Negacionismo: ¿nueva pandemia?
2021/12/20 Laida Arbizu Aguirre - Filosofiako ikaslea Iturria: Elhuyar aldizkaria
Como ya es conocido, otro hecho, el negacionismo, ha ganado la misma presencia que la propia pandemia. A medida que aumenta la transmisión del virus, también aumentan las ideas que cuestionan la existencia y/o gravedad del coronavirus. Pero, ¿por qué? ¿En qué consiste el negacionismo? ¿Tendrá continuidad este fenómeno tras la pandemia?
Por lo general, dentro del negacionismo se pueden encontrar dos elementos principales: la realidad o la negación de una determinada evidencia (histórica, científica...); por otro lado, la causa de esta negación es la huida de una verdad incómoda. Por supuesto, son muchas las vías para hacerlo, independientemente de motivaciones, intereses u otros factores. En el caso del perfil negacionista, se confunden la desconfianza de los sujetos, el miedo y la incertidumbre sobre la situación; siendo aspectos que se pueden detectar en todas las personas, se hace hincapié en el carácter heterogéneo del negacionismo. Se puede decir, por tanto, que tiene capacidad para unir sujetos muy diferentes.
A pesar de que hoy en día es un tema de bolos, el negacionismo no es un fenómeno nuevo: de la mano de la digitalidad se ha actualizado, pero sus raíces son las mismas. En cualquier caso, ¿por qué se han incrementado esas conductas que se fundamentan en la negación? Además de lo atípico de la pandemia, la desconfianza hacia las administraciones e instituciones, la imposibilidad de comprender su carácter fiable o su falta de información en el espacio digital “facós” (libertad de las redes sociales, cajas de resonancia, difusión de las news… Las piezas de Internet son abundantes), suelen ubicarse en el núcleo del auge (Arbar, 2021).
Búsqueda de respuestas sencillas ante dudas y verdades incómodas
Ante una incógnita y atípica como la pandemia, la inundación negacionista con respuestas rápidas gana fuerza. Sin embargo, ante esta inundación, tendríamos que hacer algo más que protegernos; se trata de hacer frente. Por lo tanto, además de cerrar el camino a las nuevas ideas negacionistas, será necesario trabajar algunas estrategias para frenar los mecanismos tangibles que ya están en marcha. Los negacionistas, sin embargo, tienden a mantener firmemente sus convicciones, aunque tengan evidencias de que son erróneas, por lo que ¿es posible discutir con los negacionistas?
Para evitar tanto el negacionismo como los conflictos que allí se arraigan, no hay más remedio que hacer frente al fenómeno, ya que la pasividad haría inútil a todo lo que ha vivido durante la pandemia. Sin embargo, la ley de Brandolini, en la que se necesita más energía para eliminar la información falsa o las tonterías que para crear una nueva falsedad, exige un gran trabajo. ¿Merece la pena dedicar tiempo y esfuerzo para corregir y aclarar falsedades? (Williamson, 2016). De cara a los posibles daños que puedan causar estas falsas convicciones que se generarán, sería correcto señalar que toda afirmación falsa merece una respuesta, esfuerzos. Por tanto, para frenar estos mecanismos negacionistas en funcionamiento en el contexto de la pandemia, a continuación se propondrán dos soluciones y se reivindicará su necesidad, una vía de debate respetuosa y otra de recursos para mostrar la ciencia o acercarse al conocimiento científico.
Las investigaciones han demostrado que el no intento de desmantelar el negacionismo científico en algunos medios puede ser perjudicial. En la misma línea, los resultados de la investigación publicada por los investigadores Phillip Schmid y Cornelia Betsch en la revista Nature Human Behavior muestran que los discursos negativos perjudican más cuando no tienen respuesta. Además, subrayan que cualquiera de las dos estrategias de respuesta que ofrecen en el artículo (basada en la eliminación de argumentos sobre el tema, topic rebuttal en inglés, o que trata de desmontar trampas del discurso, el technique rebuttal) consigue paliar parcialmente el daño (Schmid & Betsch, 2019). Sin embargo, hay un elemento tan importante como el fomento del debate, que hay que tener en cuenta en la propia entrevista: el respeto.
Debate basado en el respeto
El filósofo Lee McIntyre destaca la importancia de este concepto en su obra más reciente, How to talk to a science denier. Según el pensador, el primer paso para hablar con una pandemia, y en general con una ciencia, es construir confianza, mostrando paciencia, empatía y respeto, y mostrando transparencia y apertura al funcionamiento de la ciencia. Por eso, para McInty, el reto no es sólo que la gente acepte determinados hechos, sino que empiece a comprender y valorar cómo los científicos han conseguido su conocimiento, cómo se han basado en procesos de análisis rigurosos, pruebas cooperativas y tolerancia de incertidumbre. De esta forma, los tangentes pueden empezar a identificarse más con los valores de los científicos (y con los procesos de razonamiento) (McIntyre, 2021).
Conocimiento científico ante la duda
Además del diálogo, es imprescindible educar a la sociedad en la ciencia, dar a conocer el funcionamiento de los mecanismos científicos y describir con precisión la naturaleza del campo, advirtiendo de la estrecha relación entre disciplina y sociedad. En general, la llave para cerrar la puerta negacionista sería impulsar proyectos que permitan dar a conocer la verdadera naturaleza y funcionamiento de la ciencia. En el contexto actual, la ciencia es una disciplina de gran prestigio, pero la cultura científica de la sociedad no se ha incrementado en la misma medida. Si no se presta la debida atención a la promoción de esta cultura, se pueden multiplicar las posibilidades de poner de manifiesto estas conductas basadas en la negación. Así, ¿cómo afectará la pandemia al interés por la ciencia y el conocimiento científico de las personas? Seguramente descubrirá nuevas oportunidades.
Hay que tener en cuenta que la ciencia, además de herramientas técnicas, pone sobre la mesa herramientas filosóficas para reflexionar sobre nuestro entorno. Una mejor comprensión de la realidad nos puede ayudar a construir una base sólida para tomar decisiones adecuadas (Fernández Niño, 2017). Por ello, es necesario un conocimiento básico de la ciencia, así como fomentar la colaboración en la lucha contra el negacionismo: concienciar a nivel social de la necesidad de hacer frente a los rechazos, fuera del ámbito científico, y llevar esa concienciación a la práctica, situando siempre el pensamiento crítico en el eje.
Esta última será probablemente la última pieza del puzzle que ha aparecido hasta el momento y que servirá para unir el resto de los apartados. En este contexto de Pandemia, y en la era de la inmediatez de la información, la mayoría de los conocimientos científicos que posee el público en general provienen de las redes sociales, y cada vez es más compleja la separación de información y opiniones. Además, en la medida en que el tiempo para analizar y poner en perspectiva los problemas que afectan a la sociedad es muy limitado, el pensamiento crítico es más necesario que nunca. En esta situación inestable, además de cuidar las propias convicciones, hay que explorar justificaciones fundamentadas para saber por qué se piensa lo que se piensa y para aclarar la naturaleza de las razones por las que se piensa.
La naturaleza de los que se oponen a la ciencia es adaptable y, aunque el contexto cambie lo que se va a negar, los mecanismos de negación probablemente seguirán funcionando. Sin embargo, esta situación no debe empujar a la desesperación. A pesar de que las discapacidades pueden ser numerosas, puede resultar aún más dramático poder adoptar una actitud pasiva y ampliar las perspectivas negacionistas. Los caminos propuestos pueden parecer poco impactantes a primera vista, pero pueden ofrecer un punto de partida adecuado para revolucionar las actitudes o decisiones que promueven estas ideas tangibles.
Al inicio de la pandemia, cuando todos estábamos en nuestras casas, se puso de manifiesto que sería imprescindible trabajar conjuntamente para afrontar esta situación insólita. A pesar de que en la actualidad nos encontramos todavía en la pandemia, desde el año 2020 se han producido muchos cambios, tanto desde el punto de vista científico como técnico, que nos ayudarán a llegar más rápido al final. A pesar de que la lucha contra el negacionismo supone un gran esfuerzo, será necesario tomar esa responsabilidad y debatir sobre esas ideas que se basan en la negación, incluso directamente con los negacionistas, siempre en la línea del pensamiento crítico y en la interacción.
Referencias bibliográficas
[1] Arbós, Daniel. 2021. “¿Cómo puede ser que haya negacionistas del coronavirus?”. A. https://ara.cat/esexist-tecnología-/} -exist-por-hay-negacionistas -coronavirus -que-que-covid19_1_3865154.html
[2] Crespo Garay, Cristina. 2019. “Vivimos en una sociedad cada vez más polarizada, el caldo de cultivo perfecto para las faces news”. National Geographic.
[3] Diethelm, Pascal & McKee, Martin. 2009. “Denialism: what is it and how should scientists ??”. European Journal of Public Health, 19 (1): 2-4.
[4] Fernández Niño, Julián Alfredo. 2017 “La anti-ciencia y el populismo en el siglo XXI”. Revista de la Universidad Industrial de Santander. Salud, 49(1): 5-6
[5] Martínez Mas, Salvador. 2020. “Una app” berlinesa para ayudar a hablar con los negacionistas de la pandemia”. Nius. https://www.nius{ .es/internacional/europa/app-berlines-mus-musical--invernacionistas pandemia _18_3037395302.html
[6] McIntyre, Lee. 2020. La Actitud Científica. Cátedra, Madrid
[7] McIntyre, Lee. 2021. How to talk to a science denier. The MIT Press, Massachusetts
[8] Schmid, Phillip & Betsch, Cornelia. 2019. “Effective strategies for rebutting science denialism in public discussions”. Nature Human Behavior 3, 931–939.
[9] Williamson, Phil. 2016 “Take the time and effort to misinformation”. Nature 540, 171.