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Consejos para mejorar las condiciones físicas del trabajo (y III)

1991/12/01 Agirre, Jabier - Medikua eta OEEko kidea Iturria: Elhuyar aldizkaria

La acción de fuerza más común es la recogida o transporte de peso.
Actividades que requieren un esfuerzo manual importante: manejo de azadas, hacha o motosierra, tenis, etc. En todos ellos se producen vibraciones o golpes.

Fuerza de trabajo

La acción de fuerza más común es la recogida o transporte de peso. Como es sabido, para poder hacerlo correctamente sin dañar nuestro cuerpo, debemos flexionar las rodillas para levantar el peso del suelo; y mantenerlo junto al cuerpo para sujetar o transportar, mantener las rodillas semiflexionadas y contraer los abdominales, tanto cuando estemos parados como cuando empezamos a caminar con el peso encima.

A CUMPLIR POR QUIENES TRABAJAN CON LA VIOLENCIA

  • Evitar esfuerzos excesivos o excesivos.
  • Coger y mantener los pesos en la postura adecuada.
  • Proteger las muñecas y cintura cuando la actividad lo requiera.
  • Mantener los músculos fuertes y elásticos, más que en otros trabajos.

Actividades que requieren un esfuerzo manual importante: manejo de azadas, hacha o motosierra, tenis, etc. En todos ellos se producen vibraciones o golpes. Afectan a las articulaciones y sobre todo a las pulseras, que son las más frágiles. Antes de realizar una actividad de fuerza, conviene, por tanto, proteger las muñecas para apretar ligeramente las articulaciones y frenar la transmisión de vibraciones.

• Trabajos duros y fajas

I

La faja se puede encontrar en trajes típicos de todas las culturas, como complemento importante. Esta prenda complementa la función de los músculos abdominales protegiendo la zona lumbar de las lesiones.

Aunque el uso continuado de faja debilita progresivamente los abdominales, no hay que olvidar que si tenemos que estar agachados durante mucho tiempo o cuando tenemos que hacer algún esfuerzo, nos puede resultar muy útil.

Tareas domésticas

Prácticamente la totalidad de los trabajos que se realizan en el hogar pueden incluirse en alguna de las actividades anteriormente citadas. No obstante, vamos a dar algunos consejos prácticos que nos ayudarán a resolver los problemas que generan las tareas domésticas.

• La cesta de la compra es la única manera de transportar pesos entre nosotros. Además de la fatiga, puede producir deformaciones en la columna, excepto cuando la cesta está vacía. Para evitar estas deformaciones hay al menos tres formas:

  • Nosotros no llevamos peso con un carrito. Sin embargo, sería mucho mejor que este carrito tuviera otro diseño y lo lleváramos tirando en lugar de tirar.
  • Con la mochila, el peso se reparte uniformemente en la espalda.
  • Si no queremos o no podemos utilizar las dos soluciones anteriores, tomemos al menos dos cestas, repartiendo el peso entre las dos (pero sin llenarlas más de lo suficiente! ).

• La limpieza de platos es también una actividad incómoda y perjudicial, algo que hay que agradecer a los rascadores y diseñadores de cocinas domésticas:

  • Casi todas las pilas son demasiado bajas y demasiado profundas.
  • Apenas hay fregaderos con espacio para los pies. Como ya se ha indicado en las actividades realizadas en pie, también es conveniente utilizar algún cajón, barra o similar para apoyar los pies alternativamente. Así la curva lumbar será menor.

• Al hacer las camas tenemos que flexionar ligeramente las rodillas y contraer los abdominales. Si notamos molestias en esa postura, estamos incómodos o si la cama es demasiado baja, generémonos para hacer la cama. Si en esa posición también sentimos molestias, no hagamos la cama. ¡Apúntate!

• Las girtas y palos de escobas y aspiradores suelen ser muy cortos y debemos agacharnos. A la hora de adquirir este tipo de herramientas, es conveniente contraer los músculos abdominales durante la selección y uso de las que tienen una ambientación larga.

Nota final

En este trabajo no hemos agotado el tema, ni mucho menos. Para que el trabajo diario no sea alienante, sólo se han mencionado algunos factores que hay que cambiar. Pero junto a la parte corporativa del trabajo están las relaciones entre compañeros, el horario, la presión psicológica, el medio ambiente, la creatividad, etc., y todos estos elementos deberían ser controlados y mejorados, ya que tienen un impacto mayor que los ingresos que hemos recibido.

HACER DEPORTE EN LA OFICINA

Eso es lo que propone el quiropráctico Scott Donkin, hacer una pausa en la mesa de trabajo para hacer ejercicios esporádicos. El cuerpo es imprescindible para recuperar esa postura forzada por la mayoría de los trabajos de oficina.

Micro-pausas

propone en su libro lo que podríamos llamar; lo que se puede hacer sin dejar el asiento. Los movimientos recomendados son simples, y la mayoría de ellos pasarían casi en inusual.

He aquí uno de los ejercicios de Donkin. Levanta la mirada a menudo del trabajo y observa algún objeto situado a unos pocos segundos a menos de seis metros. Si destacamos el incremento de tensión, conviene respirar profundamente, lentamente, tomando aire por la nariz y expulsándolo por la boca.

El recubrimiento de los ojos con las palmas de las manos (durante medio minuto, con un minito) es especialmente recomendable, como el estiramiento periódico de dedos, manos, muñecas y otros. Para quienes dan gran parte del día sentados frente al escritorio, otro movimiento beneficioso es llevar los hombros hacia los oídos mientras giramos hacia delante y hacia atrás. Para mantener la elasticidad es bueno flexionar la cabeza hacia ambos hombros, estirar las piernas lentamente y mover los pies alrededor de los tobillos, mientras una rodilla y otra se elevan al pecho.

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