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Rescatan en Zumaia la huella fósil de un organismo desconocido

2011/11/16 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

La iknofósil de Zumaia tiene una longitud de 1,53 m, cuatro veces más que las que se han encontrado de este tipo. Ed.: Asier Hilario - Ed. Asier Hilario

Hace siete años, dos geólogos encontraron una misteriosa huella en el barranco del biotopo Deba-Zumaia. El director del biotopo, Asier Hilario, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Juan Carlos Gutiérrez Marco, fueron los geólogos que pronto se dieron cuenta de su importancia. Ahora, teniendo en cuenta que el fósil estaba en peligro de extinción, ha sido extirpado del lugar (ver galería de fotos del rescate) y llevado a Algorri al centro de interpretación (Zumaia). La presentación del fósil tendrá lugar hoy a las 7 de la tarde.

Asier Hilario ha destacado que “el fósil tiene un gran interés científico, sobre todo por su tamaño. Los fósiles de este tipo que se han encontrado hasta la fecha tienen una longitud de entre 30 y 40 centímetros, lo que supone 1,53 metros. Eso hace especial, genial”.

Es la huella fosilizada (icnofósil) de un organismo que vivía en el Eoceno hace 49 millones de años. Los científicos no conocen este organismo, pero han encontrado más pistas de este tipo, correspondientes a un período de 411 millones de años (del período ordovícico del Paleozoico al Neógeno). Sin embargo, no hay muchos ejemplares y se le ha llamado de diversas maneras. Sin embargo, el nombre científico del fósil es Saerichnites abruptus.

En la actualidad, gracias a los batisfatos, ha sido posible fotografiar en el fondo marino restos similares. A ellos se les ha llamado Saerichnites canadensis y los más antiguos son los del Camboya, pero en este caso tampoco saben cuál es el organismo que genera la huella.

El ejemplar que han encontrado en el biotopo está en muy buen estado y es ideal para apreciar las características de este tipo de fósiles. Mide 1,53 metros de largo por 3 cm de ancho y tiene dos hileras de fosas en paralelo, mientras que las fosas tienen un diámetro de 0,7 a 1,7 cm.

Desde su descubrimiento, los geólogos han hecho un seguimiento del icnofósil, ya que consideraban que podía estar en peligro. De hecho, estaba en la base de un barranco inestable y soportaba la fuerza de las olas. Finalmente, al ver que estaba agrietado, decidieron extraerlo antes de que se produjera un siniestro. En este sentido, Asier Hilario ha destacado que se trata de un “ejemplo de la conservación que se realiza en el biotopo” e incluso lo ha considerado como un “modelo”.

El rescate no ha sido fácil, ya que el tramo de roca que rodea el fósil tiene un peso superior a los 200 kg. Así, ocho personas, bajo la dirección del Departamento de Desarrollo Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa, trabajaron para su extracción. Ahora Algorri ha tenido que extraer más de 200 kg de roca para rescatar al icnofósil. Ed.: Asier Hilarioserá presentado en el centro de interpretación, donde estará a disposición de todos aquellos que quieran verlo y analizarlo.

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