“Rosetta es muy especial: es como tener una ventana en el espacio”

En vísperas de uno de los momentos más importantes de la misión Rosetta, la revista Elhuyar se ha reunido con un ingeniero participante en la misión, Ander Martínez de Albeniz. Confiesa que no está acostumbrado a las entrevistas y que al principio se nota nerviosa, especialmente ante el fotógrafo. Sin embargo, cuando ha empezado a hablar, se ha tranquilizado y ha trabajado cómodamente sobre su trabajo. De este modo, ha relatado detalladamente sus funciones y responsabilidades en la misión Rosetta. Y es que, aunque ha mencionado también sus trabajos en otras misiones, no ha ocultado que Rosetta es la que más emoción tiene en estos momentos.


Hace dos años empezó a trabajar para la ESA y Rosetta te ha tocado trabajar en la misión. ¿Qué ha sido eso para ti?

Cuando salí de la universidad, hice un máster y empecé como becario en Indar. Estando allí, envié un curriculum a unas ofertas de trabajo y me recibieron en una ingeniería de Madrid, en GMV. En principio soy empleado de esa empresa, pero trabajo para la ESA.

Para mí, el sueño ha sido hacer realidad. Estudié ingeniería aeronáutica y me especializé en ingeniería espacial. No tenía muchas expectativas de trabajar en ello, porque aquí no hay industrias relacionadas con el espacio, pero la crisis me obligó a buscar trabajo fuera y ahora estoy trabajando para la ESA. Me hace mucha ilusión.

Estoy en el departamento de Dinámica de Vuelos, concretamente en el área de las misiones interplanarias. En este ámbito se están desarrollando cuatro misiones: Mars Express, Venus Express, Gaia y Ro­se­­ta. Y en los próximos años saldrán otros: BepiColombo, LISA Pathfinder... Cada misión cuenta con un equipo de controladores que tienen la misión de enviar los comandos o órdenes generales a la nave espacial, por ejemplo, para encender o apagar instrumentos o para mantener el sistema térmico en buen estado. Los comandos de maniobra los enviamos los de Dinámica de Vuelos y participamos en más de una misión. Yo estoy tres veces: BepiColombo, Gaia y Rosetta, cada una de ellas en una fase diferente.

De las tres, ¿quizás Rosetta sea la más interesante en estos momentos?

Sí, es increíble. Cuando entré, empecé a preparar lo que será la misión BepiColombo. Su objetivo es Mercurio, y aunque el lanzamiento está planificado para agosto de 2016, en muchos casos se trata de retrasos.

No es una misión fácil, ya que Mercurio está muy cerca del Sol, por lo que tiene un sistema térmico muy avanzado. Además, tendrá que recorrer un recorrido de siete años: primero saldrá de la Tierra, después se acercará a la Tierra, pasará dos veces por Venus y cinco veces por Mercurio para ir bajando la velocidad. De hecho, si viajara en directo, llegaría al objetivo con demasiada velocidad, por lo que el recorrido diseñado es bastante enrollado. Ahora estamos preparando el software para poder enviar órdenes de forma bastante automática.

Ed. © Juan Carlos RUiz/Press de fotos

El tema fue enviado en diciembre del año pasado, por lo que en breve se desarrollará un año. Se trata de un telescopio cuyo objetivo es catalogar las estrellas de la vía láctea. Dicen que es la cámara digital más potente que se ha instalado en el espacio y está en un lugar especial. A tres veces la distancia entre la Tierra y la Luna, hay un punto alineado con la Luna y el Sol. Es el punto L2. Entre la Tierra y el Sol hay cinco puntos en los que las fuerzas de atracción entre el Sol y la Tierra se neutralizan y puedes dejar una nave espacial inmóvil. Pues ahora Gaia gira alrededor del punto L2 sacando fotos. Así, ahora hemos empezado a hacer ciencia o a recibir resultados.

Y Rosetta está en los dos últimos años de su vida. Rosetta acaba cuando el cometa 67P/Churyumov-Gerasimen alcanza su menor distancia al Sol. Mientras tanto, tiene tareas muy interesantes, entre ellas la actual: Phila aterrizará en coma el 12 de noviembre. Pero luego seguirá trabajando. De hecho, a medida que nos acercamos al Sol, la actividad del cometa aumenta y Rosetta seguirá haciéndolo. La cometa estará más cercana al Sol en diciembre de 2015 y hasta entonces veremos cómo aumenta su actividad y cómo alcanza su máximo.

Así que estás viviendo la madurez de Rosetta.

Efectivamente. Fue lanzado en 2004 y, al igual que en BepiColombo, tuvo un complicado recorrido: Salió de la Tierra y voló por el más alto de Marte, después pasó por el cinturón de asteroides y tuvo la oportunidad de estudiar dos de ellos, Steins y Lutetia.

Las vimos en las fotos...

Sí, lo más bonito de esta misión es que estamos viendo lo que ella ve, porque saca fotos. El resto de sondas normalmente navegan a ciegas y sí envían datos, pero a simple vista nos ve poco. Pero Rosetta saca fotos. Es como tener una ventana en el espacio, y eso genera mucha emoción. Rosetta es muy especial en este sentido.

Y el cometa también es especial. O al menos es muy diferente de lo que esperaban. No sabían cómo iba a ser; pensaban que iba a tener forma de patata, pero en ningún caso esperaban tener un cuerpo de dos partes. En las fotos iniciales les pareció que eran dos cuerpos. Había una sombra en el centro y no se veía bien, y luego vieron que tiene forma de patón.

Por eso en el trabajo nos reímos bastante. Para marcar el primer punto del cometa se utilizó un patito de plástico de color amarillo, que se encuentra allí. Además tenemos otra de impresoras, mejor, y la última es la mejor y la más grande, pero las guardamos todas. Parece una familia de pato [de risa]: uno más grande, otro más pequeño y el tercero, el más pequeño, un patito de plástico.

Sin embargo, cuando yo entré no teníamos patitos. Rosetta estaba en la hibernación y hasta que se despertó, había mucha expectación, porque no sabíamos que se iba a despertar. Al final todo salió bien, pero fue un momento crítico. Además, la señal llegó media hora después de lo esperado, lo que provocó nerviosismo. Luego se dieron cuenta de que cada vez que se reiniciaba el sistema, el reloj añadía unos segundos y que cada vez que se reiniciaba el retraso aumentaba. En aquellos momentos la gente estaba muy nerviosa. Yo trabajaba con un tema de la misión Gaia y de repente escuché gritos y aplausos de la gente, y entonces descubrí que Rosetta se despertó.

Desde entonces estás en el equipo de dirección de la trayectoria y maniobras de Rosetta, ¿no?

Efectivamente. Somos un montón de personas porque es la misión más significativa de la ESA y está utilizando todos los recursos que puede. Por ejemplo, en mi grupo casi todos estamos con Rosetta, si en una cosa no es en otra.

El proceso es bastante largo. Estamos divididos en seis grupos. El primero, analizando las señales que envía Rosetta, y a veces incluso con la ayuda del telescopio, calcula la posición y la velocidad de Rosetta. El segundo grupo realiza una previsión de recorrido que incluye ya las maniobras. Por ejemplo, para acercarse a la cometa ha tenido que hacer un montón de maniobras para perder velocidad y cambiar el recorrido. A continuación, otro grupo confirma los cálculos.

A continuación, el proceso de convertir los cálculos en comandos para Rosetta, y ahí estoy. En primer lugar, un grupo analiza la orientación de Rosetta y nosotros venimos a continuación: conociendo dónde está, dónde tiene que ir, cuál es su orientación y cómo va a ir, hay que traducir las órdenes al idioma que Rosetta comprenderá. Esa es mi función.

En definitiva, nosotros conocemos el sistema, por ejemplo, sabemos dónde tiene el cohete para maniobrar; podemos controlar las ruedas de inercia que controlan la orientación, acelerándolas o frenándolas para que tomen la orientación que queremos... Por tanto, la información general que nos llega la ponemos a disposición de los sistemas de Rosetta. Para realizar los cálculos tomamos en cuenta bastantes parámetros y los probamos en un simulador. A continuación tenemos otro grupo que afirma que el trabajo que hemos hecho es correcto. Con ello finaliza el proceso. Pasamos los comandos a los controladores, ellos a Rosetta y ya está.

Por lo tanto, vuestra misión es preparar la Ruta, no os preocupáis de las cámaras ni de otras herramientas.

En esto Rosetta es una excepción, ya que controlamos también las cámaras, aunque sea a medias. Una de las novedades de Rosetta es su navegación óptica. Algunas de las cámaras sacan fotos científicas, pero otra, NAVCAM, es la cámara de navegación. Y eso lo controlamos nosotros. Nosotros tenemos que saber dónde está y cuál es su orientación y como está tan lejos de la Tierra no podemos verla desde la Tierra. Para ello utilizamos las fotos que nos envía la sonda.

Y es que para navegar con la precisión que tiene que navegar Rosetta, los sistemas convencionales son insuficientes, también necesitamos la navegación óptica, y para eso tiene esa cámara. Por lo tanto, en el horario de funciones de Rosetta nos dejan unos márgenes para sacar las fotos que necesitamos con NAVCAM.

¿Cuál es la mayor dificultad en tu trabajo?

En la misión Rosetta, lo más difícil es que puedas trabajar al ritmo del proceso. Como he explicado antes, en el trabajo tenemos un ciclo y un plazo. Comandamos dos veces a la semana, a las ocho de la mañana empiezan a preparar los datos y cuando llega mi turno suele ser alrededor de una hora. Normalmente no tengo problemas y tengo el trabajo terminado por dos horas. Pero si hay algún error, para localizar el error y corregirlo, no sabes cuánto tiempo vas a tardar y no puedes posponerlo. Eso es lo más difícil. Sin embargo, casi nunca tenemos problemas, pero la responsabilidad está ahí.

Ed. © Juan Carlos RUiz/Press de fotos
Ahora os centráis en las maniobras para dejar el vehículo Philae en la superficie del cometa. ¿Cómo vivís estos días?

La gente está muy nerviosa. Realizamos dos reuniones semanales, antes de que Rosetta haga maniobras, ya que todos los equipos nos juntamos. Y en esas reuniones se nota que a medida que llega el momento de enviar a Philae, cada vez hay más tensión. La tensión es positiva, pero sí, no podemos negar que estemos nerviosos.

Es cierto que la misión no termina ahí. Es una parte de la misión, muy significativa, pero no la única. Sólo llegar hasta aquí, es decir, poner una sonda en la órbita de un cometa es impresionante. Es la primera vez que un cometa se analiza tan de cerca y se sigue a medida que se acerca al Sol, y quién sabe cuándo se va a realizar una misión similar.

En cualquier caso, la de Phil es sin duda un hito. Todos sabemos que si sale bien, tendremos garantizado el trabajo para los próximos años. Y, si no, será algo que recordaremos a lo largo de toda nuestra vida.

Ahora estamos simulando el aterrizaje de Philae, con el que también probamos los comandos. Paralelamente se está diseñando el recorrido de Rosetta. En algún momento prepararemos Rosetta para estar a 5 km de la cometa, pero no se acercará tanto. A medio camino, a unos 20 km, suelta a Philae y con una maniobra cambia de dirección y se aleja. ¿Para qué? Pues durante todo el tiempo que llega y aterriza la superficie del cometa Philae para hacer el seguimiento desde Rosetta. Por ejemplo, la ruta de acceso a la cometa es balística y durará ocho horas. Mientras, Rosetta le saca fotos. Ahora, en la simulación, garantizaremos que Rosetta siempre tenga a la vista a Philae y le sacará bien las fotos.

Y a la hora de aterrizar en el cometa Philae, ¿qué puede pasar?

Una de las mayores dificultades es que el cometa tiene muy baja gravedad, por lo que aunque Phila tiene una masa de 100 kg, en la superficie del cometa sólo pesa unos pocos gramos. Esto significa que el cometa apenas atrae. Para superarlo, cuenta con unos cohetes de gas frío para “pegar” en la superficie y unos anclas en las piernas.

¿Qué puede pasar? Si llega demasiado rápido, existe el riesgo de rebota. Y otro peligro es el vuelco. Y es que la superficie del cometa no es nada plana, y aunque el punto J [el punto elegido para aterrizar] es el más adecuado de las opciones existentes, en principio, no lo es tanto como nos gustaría. Además, el punto J es un punto concreto, pero la incertidumbre es de unos 100 m y en un cuerpo de 4 km de diámetro máximo es de unos 100 m.

Por otra parte, el punto J tiene algo más a su favor y es que le da el Sol. Y es que Phila, tras el aterrizaje, tiene un papel científico que le permitirá obtener la energía necesaria a través de paneles solares. Por lo tanto, tomando en consideración el punto J y no otro, aunque también lo sustituya, por si acaso.

La cuestión es que, aunque tenemos todo calculado, no podemos garantizar que salga bien. Pero hemos tratado de sacarnos bien.

¡Pues suerte!

Gracias.

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