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El doctor Livingstone, ¿no?

2003/03/01 Atxotegi Alegria, Uhaina - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria

De regreso de África, David Livingstone ofreció una conferencia en la Universidad de Glasgow. Un asistente dijo: “Cuando Livingstone se acercó a los alumnos, todos nos silenciamos. Escuchamos con mucho respeto lo que dijimos y comprendemos que Jesús cumplió su promesa”.
Livingstone recorrió once bosques y montañas antes de llegar al río Tete.

El explorador David Livingstone nació en Escocia en marzo de 1813. La familia era muy religiosa y prueba de ello es que a los 9 años sus padres le regalaron un Nuevo Testamento porque aprendió de memoria el capítulo más largo de la Biblia. A los diez años empezó a trabajar en una fábrica textil para que los siete de la casa comieran. A pesar de pasar catorce horas al día en el taller, pasa las noches estudiando y a los 19 años se licenció en la Facultad de Medicina y Cirugía de Glasgow.

Rumbo a África

David había oído desde pequeño el nombre del valiente misionero chino Gutzlaff. A los dieciséis años, el amor y la gracia de Cristo surgió el deseo de ir a mostrar el cristianismo a pueblos que aún no conocían. Ante la imposibilidad de viajar a China por la guerra, decidió seguir el camino del misionero Robert Moffat, que viajaba a África. Así que con 27 años se trasladó a África para dar a conocer el evangelio a sus habitantes.

Desde Glasgow tardó tres meses en llegar al pueblo africano de Curumá. Allí, Robert Moffat la acogió en su casa. Su deseo era ir a territorios en los que nunca hubo misioneros y eso es lo mismo: El Mabotsa se acercó al territorio de Bacatla del valle. Durante meses conoció diferentes pueblos y paisajes.

Además de trabajar como misionero, tuvo tiempo para dedicarse a otros trabajos. Ambos se casaron con su hija María de Robert Moffat y comenzaron a trabajar como profesor en la escuela que acababa de fundar en Bacatlan. Sin embargo, las obras maestras no le arrebataron el deseo de seguir viajando y conocer nuevos espacios. En todo momento trataba de dibujar mapas de aldeas, arroyos y cadenas montañosas.

Descubrimientos del misionero inglés

Casa natal del explorador Livingstone.

A pesar de sus problemas de salud, 17 años después tuvo la oportunidad de encontrar once nuevos espacios. En 1849 llega al lago Ngami con Susi, Chuman y Jacó. Tres años después descubrió el río más grande de África oriental, el río Zambeze.

En aquellos años sintió la necesidad de crear un nuevo centro para seguir trabajando en la evangelización. De hecho, los boers holandeses empezaron a invadir estas tierras, robaban tierras y ganado de los indígenas y utilizaban a varios habitantes como esclavos. El comportamiento de los boers no era del agrado de Livingstone y le parecía que estaba frustrando su trabajo hasta entonces.

Sin embargo, abandonó su labor docente para cruzar el continente de un lado a otro (desde la desembocadura del río Zambeze hasta San Pablo de Luanda). Él fue el primer hombre blanco que hizo aquel viaje. Tras este largo viaje, regresa a Escocia para reunirse con la señora y sus hijos que habían venido anteriormente.

Último viaje...

En 1858, a los 48 años, decide volver a África con su mujer y su hijo más joven. La Royal Geographical Society británica le pidió que explorara mejor los ríos Zambeze, Tete y Shire y el lago Nyasa. En ese viaje su mujer enfermó y murió.

Henry Stanley viaja a África para conocer el famoso Livingstone.

Temati, David llevó su deber o deseo como trabajo y afición hasta el final y descubrió otros nuevos lagos. El señor Livingstone llegó en los huesos y muy enfermo al pueblo de Ujiji. Mientras descansaba allí, Henry Stanley, periodista del New York Herald, le explicó la frase tan conocida: “El doctor Livingstone, ¿no?” Aquel periodista pasó el invierno con él.

Viendo el estado de salud del explorador, Stanley le dijo mil veces que volviera a Inglaterra, ¡pero en vano! El río Luapula partió con su equipo de siempre para confirmar si era el origen de los ríos Nilo o Congo.

El dolor óseo le impidió caminar y sus compañeros indígenas tuvieron que llevarlo a la espalda. Pocos días después, el señor Livingstone murió en mayo de 1873. El cuerpo fue trasladado desde Zanzíbar hasta la Abadía de Westminster, donde fue enterrado.

Los viajes de Livingston han tenido eco

El explorador suele ser principalmente geógrafo, botánico, muestreador... También es antropóloga, que trata de clasificar, comparar e interpretar pueblos, tribus y costumbres, entre otros. ¿Pero qué es lo que impulsa a esta muestra? La mayoría de los exploradores han tenido dos motivaciones: la ciencia y la religión. En África y muchos otros pueblos intentaron imponer la religión y la cultura occidentales.

El explorador escocés atravesó Zambeze, el río más grande de África.

Desde entonces, las aventuras y viajes de estos misioneros o exploradores se han utilizado en otros muchos ámbitos. No hay más que ver cuántas veces ha salido en los cómics el tema de los misioneros o exploradores. Algunos ensalzan su obra (por ejemplo, el autor de Tintín) y otros lo denuncian.

En el mundo de la publicidad ocurre lo mismo. La empresa automovilística Land Rover, por ejemplo, utiliza la pregunta “Hoy, éste sería el coche del doctor Livingstone, ¿no?” para presentar su hermoso coche blanco (relacionado con el hombre blanco) entre los indígenas negros africanos. Todos los detalles gráficos y escritos del anuncio deben tenerse en cuenta para interpretar si la obra de Livingston resultó beneficiosa o no.

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