Parque natural pirenaico en Navarra
1988/02/01 Elosegi Aldasoro, Jesus Iturria: Elhuyar aldizkaria
El ejemplo de los EEUU, en mayor o menor medida, ha sido imitado por otros países, aunque algunos lo han hecho desde hace tiempo y otros lo han hecho recientemente.
En España, con la Ley de Parques Nacionales de 1916, la primera de Europa, se inició la creación de una red de espacios protegidos. Los primeros niveles de esta red son los parques naturales de Covadonga y Ordesa. Mucho más tarde, en 1975, se promulgó la Ley de Espacios Naturales Protegidos. Esta Ley trata de completarla con diferentes figuras legales de espacios protegidos, como son el Parque Nacional, la Reserva Total, el Parque Natural y el Paraje Natural. Esta última ley se utilizó de forma muy restringida durante muchos años hasta que se transfirieron a las Comunidades Autónomas las competencias en materia de protección de la Naturaleza.
En Francia, el desarrollo de la protección de los medios naturales comenzó más tarde. La ley de Parques Nacionales data de 1960 y uno de sus frutos fue el Parque Nacional del Pirineo Occidental, declarado en 1967. El límite Oeste de este parque se encuentra a 3,5 km del límite Este de Navarra, alcanzando el frente del mismo. Posteriormente se reconoció la gran cantidad de Parques Naturales Regionales (21 en la actualidad), entre ellos el más cercano para nosotros es el de Landa.
Como la estructura básica de los medios protegidos se estableció de acuerdo con los criterios de los Estados centralistas, a principios de los años 80 nos encontramos con la paradoja de que el País Vasco no contaba con ningún entorno de fuerte protección jurídica.
Valor naturalístico del Pirineo navarro
La ausencia de un medio legalmente protegido no significa que no se hayan alcanzado los límites territoriales de escasa huella de la actividad humana o que, por diversas razones, la naturaleza no se haya mantenido en buenas condiciones, y mucho menos que no existan valores relevantes. Cualquier observador atento conoce estos rincones de nuestra geografía. Sin duda, el Pirineo Navarro ocupa un lugar privilegiado entre este espacio natural y los valles de Aezkoa, Salazar y Roncal gozan de unos valores naturales que merecen una especial protección y tratamiento.
En las cumbres más altas del Roncal se encuentra el único territorio que corresponde al suelo alpino del País Vasco, con sus especies de flora y fauna características.
Uno de los elementos más destacables del firme subalpino es el pino negro ( Pinus uncinata ), que habita en parajes singulares de Larrea. Además, este paraje tiene otra particularidad, ya que es una zona kárstica con una red hidrológica subterránea de gran desarrollo y con el mayor desnivel del mundo.
El abeto blanco ( Albies alba ) tiene aquí la frontera occidental del mundo (en el valle de Aezkoa) y forma bosques mixtos con haya ( Fagus sylvatica ). Son muy famosos los de Irati, que alberga los espacios naturales vírgenes de Lizardoia del monte Cuestion Salazar y Aztaparreta de Roncalés Belagoa.
Los pinares de pino silvestre ( Pinus sylvestris ) dividen la superficie forestal con abetos de hayedo, que junto con los pastos, rocas y cultivos forman un mosaico.
En este paisaje se mueve fauna de interés. Las especies más significativas y destacables de esta fauna son: Oso pardo ( Ursus arcoto ), sarrio ( Rupicapra rupi-capra ), ciervo ( Cervus elaphus ), corzo ( Capreolus capreolus ), jabalí ( Sus scrofa ), armiño ( Mustela erminea ), desmán pirenaico ( Galemys pyrenaicus ), lagtus ( )
Estos elementos naturales están integrados en un paisaje en el que no faltan indicios de intervención humana. Pero estos vestigios, algunos muy antiguos, atribuyen al conjunto las características de la armoniosa integridad de los elementos naturales y artificiales y no sólo del ecosistema natural.
Las pruebas de estas intervenciones humanas se pueden encontrar en los restos de monumentos megalíticos prehistóricos, en los dólmenes de Belagoa y Abodiko, en los Cromlechs de Azpegi, en la torre romana de Urkulu, en la arquitectura popular de las antiguas bordas y en intervenciones posteriores como el refugio de Belagua.
Sin embargo, hay que mencionar que el buen estado de conservación del Pirineo navarro no corresponde a la voluntad científica de protección. Por el contrario, en la medida en que las distancias y la topografía abruptas han sido un obstáculo para la explotación de los recursos, las condiciones climáticas han propiciado que las zonas degradadas hayan sido fácilmente regeneradas.
Ha tenido un reconocimiento oficial, además de la popularidad de la adhesión popular al interés naturalístico de este territorio. Si en el Inventario Nacional de Paisajes destacables publicado por ICONA en 1975 se mencionaban 10 zonas en Navarra, 4 de ellas pertenecían a los Pirineos: Hayedos, Batidos 3.000 Ha y Pastos 3.000 Ha, zonas de Aezkoa 1.000 Ha, llanuras de Auritz y Roncesvalles 500 Ha. En el Inventario abierto de Espacios Naturales de Especial Protección de 1978 de la Dirección General de ICONA y Urbanismo, 3 de las 7 zonas inventariadas en Navarra pertenecían a la zona pirenaica: Larra 3.400 Ha., Hayedo de Irati (incluidos los Montes de Aezkoa) 13.448 Ha., Quinto Real 5.970 Ha. Pero este reconocimiento no tuvo consecuencias legales.
Idea del proyecto y recursos para la creación del Parque
La idea de crear un entorno protegido en el Pirineo navarro por primera vez aparece en 1973 en el Plan de Ordenación del Medio de Belagua encargado por la Diputación de Navarra a las urbes Francisco Intza y Fernando Redón. Los ejecutantes del Plan sustituyeron el trazado inicial de una gran pista de esquí, otra más baja y el proyecto de Parque Natural que continuaría hacia el oeste hacia los altos valles de Salazar y Aezkoa.
"Navarra. La "Guía ecológica y paisajística" esboza lo que dentro del Parque Natural Pirenaico podría ser la red de espacios protegidos de Navarra.
Estudio del Medio Físico de Navarra realizado en 1985 por encargo del Instituto de Estudios Territoriales. El informe "Normas de protección y uso del territorio" vuelve a mostrar el Parque Natural Pirenaico como pieza principal de la red de espacios protegidos.
El camino de Idea continúa y su aceptación está cada vez más extendida.
Como consecuencia de la transferencia de competencias del Estado a la Comunidad Foral de Navarra en materia de conservación de la naturaleza, se han aprobado dos importantes leyes que pueden facilitar la creación del Parque Natural Pirenaico.
En la Ley de Normas Urbanísticas Regionales para la protección y uso del territorio de abril de 1987, se declaran Reserva Total Aztaparreta (174 Has), Ukerdi (309 Has en el corazón de Larrea) y Lizardoia (64 Has), y Reserva Natural Larra (2.353 Has) y Mendilatz (119 Has). Además, se consolida la figura del Parque Natural como forma de gestión del Territorio. En la Ley de Ordenación del Territorio de noviembre de 1986 se define la normativa de los Planes de Ordenación del Medio Físico, el método más adecuado para llegar a la declaración del Parque Natural.
El Parque Natural Pirenaico en Navarra fue publicado en Julio de 1986 por el Departamento de Ordenación del Territorio del Gobierno de Navarra. I. El libro "Larra-Belagoa" es una prueba de la voluntad real del Gobierno Foral de crear este Parque.
El futuro del Parque Natural del Pirineo Navarro
Aunque las limitaciones concretas de este futuro parque deben ser fijadas por los estudios existentes, al principio parece que desde Ibañeta hasta la Mesa de los Tres Reyes, con el límite occidental de los pueblos de Orbaizta, Iriberri, Otsagi, Uztarroze e Isaba. No se puede obviar la idea de que desde el oeste hasta Quinto Real y desde el sur acogerá a algunos de los pueblos de cabecera de valle.
Parece que la figura del Parque Natural es la más adecuada para este territorio, ya que no sería lógico que el Parque Nacional, según el criterio general, fuera de él todos los aprovechamientos de recursos.
Los principales objetivos del parque serían muy brevemente los siguientes:
- La protección de la naturaleza, y el primer paso para ello, sería el reconocimiento de las reservas.
- Fomento de la ecogestión, es decir, actividades productivas compatibles con la conservación, como la silvicultura, la ganadería y la agricultura.
- Mejorar las relaciones entre el hombre y la naturaleza, fomentando el camping, el deporte, las excursiones, la observación animal y vegetal, las visitas guiadas, etc.
- Fomentar la investigación, tanto de la naturaleza como de los aprovechamientos agrícolas.
Para lograr estos objetivos, tras la declaración legal del Parque Natural, se debe organizar un equipo director en el que estén representados la administración, los científicos, los patrocinadores y, por supuesto, los vecinos de los pueblos afectados.
En una segunda fase sería más interesante incluir este Parque Navarro en un Pirineo sobre divisiones autonómicas y fronteras estatales, constituyendo un gran Parque de dimensiones y proyección europea.
(Traducido al euskera por Mariaje Jauregi)
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