Lirón gris, duende de bosques
1991/03/01 Aihartza, Joxerra Iturria: Elhuyar aldizkaria
Durante el otoño, quien ha estado de noche en nuestros bosques, oirá a menudo los sonidos producidos por las semillas de haya o las bellotas al caer al suelo. Muchas veces esas bellotas caen por sí mismas, pero a veces es un excéntrico animalito el que lanza las superficies vacías de esas semillas. En estos casos, si aclaramos nuestras ramas superiores, podemos ver con un poco de suerte el lirón gris.
El lirón gris ( Glis glis ) es un mamífero pequeño clasificado en el grupo de roedores. Puede medir de cabeza a ano entre 13 y 18 cm, mientras que la cola peluda tiene entre 12 y 15 cm. Su peso varía entre 150 y 250 gramos según la época del año. En cuanto a la apariencia, aunque a primera vista puede recordar la rata o la ardilla, si se observa mejor puede decir que el animal es totalmente diferente. Su piel es lisa, gris parda o gris plateado por su parte superior, con el vientre blanquecino. Sus garras parecidas a las ardillas y su larga cola para mantener el equilibrio nos hablan de su vida arborícola. A su vez, sus grandes ojos negros, y los largos bigotes con función táctil, indican que está adaptada para actuar en la oscuridad.
El lirón gris es, por tanto, el pariente nocturno de la ardilla. En cuanto a su hábitat, vive en bosques de frondosas y/o coníferas, aunque prefiere hayedos y robledales. También puede nidificar en parques, jardines y ganbara de caseríos o bordas, siempre y cuando tenga la posibilidad de obtener comida cerca. Se trata de una especie paleárquica, hoy presente en toda Centroeuropa, extendida desde el este hasta Persia y Turkestet. Por el sur, el límite es el Mediterráneo y en la Península Ibérica sólo se ha observado en la vertiente cantábrica.
Este curioso animalito pasa el día en algún agujero de árboles, o en algún nido que él mismo construye, y no se elimina hasta el anochecer. No es de extrañar, por lo tanto, que a pesar de su aspecto tan amable, para la mayoría de los kaletarras sea totalmente desconocido. Con la noche, sin embargo, el lirón comienza a trabajar: se mueve muy rápido hacia arriba y abajo por los árboles en busca del alimento, y gracias a las cojines húmedos y pegajosos de los pies traseros, es capaz de subir un poco por encima de la superficie lisa. No es de extrañar, por tanto, que lleguen a las bóvedas de caseríos y bordas que se encuentran en las proximidades de los bosques, donde se asalten.
El lirón es sobre todo un animal fitófago, aunque en ocasiones puede comer insectos y alguna pequeña ave. En primavera y verano se alimentan principalmente brotes, cortezas de árboles, hojas y otras partes verdes vegetales. A partir de septiembre busca sobre todo los frutos que se han jugado en las grasas, acumulando así reservas suficientes para afrontar el largo invierno. En esta época, por tanto, prefiere la bellota, las semillas de haya, las avellanas y otros frutos secos con grasas, y su alto valor energético hace que el lirón se engorde alcanzando el mayor peso del año.
A partir de noviembre, y con la llegada de las primeras heladas, el lirón está listo para hibernar. Entonces se busca un arbol seco y suave, donde se guarda, enrollando el cuerpo y cubriendo la cabeza y el cuello con la cola peluda que se mete en el sueño invernal. A partir de ese momento, el metabolismo del animal se limita a valores mínimos: su temperatura interna baja de 35 a 1 CanalC y sus pulsaciones cardiacas por minuto se reducen de 450 a 35.
A su vez, el ritmo respiratorio también es extremadamente bajo, con una sola inspiración por hora. Sin embargo, la respuesta al metabolismo del animal es muy rápida y los valores metabólicos se recuperan rápidamente al aumentar la temperatura exterior. Hacia mayo, una vez finalizada la hibernación, el animal ha perdido el 50% de su peso y ha agotado todos los reservorios de grasa. Por lo tanto, el invierno impone una rigurosa selección a la población de lirones. Los ejemplares que no han acumulado suficientes reservas, o los jóvenes lirones que han nacido demasiado tarde, no son capaces de soportar un largo sueño invernal y no alcanzan la primavera.
El celo comienza aproximadamente un mes después de salir de la hibernación, época en la que se pueden oír los gritos quejidos del animal. La gestación puede prolongarse entre 30 y 32 días y la única cría del año se produce durante el mes de agosto y las primeras semanas de septiembre, pudiendo prolongarse entre 3 y 9 crías por cría, aunque el número más normal es de 5-6.
Entre los enemigos naturales del lirón destacan la marta ( Martes ) y los grandes depredadores nocturnos como el búho ( Bubo bubo ), el búho medio ( Asio otus ) y la urubia ( Strix aluco ). Además, el hombre ha curtido desde hace tiempo, tanto por la delicada y dulce naturaleza de su carne como por las virtudes curativas inherentes a sus grasas, que se han utilizado para elaborar medicamentos antirreumáticos. Hoy en día, sin embargo, la caza del lirón está prohibida en Euskal Herria, y si mantenemos sanos los bosques de hojaldre que forman parte de su hábitat principal, este bonito duende de las selvas nos acompañará durante mucho tiempo. ¡Así sea!
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