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Estado de la impresión del metal

2020/05/21 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

La impresora 3D es en un sentido gracioso. Consigue un extraño efecto: Inventado en la década de los 80, seguimos hablando de él como última tecnología. La verdad es que ha ocurrido lo mismo con los drones, con varios dispositivos electrónicos, etc. La clave es la percepción. La impresora 3D parece moderna y moderna, pero no es la última tecnología.

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No es la última tecnología, pero en parte sí. La impresión 3D está en continuo avance. Inventamos nuevas aplicaciones. Y sobre todo, cada vez estamos utilizando más materiales para imprimir en 3D. Quizás ese sea un motivo para pensar que es nueva.

Las impresoras 3D convencionales imprimen polímero en lugar de imprimir tinta. A menudo son polímeros típicos, plásticos comunes: ABS, o ácido poliláctico, o PET (tereftalato de polietileno), etc. ABS es un copolímero: A-B-S Acrilonitrilo Butadieno y Estireno (ABS). Dicho así parece un material muy sofisticado (y químicamente sofisticado), pero si os digo que las piezas de LEGO las fabrican con ABS, entenderéis que es un plástico convencional. Y el PET, el terftalato de polietileno, es el material de las botellas de agua.

Pero mi intención no era hablar de polímeros, sino de metales porque cada vez estamos usando más metales en impresoras 3D. No en impresoras 3D domésticas, pero sí en la industria: para la fabricación de piezas aeronáuticas o para la medicina, por ejemplo. Las empresas que fabrican piezas complejas de aviones están imprimiendo aluminio en aeronáutica. No suele ser aluminio puro, sino aleaciones de aluminio que contienen otro metal. Y piezas impresas en medicina con titanio. Titanio y medicina. Esta pareja no necesita mucha presentación.

Pero hay más ejemplos: son muchas las industrias que utilizan acero, y también se utilizan aleaciones entre galio e indio, cromo y cobalto, etc.

El problema es que la mayoría de las impresoras 3D tienen que calentar el material. Generalmente el metal se encuentra en forma de polvo, se funde con el calor y se fusionan en la forma deseada. Imaginad la temperatura que deben alcanzar en el caso del acero, por ejemplo.

Por qué estoy contando todo esto. La idea era que quería justificar que algunas impresoras 3D son la última tecnología. Yo digo que sí. Esta tecnología sigue estando, en algunos casos, a nivel de laboratorio, a nivel de investigación. El ejemplo publicado en la revista Science en uno de los números de mayo de 2020 puede servir: un estudio sobre cómo las partículas del metal absorben la energía cuando se calienta el polvo de metal. Y es que todavía no está claro cómo se produce a nivel atómico. Y si el producto es una pieza que estamos usando durante un vuelo, por ejemplo, está claro que tenemos que saber exactamente qué ha pasado en el momento de la fabricación de esa pieza, ¿no?

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