}

Teléfonos móviles y salud

1999/06/06 Azkune Mendia, Iñaki - Elhuyar Fundazioa

En la actualidad, 275 millones de personas utilizan el teléfono móvil y en cuatro años 530 millones lo utilizarán. Durante las pasadas Navidades se vendieron en Europa estos aparatos: 1,45 millones en Francia, 1,2 millones en Reino Unido, 700.000 en España, 200.000 en Bélgica, 125.000 en Suecia, etc. En Japón el 34,5% de la población tiene teléfono móvil, en Estados Unidos el 24% y en Francia el 20%.

El impacto de los teléfonos móviles en la salud de los usuarios está siendo investigado, pero últimamente en la universidad británica de Bristol el doctor Alan Preace concluye que el teléfono móvil acelera la velocidad de respuesta cerebral del usuario. Ha probado con 36 voluntarios de entre 21 y 60 años. Conjunto de tests del ordenador, ejercicios de memoria, análisis de velocidad, etc. se han realizado con un receptor de emisoras sobre la oreja izquierda del mismo tipo que el teléfono móvil.

Después de 90 minutos de testeo, se ha demostrado claramente que los voluntarios responden más rápido cuando el emisor está encendido. El doctor Preece resuelve el problema de que las ondas aceleran las señales eléctricas de las zonas superficiales del cerebro. Esto es en sí mismo un factor de alteración de nuestras capacidades de conocimiento, pero además, ¿provoca dolores de cabeza, depresión, pérdida de memoria, Alzheimer o tumores de cabeza?

Hay que tener en cuenta que las ondas del teléfono móvil oscilan entre 800 y 1.800 MHz, es decir, como se utilizan en los hornos microondas y que los tejidos del cuerpo se calientan.

Los científicos llevan tiempo estudiando la influencia de las radiofrecuencias en la salud, pero en zonas de gran intensidad y no como en los teléfonos móviles en áreas de baja intensidad y duración. Este tipo de investigaciones aún han comenzado y veremos en qué consiste, aunque sea brevemente.

Tumores cerebrales

Todavía no se puede afirmar que exista una relación entre la radiofrecuencia de baja intensidad y el cáncer. En muchas investigaciones no se ha encontrado relación, pero el científico australiano Michael Repacholi, de Adelaide, ha coordinado el proyecto EMF (Electromagnetic Field) de la OMS. Han recibido 100 ratones transgénicos, predispuestos a linfomas manipulados genéticamente, y han estado expuestos a radiofrecuencias de 900 MHz durante 18 meses durante una hora diaria. El resultado ha sido el doble de tumores que el resto.

En la universidad británica de Nottingham, el doctor David Pomerai tuvo una noche transgénicos de nemato (gusano) en una zona de radiofrecuencia de 750 MHz y a la mañana siguiente estas larvas crecieron cinco veces más rápido que otras. Por lo tanto, se puede pensar que las ondas, al igual que los cánceres, provocan una mayor proliferación celular. Sin embargo, el Dr. Pomerai no cree que esto sea preocupante, ya que mantener el gusano expuesto a las ondas durante una noche equivale a tener a la persona durante 10 años.

En la universidad de Washington, el investigador Henry Lai también ha realizado sus sesiones con ratas bajo las ondas de 2.450 MHz. El hallazgo de ADN dañado en las células de la cabeza de las ratas ha llevado a la investigación con frecuencias en los teléfonos móviles.

¿Nocivo para el feto?

En el Laboratorio de la Universidad de Montpellier en Francia, la científica Madeleine Bastide ha expuesto los 60 huevos de gallina a tres centímetros del teléfono móvil. Después de 21 días de incubación, el 60% de los embriones que había en el onducto mueren y tan sólo el 10% de los que no había corrido. No obstante, la señora Madeleine Bastide dice que tampoco es demasiado preocupante porque la mujer embarazada no está con el teléfono móvil 24 horas al día, pero que el teléfono móvil puede tener otros efectos nocivos.

Lo que sabemos seguro hasta ahora

La influencia de la onda electromagnética en los tejidos de los seres vivos depende de su frecuencia y de su intensidad de campo. Los teléfonos móviles digitales (GSM) operan a frecuencias entre 800 y 1.800 MHz y no son ondas ionizantes, es decir, no rompen los enlaces internos de las moléculas.

En los efectos sobre los tejidos de las ondas de estas frecuencias, la influencia térmica es la más conocida. Las ondas calientan las moléculas de agua de los tejidos y este calor es expulsado por la termorregulación del organismo. La absorción de energía en las zonas de radiofrecuencia se realiza mediante la tasa específica de absorción (SAR) en vatios/kg. Más de 4 W/kg de radiación tiene efectos nocivos para la salud. Produce incrementos de temperatura en los tejidos del organismo superiores a 1 ºC y disminuye las capacidades intelectuales y físicas a medida que aumenta la temperatura corporal.

Según las normas técnicas internacionales para la fabricación de teléfonos móviles, la temperatura media con SAR en la cabeza de 0,1 W/kg no debe superar los 1 ºC. Para cumplir esta norma, la potencia del teléfono no debe ser grande. La verdad es que al pasar del sistema analógico al digital la potencia bajó mucho. En la tecnología analógica descrita en el año 1980 se utilizaba una potencia de 8 vatios y desde el año 1992 el sistema digital GSM sólo tenía una potencia de 2 vatios. Sin embargo, es interesante desarrollar tecnologías para utilizar potencias aún menores.

Publicado en 7

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia