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Templado de la flor

2004/01/18 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Las flores utilizan muchos trucos para atraer animales polinizadores. Algunos se convierten en calentadores y así los insectos vienen a pasar la noche templada. En esta relación entre la planta y el insecto ganan las plantas y los insectos.
Muchas especies de Filodendron se utilizan para adornar casas y jardines.

Philodendron solimoesense vive en los árboles de la Guayana Francesa. La flor es muy parecida a lo que llamamos comida de serpiente: los pétalos tienen forma de hojas y forman una envoltura alrededor de la inflorescencia donde se acumula el polen.

Pues ese filodendrón se convierte en una casa templada y dulce por la noche. Como si tuviera calefacción, emite calor y mantiene su temperatura de día. De hecho, esta planta tropical alcanza una temperatura de 27 ºC en el interior de la flor, cuatro grados más templados que la temperatura nocturna en el exterior.

El aroma de la flor atrae sobre todo a los escarabajos. Y estos escarabajos reciben con entusiasmo la cálida acogida que les hace la flor. Están tan a gusto en el templado de la flor que pasan el 90% del tiempo.

Hay que tener en cuenta que el escarabajo, al ser un insecto, es un animal de sangre fría. Esto no significa que lleven sangre fría exactamente, sino que la temperatura corporal depende de la temperatura ambiente. Por la noche, cuando el ambiente se enfría, muchos animales de sangre fría rebajan el nivel de actividad, es decir, se ralentizan y consumen menos energía.

Sin embargo, a la planta le conviene que tenga un insecto polinizante vivo para que arrastre el polen que se le pega en el cuerpo. Por ello, es muy beneficioso que las flores de la planta emitan calor. Por decirlo de alguna manera, la tibieza hace el escarabajo más obrero, lo que le permite asegurar que lleva el polen de una flor a otra.

Philodendron solimoesense atrae a una determinada especie de escarabajo.

Como ya se ha comentado, la filodendrona utiliza el escarabajo para la polinización, es decir, para extender el polen de las flores a otras flores y, a la vez, traer el polen de otras flores. Gracias a esta polen, la flor se fecunda y, transformándola, se forma la semilla de una nueva planta.

La polinización es vital para la especie, ya que de lo contrario no se reproduce. Por ello, las plantas que necesitan insectos para la polinización tienen trucos muy especiales para atraerlos.

Flor y calefacción

Las flores del filodendrón emiten calor, pero no es la única planta que actúa como ‘calentador’. Varias plantas de la familia Araceae comparten el mismo comportamiento. Y en otras ocho familias se han encontrado especies emisoras de calor, entre ellas la flor de loto.

Se dice que estas plantas se termoregulan, es decir, su temperatura no varía, aunque cambie la de alrededor. Por ejemplo, la planta conocida como symplocarpus foetidus, cuando está cubierta de nieve, consigue salir a la superficie y funde la nieve de alrededor.

Sin embargo, normalmente la planta no emite calor para que no se congele. De hecho, la mayoría de las plantas productoras de calor viven en lugares templados. El filodendrón antes mencionado es, por ejemplo, una planta tropical.

Las plantas que viven en lugares templados no tienen que hacer frente al hielo, pero sí a la competencia que realizan las flores del entorno. Y la generación de calor aporta ventajas a otras especies. Hay más de una hipótesis, pero hay quien opina que el calor producido por la planta persigue conseguir la temperatura óptima para el desarrollo de la flor. Otra hipótesis es que el calor facilita la propagación del aroma dulce de la flor, atrayendo más insectos que ayudan a la polinización.

Ambas hipótesis son aceptables y, además, una no elimina la otra. Es decir, el calor puede provocar un correcto desarrollo de la flor y, al mismo tiempo, contribuir a la propagación del olor al medio, ya que los compuestos que forman el vapor son volátiles. De esta forma sirve a la planta para atraer animales polinizadores.

El premio está en el interior de Lore

Para la planta es imprescindible atraer al polinizador a la flor. Pero, una vez conseguido, no puede dejarle escapar inmediatamente. El polinizador debe resistir dentro o alrededor de la flor para que haya tiempo suficiente para pegar las polen en el cuerpo.

La flor de loto también emite calor.

El polinizador se siente atraído por el aroma de la flor o por su aspecto llamativo. Y, una vez allí, recibe el premio: el polen y el néctar. El principal alimento del escarabajo es el polen. Por eso, la flor de filodendrón tiene una gran cantidad de polen, más de lo que puede comer el escarabajo. Así, incluso cuando el insecto se ha saturado, quedan muchos granos de polen, incluso adheridos al cuerpo del escarabajo.

Para llevar a cabo la polinización es imprescindible que el polinizador vaya de una flor a otra de plantas de la misma especie. Tantos trucos para ello. Si el polinizador ha estado satisfecho en una flor determinada, a continuación buscará una flor de características similares. Así, la planta asegura su reproducción.

La flor de filodendrón da la bienvenida al escarabajo, un dulce polen y un cálido refugio para pasar la noche. La próxima vez, sin duda, el escarabajo elegirá una flor para pasar la noche.

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