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El ratón a la medida del hombre

2008/09/27 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre. Duc Nguyen y Tian Xu creen que hay un mamífero más cercano a él: el ratón. Aunque en la evolución se repartieron más de 96 millones de años, el ratón común ( Mus musculus ) y el hombre han mantenido una estrecha relación.
El ratón es la biología humana y el modelo animal más importante para la comprensión e investigación de enfermedades.

Nguyen y Xu son expertos en genética y biología molecular y han publicado un trabajo sobre la influencia del ratón en la medicina. Según ellos, el ratón ha influido en la población humana desde los inicios de la civilización y se ha tomado de muchas maneras: desde ser el mayor enemigo de los campesinos hasta ser un animal de compañía. Ahora el ser humano lo utiliza en su beneficio, siendo la biología humana y el modelo animal más importante para la comprensión e investigación de enfermedades.

La fisiología del ratón y de la persona y la estructura y organización de los tejidos son similares. También sufre muchas enfermedades que padecemos los seres humanos, hereditarias y provocadas por diversos genes. De hecho, el 99% del genoma es igual en ambas especies y su número es similar. Además, tiene unas características únicas para ser un buen animal de laboratorio: se reproduce rápidamente y tiene muchas crías, no necesita cuidados ni lugares especiales para crecer...

El genoma completo del ratón fue descodificado en 2002 y comparado con los genes del hombre y del ratón, los investigadores han recogido pistas para entender la función de muchos de estos genes. Al principio se pensaba que la función de los genes era bastante simple y se buscaban genes para enfermedades concretas. Dicho de forma sencilla, asociaban la culpa de una enfermedad a la mala práctica de un gen, cuyo objetivo era encontrarlo.

Hoy en día, los científicos saben que la relación entre enfermedades y genes es muy compleja. La identificación de los genes no es suficiente; para entender su función, es imprescindible tener en cuenta los elementos que regulan su actividad, y todo ello es objeto de estudio por parte de los investigadores.

Selección y transformación

En 2002 se descodifica todo el genoma del ratón. (Foto: NHGRI).

De cualquier manera, la genética de los ratones comenzó hace tiempo. Nguyen y Xu mencionan que los chinos hacían una selección genética para obtener sus variedades favoritas: albinas, de cuero de un color u otro, ratones bailarines... Estos últimos presentan un error en el oído interno que hace que se muevan como si estuvieran bailando. Este error es hereditario.

La variedad de ratón más utilizada en los laboratorios es el heredero de los desarrollados en China. C. C. Fue fundada en 1921 por el genético estadounidense Little. Partió de unos ratones de la misma familia y cruzó 20 generaciones obteniendo una variedad genéticamente uniforme. Esta igualdad genética es muy importante para poder realizar todos los experimentos en las mismas condiciones y poder comparar los resultados.

Además, es una variedad tranquila, poco agresiva, por lo que se ha convertido en el animal de laboratorio más habitual. Ha sido muy útil para estudiar fisiología y biología humana y para encontrar las claves de muchas enfermedades. Por ejemplo, gracias a ellos, los investigadores han identificado y analizado muchos genes relacionados con diferentes tipos de cáncer, que, por su gusto por el alcohol y otras drogas, los utilizan también para investigar las adicciones.

Pero además de la selección genética, los investigadores utilizan la transformación genética para adaptar los ratones a sus necesidades. De alguna manera, consiguen ratones a la medida del ser humano. La Novela de Fisiología o Medicina del año pasado fue entregada a los investigadores que obtuvieron ratones modificados genéticamente. Concretamente, desarrollaron la técnica de crear ratones en los que se habían inactivado determinados genes.

Estos ratones se denominan knockout y en 1989 se publicó el primer estudio realizado con este tipo de ratones. Desde entonces han creado muchos tipos de ratón de este tipo, según lo que han querido investigar, desde el desarrollo del embrión hasta las enfermedades más graves, hasta el estudio del efecto de la terapia génica. Para ello inactivan el gen que quieren estudiar y ven cómo ha influido.

Otra forma de transformar genéticamente ratones es la incorporación de genes humanos en su genoma. Este tipo de ratones se denominan transgénicos y el primero se consiguió en 1982, introduciendo un gen de rata a un ratón. Han realizado y están realizando numerosas investigaciones con diferentes objetivos: analizar la función y la actividad de determinados genes, realizar experimentos de terapia génica, etc.

Sin embargo, los investigadores todavía tienen mucho que hacer. Uno de los objetivos es completar completamente el mapa genético del ratón, saber no sólo dónde está y para qué es cada gen, sino cómo se controla su actividad. Además, los investigadores están trabajando en el desarrollo de nuevos métodos de transformación genética de ratones.

Por ejemplo, Nguyen y Xu investigan con los trasposones. Los transposones son fragmentos de ADN que se pueden mover de un lugar a otro del genoma y que los investigadores quieren aprovechar para inactivar determinados genes del ratón y deducir la función del gen a la vista de la influencia que la inactivación produce en el ratón. Es decir, quieren encontrar otro camino para llegar a la misma meta, más fácil y rápido que hasta ahora.

Nguyen y Xu no tienen ninguna duda: la relación entre el hombre y el ratón tiene unas bases sólidas y un futuro largo y próspero. Sin embargo, todavía quedan ratones que le den asco...

Publicado en Gara

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