Estrategias para la prevención del cáncer
1988/06/01 Aritziturri, Lurdes | Satrustegi, Juanjo Iturria: Elhuyar aldizkaria
DETECCIÓN DE CARCINÓGENOS
La detección de carcinógenos, es decir, la detección de factores cancerígenos, se realiza por diferentes vías. Algunos de ellos son:
Vías epidemiológicas
Estudios realizados hasta el momento nos muestran que la mayoría de las neoplasia, es decir, las formaciones de nuevo tejido de carácter tumoral, tienen su origen, al menos en parte, en factores no hereditarios. Por tanto, será necesario realizar un esfuerzo conjunto para identificar estos factores de riesgo y desarrollar vías de eliminación o debilitamiento. Los estudios sobre las variaciones de las tasas de cáncer entre diferentes grupos humanos realizados con este objetivo nos ofrecen una de las herramientas más eficaces. Otras vías, como los efectos carcinógenos derivados de los estudios con animales, no siempre pueden extrapolarse al ser humano.
Método del bioensayo
La posible carcinogenicidad de una determinada sustancia química está altamente correlacionada con las diferentes especies. Por ello, las sustancias químicas se prueban en animales para conocer su carcinogenicidad en el ser humano. Si las pruebas practicadas adecuadamente dan lugar a neoplasias en los animales, normalmente serán consideradas carcinógenas para los seres humanos y serán tratadas como tales.
Si atendemos a las implicaciones que ofrecen los resultados de las pruebas con animales, será posible tomar medidas para evitar la exposición del hombre a estos carcinógenos, ya que antes de la aparición del cáncer en el ser humano pasa un largo periodo de inducción. En consecuencia, las biosesiones de sustancias químicas con actividad cancerígena sospechosa constituyen una parte fundamental de la estrategia de prevención de cáncer, especialmente cuando no existen experiencias previas para prevenir la influencia de compuestos químicos recientemente sintetizados en el ser humano.
Pero estos bioensayos con animales tienen un alto coste y se hacen muy lentos. Por ello, los esfuerzos por desarrollar pruebas más rápidas y económicas deberían ser prioritarios. Aunque la fiabilidad de esta prueba está pendiente de ser fijada, están ampliamente extendidos en la prevención selectiva de compuestos químicos, y están totalmente recomendados en el sistema de ensayo múltiple o en la sección de pruebas in vitro.
DETECCIÓN DE INDIVIDUOS DE ALTO RIESGO
Lesiones precancerosas
Ya se conocen algunas lesiones que contribuyen al desarrollo del cáncer. Por ejemplo, se estima que las mujeres con displasia de cuello de útero o anomalía de desarrollo presentan un riesgo de desarrollar un carcinoma de cuello de útero 1600 veces mayor que en las mujeres normales. Sin embargo, se ha podido comprobar que la eliminación del carcinoma in situ puede prevenir el carcinoma agresivo del cuello.
Dado que la detección y el tratamiento de estas lesiones puede reducir el riesgo de las personas no afectadas por cáncer, el esfuerzo en identificar y tratar estas lesiones debería estar presente en la estrategia preventiva de cualquier cáncer.
Situaciones de sensibilidad alta
Muchas veces hay situaciones hereditarias que se asocian con una sensibilidad añadida. Uno de los ejemplos más claros es el xeroderma pigmentado. Esta enfermedad, una enfermedad autosómica subyacente, presenta las siguientes características: Composición defectuosa del ADN, sensibilidad aumentada a los rayos solares y un riesgo relativamente elevado de cáncer cutáneo en las primeras fases de la vida.
Otra categoría de enfermedades hereditarias asociadas a una elevada sensibilidad al cáncer son los llamados síntomas del tumor dominante. Esta enfermedad se conoce por la aparición de ciertos tumores especiales en algunas familias, por la precocidad a lo largo de la vida y por su variedad. Una teoría sostiene que estas enfermedades se producen mediante procesos de mutación que tienen lugar en diferentes etapas, al menos en dos etapas.
La primera fase consiste en un cambio hereditario presente en cada célula corporal. El segundo implica el cambio en el desarrollo embrionario o posterior. Las personas que han heredado este primer paso tienen un alto riesgo de sufrir cáncer por los agentes mutágenos capaces de realizar el segundo.
Entre los más sensibles al cáncer se encuentra la actividad de los sistemas enzimáticos. Los precursores de los carcinógenos son responsables de convertir la forma final en radiactiva.
En la medida en que sea posible identificar personas con sensibilidad hereditaria, se deben adoptar medidas para reducir la exposición a carcinógenos y para evitar lesiones premoplásicas.
Vigilancia
La identificación de personas de alto riesgo, la realización de inspecciones para evitar cambios premoplásicos y neoplásicos y su tratamiento con las medidas adecuadas, requieren una observación sistemática de los grupos de población. En la actualidad, además de los principios del diagnóstico clínico, la utilización de la metodología del screening para la detección de etapas tempranas de cáncer en personas asintomáticas es muy limitada. Entre las técnicas admitidas para este fin destacan dos: Test de Papanicolau para el estudio del cuello de útero y mamografía por rayos X para detectar el cáncer de mama precoz utilizado en el screening.
EDUCACIÓN
La amplitud de la distribución de los factores de riesgo carcinógeno y la importancia de detectar las primeras etapas del desarrollo del cáncer hacen necesaria la formación del público y de los profesionales sanitarios para prevenir el cáncer. Es trágico el comportamiento de nuestra sociedad respecto al tabaco hasta el momento, a pesar de que en muchas pruebas el tabaco ha aparecido como el principal cancerígeno. Esta situación, además de la falta de atención, incluye los conflictos entre sistemas de valores, las perspectivas filosóficas, políticas, psicológicas y socioeconómicas.
Es posible que en el futuro se encuentren con problemas relativamente iguales, a medida que se identifiquen otros factores de riesgo, ya que el peso del cáncer puede deberse a la exposición a muchos carcinógenos débiles que actúan de forma conjunta, y no tanto a carcinógenos fuertes aislados. Además, las pruebas que denuncien los factores de riesgo, en su primera aparición, prácticamente nunca serán absolutas, en la medida en que se basen mayoritariamente en estudios animales. Por ello será necesario que la población entienda el problema de forma adecuada para poder dar una respuesta social eficaz.
REGULACIÓN
La prevención de riesgos se asegurará mediante el desarrollo de normas y códigos prácticos de seguridad. La sociedad, por costumbre, confía en estas normas para proteger a las personas o a los subgrupos de riesgo. Existe una serie de normas a nivel legal para proteger a los trabajadores, consumidores y otros ciudadanos de los carcinógenos. Sin embargo, es evidente que el desarrollo de estas normas ha ido en muchas ocasiones después de la prueba de carcinogenalidad y que no se han cumplido adecuadamente.
Sin embargo, en el pasado el problema era complicado, debido a las dudas y a los debates para fijar la carcinogenicidad de un agente concreto, y a la evaluación de cualquier riesgo para la población humana. Estos problemas siguen sin solución, pero hay proyectos útiles.
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