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Memoria

1996/10/01 Zupiria Gorostidi, Xabier Iturria: Elhuyar aldizkaria

La memoria es una herramienta de conocimiento que nos sirve para almacenar y recuperar información. Gracias a la memoria aprendemos de los hechos de la vida, de los libros y de muchas otras fuentes. ¿Cuáles son las técnicas que ayudan a mejorar la memoria? ¿Depende de mi voluntad la capacidad de memoria? Inventando historias

Cuando necesitamos una determinada información buscamos en la memoria y, como el lector sabe, a veces no la encontramos. Sin embargo, si hemos guardado la información correctamente, la mayoría de las veces es fácil encontrar lo que buscamos. Hay cosas y acontecimientos que nos gustaría olvidar y que, desgraciadamente, nos vienen a la mente más de lo que nos gustaría. Por ello, vemos claramente que la memoria, al menos en gran medida, está fuera de nuestra voluntad.

La información que almacenamos a corto plazo genera cambios funcionales en las neuronas y se olvida fácilmente. En este sentido, es como el sendero de montaña: no produce apenas alteraciones paisajísticas y desaparece si no se utiliza. La información que guardamos a largo plazo genera cambios estructurales en las neuronas y es difícil de olvidar; es como la carretera: produce profundos cambios en el paisaje y aunque no se utiliza no desaparece.

Para que la memoria funcione, el cerebro debe estar bien. Cuando queremos correr, sabemos que los huesos, los músculos y los nervios de las piernas tienen que estar bien, para recordarlo exactamente: el cerebro debe estar bien, bastante maduro y sin lesiones. Al igual que los niños pequeños adquieren poco a poco la capacidad de caminar debido a la inmadurez, también van adquiriendo lentamente la capacidad de la memoria, que llegará a medida que llegue el cerebro.

Del mismo modo que el que ha roto un hueso de las piernas no podrá correr, el que ha sufrido una lesión cerebral puede que no pueda utilizar adecuadamente la capacidad de memoria. Una vez formado el hueso, podríamos quedarnos locos; incluso en los casos en los que la lesión cerebral ha sido bastante elevada, la recuperación de la capacidad de memoria puede ser difícil. De la misma manera que el que no tiene piernas no podrá caminar correctamente, el que tiene lesión cerebral no tendrá el recuerdo adecuado. Lamentablemente, esta situación se da a menudo como consecuencia de los accidentes.

Al igual que a los mayores se les "endurecen" los huesos, la memoria también se debilita, pierde agilidad. Pero no hagamos leyes de esta afirmación, ya que a todos los ancianos no se les endurece los huesos por igual y la memoria no se les cae igual. La vejez no es suficiente para que una persona se quede sin levantarse de la cama, ni para perder la memoria.

Se debe a que la persona que se ha quedado inmóvil ha sufrido una enfermedad que le ha llevado a perder la memoria de forma significativa, como es el caso del Alzheimer (enfermedad que provoca la muerte rápida de las neuronas y de ahí la pérdida de memoria que sufren los pacientes). La pérdida de memoria causada por alguna enfermedad sólo afecta al 10% de los mayores de 65 años y al 20% de los mayores de 80 años.

Siguiendo con el mismo ejemplo, se sabe que la capacidad que tenemos todas las personas para correr es totalmente diferente y lo mismo ocurre con la capacidad de memoria: los que tienen un cuerpo adecuado para la carrera se adaptarán más fácilmente y los que tienen un cerebro más adecuado para evocar del nacimiento tendrán más facilidad de recuerdo. Sin embargo, el innato no condiciona totalmente la capacidad.

Al igual que la capacidad física se puede mejorar con el entrenamiento, también se puede mejorar la memoria. En este taller explicaremos algunas técnicas para aumentar tu capacidad de memoria. Pero no nos engañemos, cada uno tiene sus límites y caminar fuera de ellos no es posible, mucho entrenado y conociendo las técnicas adecuadas. Bajo la mirada de Sabino Padilla y con entrenamientos de 16 horas de día, ¿crees que harías hazañas en Indurain?

Base biológica de la memoria

En los últimos años se ha trabajado mucho en este campo de investigación para mejorar el conocimiento de la fisiología de la memoria. El cerebro está formado por células llamadas neuronas. Las neuronas tienen una especie de cola llamada cuerpo y axón. El axón tiene muchas ramas que pueden ponerse en contacto con alguna otra neurona a través de la estructura denominada sinapsis. Además, con cada neurona pueden creer las ramas de los axones de otras muchas neuronas. Por lo tanto, en cada neurona se pueden recibir mensajes de otras muchas neuronas y cada neurona puede dejar sus mensajes en otras muchas.

El axón de cada neurona simapsiona con muchas otras neuronas, y con cada neurona los axones de otras muchas neuronas. Como consecuencia, se genera una compleja red de circuitos muy completos.

De esta forma se generan muchos circuitos, por lo que el cerebro es una compleja red de circuitos formados por neuronas que se relacionan entre sí.

Ver esquema adjunto

Cada vez que guardamos la nueva información, abrimos un nuevo circuito en el que se facilitará la circulación mediante cambios funcionales en las neuronas activadas. Si pasado el tiempo y no se utiliza este circuito, estos cambios funcionales desaparecerán y el tráfico resultará tan difícil como antes, lo que hará que olvidemos la información. Por otra parte, si repasamos esta información, se producirán cambios estructurales de estas neuronas y la información dejará un indicios más duraderos; en estas circunstancias se dice que la información ha dejado huella, un indicios mnésico. (Ver imagen página 10).

Si después de nacer no se produce más neurona y no se renuevan las neuronas que nos mueren cada día (aunque nos cuidemos bien, las neuronas se pierden todos los días y no surgen noticias, cada día tenemos menos neuronas), ¿cómo es posible que cada día aumentemos la capacidad de memoria? Aunque nos perdemos todos los días, tenemos muchas neuronas que continuamente están haciendo nuevas sinapsis y abriendo nuevos circuitos. Por tanto, no se aprecia pérdida de memoria hasta que el número de neuronas desciende notablemente. Estas pérdidas espectaculares se producen como consecuencia de un accidente grave, el alcoholismo o la enfermedad de Alzheimer.

¿Cómo mejorar la memoria?

¿Cuándo se dice que una persona tiene buena memoria? Por supuesto, cuando obtenga la información que desee. Por tanto, las técnicas para mejorar la capacidad de memoria son aquellas que favorecen el acceso a la información. Para ello es necesario guardar la información “bien”. ¿Y qué podemos hacer para hacerlo?

Para empezar, repetiremos la información, ya que deja huella, es más difícil perder esa información que hemos repetido. Cuanto más repetimos la información, más accesible será (en el gráfico de arriba se muestra el tiempo en el que hay que repasar para no olvidar una determinada información). Por otro lado, la información debe estar bien organizada, al igual que en los armarios de casa, ya que se deben incluir criterios de almacenamiento en la memoria. Como bien sabéis los que trabajáis en el ordenador, es inútil guardar la información si no sabemos dónde la guardamos. Por eso, hacer esquemas es muy útil, no olvidemos que en nuestra mente también guardamos las cosas en el esquema.

Reflejamos el esquema que hemos utilizado en la mente en el papel, por lo que cuando queremos repasar la información lo haremos mucho más rápido. En contra de lo que muchos creen, por tanto, hacer esquemas no es perder el tiempo. En cualquier caso, no olvides que cada uno organiza la información a su manera y, por lo tanto, tu esquema es de gran ayuda para que lo repases tú, no cualquiera. Además, cuando relacionamos lo que aprendemos con lo que sabemos, es decir, cuando creamos vínculos, integramos la nueva información en la red de nuestro conocimiento. De esta forma, enlazamos la información con más canales y tendremos más posibilidades de acceder a ella, más canales (ver imagen página 13).

A veces tenemos que guardar información que para nosotros no significa mucho (listados, números, etc.). ), si convertimos esta información en información relevante para nosotros, la guardaremos más fácilmente y, por tanto, podremos acceder más fácilmente. Esta es la base de varias reglas mnemotécnicas.

Como puedes ver en la imagen superior, para recordar en un porcentaje importante lo aprendido, el primer repaso debe realizarse a 10 minutos, el siguiente a 24 horas, el siguiente a una semana, el siguiente al mes y el siguiente a 6 meses... Cuantos más repaso hagamos, más tiempo será el siguiente repaso.

Algunas de estas técnicas son:

  • Formar frases expresivas en la primera letra de las palabras de la lista (por ejemplo, para recordar las tiras de los huesos).
  • Imaginando imágenes, se basa en este conocido método de Loci. También puedes realizar dibujos (ver imagen página 13).
  • Inventar historias. Cada cual, por supuesto, creará lo suyo, compuesto de cosas que le son significativas.

Además de los ya mencionados, hay más vías para mejorar la memoria, por ejemplo crear motivación. Como es sabido, tenemos una mayor tendencia a recordar lo que nos genera curiosidad, ya que tratamos de recopilar información sobre este tema en todas las posibilidades que tengamos y, como ocurre con el puzzle, cuantos más piezas tengamos colocadas, más fácil será la colocación de las siguientes piezas. Además, volvemos muchas veces a lo que nos interesa y, por tanto, reorganizamos y repetimos la información continuamente.

Plano del metro de Londres, el primero del mundo. Cuantas más líneas cruzemos en un punto, más posibilidades de llegar a él. Al relacionar lo aprendido con lo que sabemos, lo integramos en la red existente. De esta forma, abrimos más canales facilitando el acceso a la información existente.

Podemos convertir la información en algo agradable para nosotros (inventando historias) o pensar en las buenas consecuencias que nos va a traer algo (esto es especialmente útil cuando estás preparando exámenes). Por otra parte, es sabido que las cosas que son desagradables son más fáciles de recordar que las cosas agradables y estas últimas no son nada agradable/no desagradable. Gracias a ello aprendemos bien cosas que nos perjudican, de manera que no nos olvidemos. Las cosas que nos gustan también las recordamos enseguida y eso regula en gran medida nuestro comportamiento. Por eso, ¿por qué no te das una pequeña recompensa a medida que alcances tus objetivos? Es, sin duda, una buena vía para aumentar la motivación y por tanto mejorar la capacidad de memoria.

Tienes que aprender los factores que influyen en la capacidad de memoria, pero el tema te parece aburrido. Con esta lección has decidido inventar una historia:

“Trabajo en una biblioteca. Quiero hacer mi trabajo con orden y cuando me pidan un libro me gustaría encontrarlo inmediatamente. Para empezar, tendré que guardar bien los libros. Organizaré los libros por temas y dentro de cada tema colocaré los ejemplares alfabéticamente —organización—. Hacer un pequeño croquis de la biblioteca no me vendrá mal porque así sabrán —esquema— dónde se guardan los libros de diferentes temas. Pondré juntos libros de temas similares, como los de enfermería junto a los de medicina, y junto a ellos los de biología, psicología y sociología —lazos—. Traducidos los títulos de los libros en otro idioma, los pegaré en la piel —hacer más comprensible la información—. Además, cuando estoy trabajando, me daré cuenta de dos cosas: por un lado, siempre encuentro más fácilmente los libros sobre mis temas preferidos —motivación— y, por otro, siempre me encuentro con más facilidad los libros que más me piden, porque sé dónde están, el repaso”.


Supongamos que cuando vas de compras tienes dificultades para recordar las listas. Al salir del trabajo tienes que comprar leche, café, pan y tomates, pero temes que algo te olvide. Siguiendo la técnica de Locio, en el camino que realizas diariamente, colocarás los objetos que vas a comprar.

“A la hora de salir del trabajo he visto que el portal está lleno de tomate, hay tantos tomates en la puerta que tengo dificultades para salir —el tomate—. De alguna manera, he conseguido salir y en el semáforo que me quedo todos los días el tráfico está totalmente parado, porque en mitad de la vía algunos baserritarras están ordeñando las vacas —la leche—. Cuando he conseguido pasarlo, me ha puesto ganas de tomar un café; cuando he entrado en una cafetería y he pedido café con sopas, pan, toda la gente que está allí se ha quedado mirando”.

Si nos aparece en las imágenes, es más fácil evocarlas.

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