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La honestidad de un premio Nobel

2020/01/16 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

Imagínate que he hecho un descubrimiento. Imagínate que he encontrado un racimo de uvas sumergido en el agua durante diez segundos y que el agua se convierte en vino. Y imagínate que te lo cuento a ti. Claro que tú lo harías, pero intentándolo una y otra vez, no conseguirías que el agua se convierta en vino. Y, además, podría protestar. Al final, yo tendría que retroceder, porque si no se puede repetir el descubrimiento que has dicho, no se puede aceptar. Mi descubrimiento no sería un descubrimiento. Supongamos, además, que he realizado con buena intención ese supuesto descubrimiento, es decir, que no se trata de engañar. Pues da igual. Sin embargo, este descubrimiento no sería nada. La buena intención no crea verdad. Es un ejemplo loco, pero se entiende, ¿no? Pues eso mismo le ha ocurrido a un premio Nobel.
Francis Arnold, premio Nobel en diciembre de 2018. Ed. Bengt Nyman / CC BY 2.0

El químico Frances Arnold, ganador del Premio Nobel de Química en 2018, lanzó el pasado 2 de enero en twitter un periplo sorpresa en el que señalaba que el último artículo publicado no es justo y que los resultados que presenta no pueden ser aceptados. En definitiva, que lo publicado no es cierto. Arnold ha pedido disculpas y ha retirado la publicación. Es de agradecer la honestidad. No siempre se ven.

De hecho, en el artículo explicaba cómo se produce la síntesis de beta-lactam a través de las enzimas. No vamos a entrar en el contenido en profundidad, pero son beta-lactamas, por ejemplo, la base molecular de las penicilinas. Nosotros las sintetizamos mediante síntesis química, pero son una estructura molecular que se sintetiza en la naturaleza mediante enzimas. En los experimentos del grupo de Arnold, la actividad de estas enzimas se medía en diferentes condiciones, pero los repetidores de los experimentos no obtenían los mismos resultados. Y al final Arnold ha retrocedido públicamente.

Cabe destacar que la respuesta de la mayoría de los científicos no ha sido mala. Le han agradecido la retirada del artículo y su reconocimiento público. Por otro lado, hay que decir que Arnold no es el único firmante, pero por supuesto, al ser un premio Nobel, tiene mucho prestigio y todos miramos a él.

¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha publicado datos incorrectos? No está claro, pero parece que tenían algunos datos que no se tuvieron en cuenta a la hora de escribir el artículo. Es posible que en el grupo de Arnold se hayan descartado estos datos pensando que no tenían importancia y que por el contrario fueran importantes. Sin embargo, los datos publicados no eran correctos y los experimentos no podían repetirse. Así, el premio Nobel de Química, Frances Arnold, ha retirado el artículo y ha solicitado la condonación pública. En opinión de la mayoría, absolutamente ejemplar.

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