Nuevos sistemas telefónicos
1992/11/01 Otaolaurretxi, Jon Iturria: Elhuyar aldizkaria
Teléfono de la imagen
El “bisiófono”, que además de la palabra transmite las imágenes de los entrevistados, se estrenó en 1983 como experimento de Biarritz. El programa “Elhuyar” de 1986. En el número 4 “Zientzia eta Teknika” se expuso ampliamente en el artículo realizado por Xabier Barandiaran y Joxerra Aizpurua.
Mediante este ensayo se ha demostrado que el sistema funciona técnicamente, pero por un motivo no ha tenido continuidad. De hecho, la red construida en Biarritz transmite las imágenes a través de señales analógicas y actualmente los ingenieros tienen preparada una red de transmisión numérica mucho más avanzada. Además de la red numérica, además de la transmisión de imágenes, se ofrecen otros servicios telemáticos: telecopia, minitel, transmisión de imágenes generadas por ordenador, etc.
En Francia la red numérica ha sido denominada “Numéris” y el bisiófono se extenderá por ella. En un plazo de cinco años quieren mantener la red en funcionamiento en todo el estado, para lo que se buscan 5.000 libras o 100.000 pesetas de aparatos. Los ingenieros tienen el suficiente trabajo para que el visiófono esté al alcance de todos, ya que el coste de los prototipos realizados hasta la fecha ha sido de 200.000 libras o 4.000.000 de pesetas.
Teléfono en trenes y aviones
Desde hace casi tres años se han instalado en Francia más de 280 cabinas en los Trenes de Alta Velocidad: Hacia 185 en el TAV atlántico y 95 en el mediterráneo. Si durante estos trenes llama por teléfono, le costará 15 libras (o 300 pesetas) por minuto.
Esto parece barato comparado con sus tarifas en avión. British Airways, por ejemplo, tiene instalados desde 1989 sus teléfonos en sus Boeing 747 aviones y 70 libras por minuto (o 1.400 pesetas) cobra.
Hay que aclarar que en los viajes intercontinentales se utilizan satélites para poder hablar por teléfono desde el avión. El sistema de radio montado en avión y las antenas de fuselaje envían señales al satélite Atlantique-Est de Inmarsat, financiado por 53 estados. El satélite está asociado a la central situada en Goonilly, Gran Bretaña, a la que envía la identidad del avión, el número de la tarjeta de crédito del cliente y el número de teléfono al que hay que realizar la llamada.
Aunque la tarifa es cara, no hay que olvidar que hay que utilizar el satélite y las estaciones terrestres que suman una veintena. Estas estaciones cuentan con potentes amplificadores y antenas parabólicas de 15 metros de diámetro para recibir y emitir señales procedentes de 36.000 kilómetros.
Sin embargo, los especialistas sólo quieren utilizar las comunicaciones vía satélite para transmisiones intercontinentales porque no hay otra solución. En el proyecto denominado “Satellite Aircom”, OTC australiano, “Telecom” francés, “Téléglobe” canadiense y la Asociación Internacional de Telecomunicaciones Aeronáuticas se cuatro satélites Inmarsat que abarcan todo el mundo.
Para el teléfono de los aviones que circulan por el continente, desde el año 1984 utilizan otro sistema en Norteamérica. En Estados Unidos hay cerca de 600 aviones con teléfono público. En el suelo hay 68 estaciones diseminadas y el emisor receptor del avión elige la estación terrestre que tiene en cada momento en el sentido del viaje y que le asegura una conversación de al menos diez minutos. En el avión no es necesario un equipamiento muy caro, ya que basta con llegar la señal a unos 250 km. Las estaciones de la Tierra, que requieren relés de 40 vatios de media y antenas clásicas, también son normales. Por eso los aviones no tienen tarifas caras: los tres primeros minutos 500 pts (o 25 libras) y los siguientes 160 pts (8 libras) por minuto.
En Europa las compañías British Airways, Air-France, Air-Inter y SAS están construyendo una red similar. Para ello disponen de unas doce estaciones en Gran Bretaña y Francia que recogen señales de hasta 240 kilómetros.
Teléfono en automóviles
Aunque el teléfono del tren y el avión parece un lujo, los teléfonos de los automóviles se consideran algo normal. Cada vez hay más teléfonos de radio en los automóviles y el mercado no puede negarse.
Sin embargo, cuando el número de abonados en una ciudad es elevado, las interferencias aumentan. Para solucionar el problema de la acumulación de ondas, en Francia los territorios fueron divididos en 1985, dotando a cada uno de ellos de una banda de frecuencias diferente. Sin embargo, si muchos teléfonos de radio están en un lugar pequeño, como en París, las frecuencias están saturadas. Por ello, en París han rechazado dos años más de abonados y hace dos años tuvieron que poner en marcha la red de alta densidad.
A través del radioteléfono celular europeo que comenzó a funcionar el año pasado se espera superar estas barreras. A través de esta red se podrá llamar por teléfono desde cualquier vehículo que circule por Europa a cualquier punto de Europa. El sistema bautizado como GSM podrá contener hasta quince millones de abonados. A diferencia de la red de radio clásica en el sistema GSM, pueden existir tres comunicaciones simultáneas en una frecuencia. El mecanismo denominado TDMA (Time Division Multiple Acces) permite el paso alternativo de tres comunicaciones en una determinada frecuencia. El aparato consta de codificador y decodificador para convertir la voz humana en señal numérica (0 o 1, señal binaria) y viceversa.
Con TDMA el tiempo de utilización de la frecuencia se divide en intervalos de 6,7 milésimas por segundo y las señales de tres comunicaciones se envían alternativamente. A una comunicación, por lo tanto, se intercalan pausas de 13,4 segundos, pero el decodificador aprovecha estas pausas para convertir las señales de mensaje en sonidos. Por lo tanto, el oyente no percibe interrupciones.
En la red GSM que agrupa a 17 estados se prevé la división de Europa en muchas zonas o células. Cada célula tendrá una subfrecuencia tomada de la banda de 900 MHz y se espera que transcurran unos años para poner en marcha toda la red.
En Norteamérica también quieren poner en marcha una red similar a la europea, pero quizá con una innovación. Un sistema ideado por la empresa californiana “Qualcom” cuestiona a las empresas norteamericanas de telecomunicaciones. Se llama CDMA (Code Dgital Multiply Access) y se pueden realizar en la misma frecuencia y simultáneamente hasta veinte comunicaciones. Consiste básicamente en asignar un código personal a cada teléfono de radio, es decir, una palabra numerada que ofrece acceso cuando se realiza la llamada. El relé que une a dos personas que hablan “marca” con ese código las señales de esa conversación y los dos aparatos sólo las descodifican. Gracias a este sistema, de hecho, toda la red del teléfono de radio funcionaría con una sola frecuencia, pero las veinte comunicaciones simultáneas ordenadas por “Qualcom” todavía se encuentran en pruebas.
Teléfono en el bolsillo peatonal
Si al pasear por la calle se te ocurre llamar a alguien, ahora hay que hablar por una cabina o un bar. En el Strasburg de Alsacia, sin embargo, los peatones tienen otra oportunidad. Desde el año pasado, distribuidos por toda la ciudad, disponen de 750 puntos fijos de teléfono para que los peatones puedan hablar desde el teléfono “Pointel” que llevan encima (tamaño de una calculadora pequeña). La red utiliza una banda de 864 y 868 MHz y el peatón puede distanciarse hasta 200 metros del punto fijo, pudiendo hablar con cualquiera de los lugares en los que se encuentre.
El precio del aparato es de 30.000 pts. o 1.500 libras y cada abonado dispondrá de un código que le permitirá acceder a la red y posteriormente cobrar las compañías. En París, un año más, se pretende instalar 1.500 puntos fijos distribuidos por toda la ciudad y se espera que para 1995 el sistema se amplíe a muchas otras ciudades.
Teléfono mundial
La casa norteamericana Motorola ha preparado un proyecto llamado Iridium para desarrollar una red mundial de radioteléfonos. Para ello quiere colocar 77 satélites a 750 kilómetros de altitud. Una vez finalizado el proyecto, que costará 13 millones de dólares, cualquier persona que se encuentre en cualquier rincón podrá hablar también con cualquiera de las antípodas de la Tierra. El aparato sería similar a los walkie-talkies y pesaría unos setecientos gramos. Precio aparato 360.000 pts. o 18.000 libras con un coste de utilización de entre 300 y 400 pts. por minuto. o 15-20 libras.
Si el proyecto se lleva a cabo en el plazo previsto, en el año 1997 tendremos en marcha el radioteléfono mundial.
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