminoácido para que las bacterias vivan. Si pasaran a la boca de otro no podrían sobrevivir, ya que allí no encontrarían ese aminoácido.
Si se obtienen buenos resultados, las pruebas se realizarán con bacterias transgénicas sin esa característica que le han aplicado para garantizar la seguridad. Por otro lado, la compañía ha anunciado la asistencia a la sesión tanto de las personas infectadas como de sus parejas para comprobar si existe o no transmisión. Es decir, si las bacterias transgénicas pasan de la boca a la otra, por ejemplo a través de los besos.
Solicitar autorización para besar
Esta última cuestión ha generado discusiones y bromas. Y es que en EE.UU. y Europa hay una visión contraria de los transgénicos en general: En EEUU aceptan transgénicos sin problemas, mientras que en Europa no están nada bien vistos.
Sabiendo esto, ha venido a la cabeza la siguiente pregunta: ¿una persona con bacterias transgénicas en la boca debería avisar antes de besar a alguien? Parece una pregunta ingenua, pero pone de manifiesto que, si se permite la expansión de los transgénicos, puede haber riesgo de extenderse a todo el mundo. ¿Qué consecuencias tendría? Puede ser el tema de un cuento de ciencia ficción. Sin embargo, el deseo de la compañía es que la técnica salga en el plazo de 4-5 años. Parece que a partir de entonces no tendremos que preocuparnos de la caries.
Última pregunta: ¿de qué vivirán entonces los dentistas?
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