El origen de la malaria puede estar en los gorilas
2010/10/17 Aulestiarte Lete, Izaro - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa
Aunque se conoce desde hace tiempo, la malaria (o paludismo) sigue siendo mortal. Los datos de la Organización Mundial de la Salud son claros: cada año 300 millones de personas enferman gravemente y al menos un millón de ellas muere por culpa de la malaria. El 40% de la población mundial está expuesta, sobre todo en los países más pobres.
La lucha contra la malaria ha recorrido un largo recorrido, pero todavía no hay ninguna solución para afrontarla. En este sentido, los nuevos descubrimientos podrían ser significativos.
La Universidad de Alabama (EEUU) ha concluido que el origen de la enfermedad está en los gorilas y Nature ha dado la noticia. El microorganismo Plasmodium falciparum es el responsable de la mayoría de los tipos de malaria en los seres humanos y es transmitido por la picadura del mosquito Anopheles gambiae. Pero hasta ahora no había luz sobre el origen del parásito.
A modo de aclaración, se han analizado 3.000 muestras de excrementos recogidos en poblaciones silvestres de chimpancés, bonobos y gorilas (África subsahariana) y se ha secuenciado el ADN del Plasmodium. Dicen que los parásitos encontrados en las muestras de gorilas del oeste del continente ( Gorilla gorilla ) son los que presentan mayor similitud con los que se observan en humanos. Y así se ha llegado a la conclusión de que esa especie puede ser el origen de la malaria. “El parásito pasaría de los gorilas occidentales al hombre, y no de los chimpancés al hombre, como se pensaba hasta ahora. Además, creemos que esta transmisión entre especies se realizó en un solo paso, directamente”, explica el responsable del estudio.
Mirando al mosquito
La otra investigación relacionada con la malaria la ha llevado a cabo el National Institute of Allergy and Infectious Disease de Maryland, quien ha observado en profundidad el sistema inmunitario de Anopheles. Como la enfermedad la transmite el mosquito (incluyendo el Plasmodium en los humanos), el propio insecto debe ser inmune. Y eso es lo que han querido investigar, cómo se inmuniza el mosquito.
En el experimento, los mosquitos se dividieron en dos grupos y se alimentaron de sangre de ratas contaminadas con Plasmodium. Un grupo se contagió pronto, mientras que el otro no lo fue porque los insectos estuvieron en una habitación que hacía demasiado calor para que el parásito creciera. Al cabo de una semana ambos grupos fueron realimentados con sangre contaminada. Pues los mosquitos ya contaminados se enfrentaron al parásito “10 veces mejor”, muchos sobrevivientes con mejor capacidad reproductiva que los que no estaban contaminados.
Parece que los granulocitos son responsables de ello: los investigadores encontraron que el número de granulocitos era tres veces mayor en sangre de mosquitos previamente contaminados. Al detectar alguna célula extraña en su sangre, es atacada por los granulocitos.
Los investigadores han observado en profundidad el sistema inmunitario del mosquito Anopheles.
Para la formación de granulocitos es necesario el contacto previo con el microorganismo de la malaria. De hecho, el Plasmodium debilita las paredes intestinales del mosquito, por lo que determinadas bacterias entran en el cuerpo del insecto. Pues parece que estas bacterias se convierten en granulocitos para ayudar a combatir el parásito.
Para comprobarlo, repetieron el experimento, pero administrando antibióticos a los mosquitos contra las bacterias intestinales. El número de granulocitos de mosquitos anticontamientos no creció entonces, provocando la muerte de varios insectos.
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