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Reflejo de la Tierra en la Luna

2006/04/09 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

La Luna es realmente atractiva. No sólo los astrónomos, sino los astrólogos, enamorados, caseros, meteorólogos, insomnidos… todos miran la Luna como si ocultara algún secreto. Y, mirando, uno u otro ha conseguido que se aclare algún misterio.
En la imagen se ve claramente a la Luna el brillo de la Tierra. En la parte superior aparece también Venus.
L.Laveder/EPOD

Por ejemplo, durante la puesta de Sol, y cuando la Luna está en creciente, a veces se percibe una imagen borrosa de la Luna llena. Si es necesario, tú también lo has visto en la luna creciente que ha pasado ahora, y quizás no te hayas preguntado. Has disfrutado del espectáculo y punto. Pues el XVI. En el siglo XIX, Leonardo da Vinci quiso saber qué es lo que provoca esta misteriosa luz.

Actualmente la respuesta es bastante sencilla: La Tierra es la causante de la débil imagen de la Luna Llena. De hecho, cuando el Sol entra en la Luna, la Luna se oscurece, pero no del todo, porque todavía hay otra fuente de luz que brilla en el cielo, la Tierra. De hecho, la Luna Llena ilumina la noche de la Luna 50 veces más brillante que la Tierra.

Leonardo, hombre claro

Leonardo XVI. En el siglo XX desveló el misterio de la imagen borrosa de la luna llena visible en la luna creciente.

Hace cinco siglos, sin embargo, se necesitaba mucha imaginación para sospechar que el brillo de la Tierra iluminaba. No sabían que la Tierra giraba alrededor del Sol, ya que la teoría de Copérnico fue publicada tras la muerte de Leonardo. Pero Leonardo tenía mucha imaginación, más que mucha, muchísima.

Era un buen pintor y realizó dibujos maravillosos. Muchos de ellos tenían que ver con la ciencia. Algunos eran extremadamente fantásticos, inejecutables en aquella época, como máquinas voladoras, subacuáticas, helicóptero o robot. A través de otros dibujos, explicó cómo funcionan algunos fenómenos de la naturaleza y el cuerpo humano. Para él, todos los aspectos de la ciencia eran interesantes: ingeniería, matemáticas, anatomía, biología, arquitectura, geología, mecánica, física... y astronomía.

Así, hacia 1510, en el codex Leicester, escribió una hoja con un título curioso: “Sobre la luna: no hay cuerpos sólidos que sean más ligeros que el aire”. Allí explicó que la Luna tiene atmósfera y mares. En su opinión, la Luna debe a los mares ser tan buen reflector. Además, escribió que la luz del Sol sobre la Tierra es el resultado del reflejo de los mares en la Luna en la Creciente. La explicación se acompañó de un diagrama.

Leonardo estaba equivocado en dos cosas. Por un lado, la Luna no tiene mar y, por otro, los mares no son los principales generadores del brillo de la Tierra, sino las nubes. De hecho, los océanos sólo reflejan el 10% de la luz solar que reciben, mientras que la Tierra representa entre un 10-25% y las nubes más del 50%. Si bien la nieve y el hielo reflejan más luz que las nubes (40-90%), a menudo las zonas nevadas se encuentran bajo las nubes, por lo que la Tierra debe su brillo a la luz reflejada por las nubes.

Una oportunidad

Desde la Luna, la Tierra se ve 4 veces más ancha que el Sol y brilla 50 veces más que la Luna llena. (Foto: ANDÉN)

En la Luna Nueva no se ve la Luna desde la Tierra, sino que en la Luna es una tierra, es decir, la Tierra ilumina la Luna con todo su esplendor. A partir de ese momento, de la noche a la noche, al principio aparece muy fino pero cada vez más lleno en el cielo. Si miramos bien, es hora de detectar el brillo de la Tierra.

Además, en los últimos años los científicos están prestando especial atención al reflejo de la Tierra en la Luna, con el fin de calcular la cantidad de luz que refleja la Tierra. Está relacionado con el calentamiento global. Lo cierto es que los científicos han descubierto que el brillo de la Tierra es un 10% superior a la media en abril y mayo. Así que, salvo que las nubes lo impidan, este es un buen momento para buscar el brillo de la Tierra en la Luna. ¡Una buena excusa para mirar a la Luna!

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