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Pesticidas en el plato

2005/05/08 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Los pesticidas se utilizan para matar malas hierbas, eliminar caracoles y babosas, combatir hongos, matar lombrices, limpiar insectos, pulverizar roedores y destruir otros seres vivos. El hombre ha inventado un montón de productos para provocar este tipo de masacre. Lo peor es que el ser humano es también un ser vivo y, por tanto, más o menos dañado. Por ello, ha establecido normas y limitaciones a la utilización de pesticidas para minimizar este daño. Así que puede comer sus comidas en el plato sin miedo. ¿O no?
Algunos pesticidas persisten en el medio ambiente.

Según la agencia de salud pública de Barcelona, parece que sí, el consumidor puede estar bastante tranquilo en ese sentido. En un plazo de cinco años se han analizado 1.109 alimentos y en un 88,5% no se han encontrado restos de pesticidas. Por lo demás existían restos, pero siempre en concentraciones inferiores al máximo establecido por las normas.

Por otro lado, atendiendo al tipo de pesticidas que han detectado, casi todos eran organofosforados. Estos son más fácilmente eliminados por el organismo humano que el organoclorado, ya que se disuelven en el agua. Por el contrario, los organoclorados no se disuelven en el agua, sino que se acumulan en la grasa, por lo que son más peligrosos a largo plazo. Esto se debe a que, a pesar de tomar pequeñas cantidades, su consumo frecuente puede llegar a niveles tóxicos, aumentando progresivamente la concentración en las reservas de grasa corporal.

Resultados del estudio

Las mayores concentraciones de pesticidas se dan en frutas, hortalizas, especias y cereales. Los aceites vegetales y los huevos no han detectado ningún positivo. Se han detectado restos de pesticidas en diferentes lechadas y carnes, pero en concentraciones muy bajas.

El 88,5% de las muestras analizadas en Barcelona no han detectado restos de pesticidas.

Concretamente, en el 28,4% de las frutas, en el 20% de los cereales y derivados, y en el 7,6% de las hortalizas, se han encontrado pesticidas no persistentes, tipo de pesticidas que el cuerpo elimina. Los pesticidas sostenibles, por su parte, representan el 3,5% de los productos lácteos, el 2,4% de las hortalizas, el 1% de los cereales, el 0,8% de los productos pesqueros y el 0,3% de las carnes.

Estos resultados no se asemejan al estudio realizado hace unos años, cuando se vio que los pesticidas organoclorados estaban muy extendidos. Parece, por tanto, que la investigación y el rigor normativo contribuyen a la salud de los consumidores.

Sin embargo, los investigadores que han realizado el estudio advierten que hay que estar alerta. Consideran que está bien mirar las concentraciones de pesticidas en los alimentos con mayor riesgo, pero sería conveniente tener en cuenta cuánto se come de cada comida. Hay alimentos que raramente se comen y otros que forman parte de la dieta cada día. Por eso hay que tener especial cuidado con estas últimas.

Riesgo de pesticidas

Los pesticidas son más perjudiciales para los niños que para los adultos.

Los resultados del estudio realizado en Barcelona coinciden con los de los controles realizados por la Unión Europea. En general, los restos de pesticidas se encuentran dentro de lo permitido por la ley, sin que ello suponga ningún peligro. Las normas son tan estrictas porque se ha demostrado que algunos pesticidas son nocivos para la salud.

Los cereales que toman los niños pequeños en el biberón o en la papilla deben cumplir las normas más estrictas. Los pesticidas son especialmente nocivos para ellos. Pero no hace falta ser un niño pequeño para intoxicar por pesticidas. De hecho, la sensibilidad a los pesticidas varía considerablemente de unas personas a otras en función del sexo, la edad y muchas otras características. Todo ello conlleva el rigor normativo por si acaso. A esto se le denomina principio de precaución.

Por otro lado, en los últimos años muchos consumidores han apostado por productos orgánicos, ecológicos o biológicos. Hay una gran confusión con estas denominaciones y muchas veces el consumidor no tiene claro en qué se diferencian. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los compradores de este tipo de productos buscan alimentos producidos sin pesticidas.

Los pesticidas se utilizan para eliminar los bichos y malas hierbas
Scott Bauer/ARS

Sin embargo, puede suceder que cuando no se ha utilizado ningún pesticida para la producción de la comida, aparezcan indicios en los análisis. ¿De dónde viene ese pesticida? La respuesta es sencilla: desde el medio ambiente. Algunos pesticidas se degradan lentamente y persisten en el medio ambiente. Por ejemplo, un pesticida violento, el DDT, realmente peligroso para la salud, no se utiliza en Euskal Herria desde 1977, pero todavía se detecta en el suelo y en los alimentos. Por ello, los productores de alimentos ecológicos tienen especial responsabilidad en la limpieza de la tierra y el agua del campo.

Los pesticidas utilizados actualmente son más selectivos que los anteriores, es decir, sólo afectan al organismo que quiere morir. O al menos eso es lo que intentan los químicos. Sin embargo, los pesticidas no son la única manera de evitar malas hierbas y bichos, sino que existen otros métodos: biológicos, de manejo, mecánicos... Son tan eficaces como los pesticidas utilizados conjuntamente.

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