Plantas medicinales: Rica farmacia de la naturaleza
2001/05/20 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
Ocurre lo mismo con los remedios y, además de la medicina oficial, se buscan otros tipos de medicina, entre ellos el uso de plantas medicinales para curar enfermedades.
Y es que en Euskal Herria siempre se han utilizado y, afortunadamente, todavía hay gente que separa las hierbas y que conoce bien sus características, usos y efectos.
Es innegable que algunas plantas contienen componentes que ayudan a curar ciertas enfermedades y, en muchos casos, los medicamentos de la industria farmacéutica contienen componentes activos extraídos de las plantas. De hecho, la mitad de los productos farmacéuticos utilizados actualmente proceden de fuentes naturales. Quizás el ejemplo más conocido es la aspirina, componente originalmente presente en la piel y hojas del sauce. Antes de la comercialización de la aspirina por parte de la industria farmacéutica Bayer, para aliviar el dolor y disminuir la fiebre, estas partes del sauce se cocieron y se tomaban como agua herbácea en diferentes lugares. Otro ejemplo es la quinina que se obtiene del árbol kina, que se sigue utilizando en muchos países contra la malaria. Ahora, en la lucha contra enfermedades tan graves como el SIDA, el Alzheimer y el cáncer, investigadores de todo el mundo han recurrido a fuentes naturales, ya que la solución puede estar en plantas o animales.
Sin embargo, para algunos médicos las medicinas vegetales son muy peligrosas y favorecen los productos farmacéuticos. Según estos médicos, las concentraciones de los componentes de los productos farmacéuticos están bien medidas, lo que permite conocer con precisión la cantidad que se da al paciente. Por otro lado, en la mayoría de plantas medicinales se ha identificado únicamente el componente activo. Por ello, entre los componentes desconocidos, algunos pueden tener efectos adversos sobre el componente activo y, por tanto, impedir el proceso de curación o producir efectos secundarios adversos. Al margen de ello, es frecuente escuchar que los temas naturales no causan daños. Sin embargo, hay muchas plantas tóxicas y mortales que lo desmenten.
A pesar de todo ello, en la medicina tradicional la prioridad de las plantas medicinales es evidente. Así, hacia la década de los 70, coincidiendo con el inicio del cuestionamiento social y de la vida en los países desarrollados, comenzaron a mirar hacia otras culturas y a pensar que sus riquezas podían ser beneficiosas. Las organizaciones mundiales también se concienciaron durante miles de años de la importancia del conocimiento adquirido a través de la experiencia y prestaron atención a la medicina tradicional hasta entonces olvidada o excluida. Por
ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde que recomendó el uso de los remedios tradicionales en la declaración de Alma-Ata de 1978, ha publicado once informes, estudios y resoluciones que confirman el valor de las plantas medicinales.
Según la definición de la OMS, la medicina tradicional es una forma de cuidar la salud y curar las enfermedades antes de la medicina actual. Incluye, por tanto, los remedios desarrollados durante siglos para dar respuesta a las necesidades de cada grupo social, es decir, la acupuntura, las ayudas tradicionales al parto, el trabajo de los médicos mentales y la medicina medicinal. Así, creó una secretaría especial para el estudio de la medicina tradicional y, en 1991, el Congreso 44 adoptó una resolución para impulsar el uso de tratamientos tradicionales "inocuos, eficaces y científicamente útiles".
La importancia de las costumbres y creencias locales en el cuidado de la salud es fundamental, incluso en los países desarrollados. Según los datos recogidos por la OMS, el 60% de los medicamentos que se administran en China son plantas medicinales, mientras que en Japón los medicamentos con plantas medicinales son más que productos farmacéuticos. En Estados Unidos, por el contrario, las plantas medicinales que los indios han conocido desde siempre, ahora están a la venta en forma de píldoras o bebidas, farmacias y tiendas convencionales.
En África, además del uso muy extendido de plantas medicinales, se concentran también para esporádicamente. Los ingredientes activos resultantes se utilizan en Europa y Norteamérica contra diversas enfermedades. En América Central y Sur ocurre lo mismo, es decir, las plantas utilizadas durante miles de años se han extendido a todo el mundo.
La OMS, por su parte, prefiere el uso de la medicina tradicional en los países en desarrollo, ya que es más barato, más asequible y, en este caso, más eficaz que la administración de medicamentos producidos por la industria farmacéutica.
La UNESCO también muestra una postura similar y, por ejemplo, en la normativa sobre sanidad de 1996, menciona las plantas medicinales y advierte de la necesidad de protegerlas por su importancia en el cuidado de la salud en muchas culturas. Es necesario preservar los remedios vegetales para respetar y proteger la cultura local. Sin
embargo, la UNESCO también considera el riesgo que suponen las industrias farmacéuticas. De hecho, al extraer de las plantas algunos de los componentes activos necesarios para la elaboración de los productos farmacéuticos y por su sistema de recogida, en algunos casos se encuentran en vías de extinción o han disminuido la diversidad genética de las mismas. La farmacia de la naturaleza no es inagotable.
Plantas medicinales de Marai
En Euskal Herria siempre se han utilizado plantas medicinales y para que esa riqueza no desaparezca, también hay gente que escribe lo que sabe y lo difunde por internet, como las hermanas María Jesús y Pepita del caserío Marai de Oiartzun.
Dicen que casi todo lo que saben lo han recibido de sus padres y de la gente que les rodea, aunque también consideran necesaria una experiencia para conocer bien las características de las hierbas.
Dos hermanas dicen que "la gente que nos rodea nos conoce bien. Unos vienen en busca de una hierba concreta y otros en busca del tratamiento que deben realizar para curar su enfermedad". La influencia de las plantas medicinales no está científicamente demostrada, pero estos remedios han permitido que mucha gente se haya recuperado. Las personas que les rodean las conocen y saben que nada de lo que ellos les han dado les va a perjudicar, por lo que se confían.
¿Qué curar?
Principalmente infecciones, heridas, tensión alta, colesterol excesivo, diabetes, lombrices, enfermedades hepáticas, renales, catarro, inflamaciones, dolor, etc. se utilizan para curar las hierbas de sus prados. Curan casi de todo, pero saben perfectamente que en algunos casos es necesario acudir al médico, por ejemplo, en los casos en los que es necesaria una intervención quirúrgica.
Sin embargo, consideran que la medicina oficial y las plantas medicinales no son comparables. "Lo que se consigue con unas hierbas, el médico no puede hacerlo, y viceversa, hay enfermedades que no se pueden curar con hierbas. Por lo tanto, son complementarios. Los médicos cortan la enfermedad de golpe, pero lo mejor para restaurar el cuerpo son las plantas medicinales. Su efecto es más lento, aunque más lento, que el de otros medicamentos, pero completan totalmente el cuerpo". Además, las dos hermanas han explicado que aunque para curar algunas enfermedades es necesario seguir el tratamiento médico, es conveniente tomar hierbas para completar el cuerpo. Al fin y al cabo, el agua herbácea tiene algo bueno: si se toma correctamente, no perjudica y se puede ingerir junto con los medicamentos suministrados por el médico.
En cualquier caso, dicen que es muy importante creer que el tratamiento va a beneficiarse de uno mismo, ya sea medicinal o farmacéutico. Si no se cree, tendrá menos efecto y aunque el tratamiento sea adecuado, no se cura.
No se debe tomar cualquiera
Sólo se usarán hierbas bien conocidas. Conocer perfectamente la influencia de cada hierba y sus posibles problemas. Dos hermanas aconsejan tener cuidado: "Nunca hay que olvidar que la ingestión excesiva de plantas medicinales puede provocar la muerte". Por ello, es muy importante respetar el número de días que hay que tomar y los intervalos de descanso que hay que guardar.
No basta con conocer las plantas medicinales, ya que antes de preparar las hierbas y los emplastos hay que saber desecar bien la hierba. Para ello es necesario recoger las hierbas que rodean la casa y secarlas a oscuras, en lugar seco y en condiciones meteorológicas.
Publicado en el suplemento Natura de Gara.
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