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Uso del plasma en la industria textil

2000/01/18 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

Técnica que puede modificar, entre otros aspectos, el procedimiento de tintado de prendas y la aplicación de características especiales a la piel

La tecnología de los plasmas de baja presión y temperatura comenzó a utilizarse en los años 60 en aplicaciones industriales ligadas a la electrónica. Una veintena de años después se extendió su uso en nuevos campos, sobre todo en productos de metal y polímeros. Ahora se quiere explotar los plasmas en la industria textil.

El Institute of Fibre and Polymer Technology Research (IFP) de Suecia y la empresa Plasma Ireland han puesto en marcha el proyecto Plasmatex. Se trata de demostrar la utilidad de una nueva tecnología para el futuro: el tratamiento con plasma para la industria textil bajo presión atmosférica.

En los tratamientos textiles predominan los productos líquidos. Los líquidos entran normalmente por todos los orificios entre las fibras del tejido. Las reacciones producidas por los plasmas se producen únicamente sobre las superficies del tejido. En general, sólo afectan a una fina capa de 100 angstromas (un angstrom equivale a diez mil de una micra, medida del tamaño de un átomo aproximadamente).

Aplicaciones atractivas

La acción superficial puede ser una característica muy interesante. Además, no sólo es útil en los tejidos artificiales, sino que también ayuda en los procesos de elaboración de tejidos naturales sin producir efectos sobre la estructura interna. Por ejemplo, la piel de un traje puede ser permeable, impermeable o incombustible. El tintado de fibras artificiales no es un proceso sencillo, pero el buen plasma puede mejorar en gran medida la fijación del pigmento. Por último, los plasmas que contienen flúor pueden mejorar las propiedades de los tejidos utilizados en medicina. Estos tejidos, cuando se utilizan en trasplantes, deben tener una alta biocompatibilidad tanto con órganos como con sangre (hemocompatibilidad).

Otra ventaja importante frente a los líquidos es que se necesitan menores cantidades para trabajar. Por tanto, genera menor contaminación. Además, se incluye la reducción de los tratamientos de residuos y la falta de necesidad de secado del producto. Los procesos plasmáticos son secos, limpios y no consumen tanta energía.

Con tantas ventajas, ¿por qué no se han utilizado los plasmas antes en la industria textil? En palabras de Roshan Shishoo, director del IFP: «A pesar de que en el laboratorio se han demostrado estas ventajas significativas, el plasma no ha tenido éxito en el sector textil, ya que tiene una característica que no se corresponde con la producción mayorista de la industria. Toda la tecnología de plasma desarrollada hasta el momento está basada en sus características a bajas presiones». Las costosas herramientas bajo condiciones de trabajo son imprescindibles.

Este es el reto que Plasma Ireland quiere superar. Para ello, está trabajando en la nueva generación de sistemas de plasma bajo presión atmosférica. Las nuevas tecnologías que se están desarrollando obtienen resultados similares a los de baja presión. No tiene parangón en toda Europa. El objetivo principal del proyecto Plasmatex es la aplicación de esta tecnología en la industria textil. Además, las empresas Plasma Ireland e IFP han incorporado un nuevo centro de investigación, el laboratorio de física de la Queen's University de Belfast, una empresa Web Processing dedicada a la fabricación de máquinas textiles y seis empresas dedicadas a la fabricación de prendas de vestir para trabajar en el proyecto Plasmatex.

Ya trabajando

Se han puesto en marcha tres prototipos elaborados por la empresa Plasma Ireland en cadenas de producción de diferentes empresas con el objetivo de facilitar la investigación. La primera es propiedad de la empresa IFP y también está disponible para empresas suecas. El segundo está en Alemania, en la empresa Kirchhoff y el tercero está probando el grupo británico Scapa. Sólo dos sistemas que utilizan el plasma a presión atmosférica están presentes a nivel mundial en el proceso de desarrollo, uno en Estados Unidos y otro en Japón. «Sin embargo, todavía no existe un sistema de gran aplicación en el sector textil», afirma Tony Herbert, responsable del proyecto de Plasma Ireland. «Por lo tanto, tenemos opciones muy atractivas».

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