Ardilla, acróbata encantadora
1992/07/01 Aihartza, Joxerra Iturria: Elhuyar aldizkaria
Entre los mamíferos silvestres que habitamos en el País Vasco, probablemente no habrá especies que se reconozcan tan amables y con buenos ojos como la ardilla. Y no es de extrañar, ya que, además de su modesta y elegante apariencia, nos ofrece en todo momento la oportunidad de disfrutar de un espectáculo de esbeltez que sube y baja por las ramas de los árboles. Tiene muy bien puesto el nombre de “katagorri”, porque ni siquiera el gato enseñará nada a este curioso animalito
La katagorria es un roedor, pero al igual que el resto de los miembros que están adaptados para vivir en los árboles por este orden (lirones, etc.), tiene una cola peluda larga y especial, con un órgano de equilibrio adecuado para los movimientos a través de las ramas. Además, los llamativos mechones de pelo que aparecen en los extremos de la oreja también lo hacen completamente.
El color es diferente, tanto en las poblaciones que habitan en distintas latitudes, como en cada grano, según la época del año. En general, en la zona dorsal y en la cabeza, la ardilla tiene un clavo pardo rojizo y parda, mientras que el vientre aparece blanco o blanquecino. Sin embargo, cuanto más al norte, sus ardillas son más oscuras, a veces casi negras, y cuanto más al sur más rojas. Asimismo, cada grano suele ser más oscuro en invierno que en verano.
Al igual que el resto de roedores, el ardilla es sobre todo fitófago, y dentro de su dieta los principales alimentos son las semillas y los frutos: castañas, bellotas, bellotas de haya, semillas de pino, semillas de gramíneas, y los frutos de varios puentes y matorrales. Además, le gustan los hongos. En cualquier caso, el ardilla no puede encontrar estos alimentos a lo largo de todo el año, por lo que en los meses de mayor disponibilidad de alimentos complementa los almacenes de alimentos para situaciones de escasez. A menudo, por supuesto, puede suceder que estos almacenes no sean suficientes, y entonces, sobre todo en la primavera, puede comer brotes de árboles y de puentes, así como huevos y pollos de pájaros para satisfacer sus necesidades. Y por esta actividad, a veces ha conquistado el enfado y el ataque del hombre, en opinión del animal nocivo.
Sin embargo, este comportamiento o tendencia de la ardilla no es tan habitual como se pensaba en una época, y sus consecuencias son, en la mayoría de los casos, nefastas en cuanto al posible daño que puede causar el animal. La clave de este problema es muy similar a la del resto de roedores. Y es que el ardilla también es un animal de gran tamaño, y en los años en los que el otoño es abundante en las semillas, la población de ardillas puede crecer considerablemente.
En consecuencia, y si el invierno no es demasiado duro, en la primavera siguiente las ardillas pueden necesitar más comida de lo normal, y esperamos que se den las conductas mencionadas anteriormente. Pero como ocurre en la mayoría de los animales con una elevada tasa de reproducción, el ardilla también presenta una elevada mortalidad y, al menos en condiciones naturales, la situación se equilibra rápidamente, tanto por la escasez de alimentos como por los largos y fríos años de nieve.
Por otro lado, el ardilla también cuenta con varias presas. Destacan la marta (Martes), la catagineta (Genetta genetta) y el azor (Accipiter gentilis). Pero también puede ser capturado periódicamente por el zorro (Vulpes vulpes vulpes ) cuando baja al suelo y come.
Con la primavera comienza una época de gran actividad para el katagorri: por un lado, por la necesidad de moverse más en busca de comida, y por otro, por el inicio del celo. En esta época los machos comienzan a buscar hembras en el bosque. Tras una gestación de 30 a 35 días, la hembra desnuda y debilita a 4-7 pequeñas crías a finales de primavera o principios de verano, dando a luz en el nido del animal como lugar de residencia. Este nido se asemeja a los que construyen las aves, especialmente las micras (Pica pica). A través de la unión entre dos o tres ramas, construyen una estructura circular compacta y robusta de ramitas y palillos.
Colocan la puerta hacia un lado y hacia abajo, pero al mismo tiempo, en la parte superior le dejan otro escape más escorado para poder salir de ella en caso de peligro. Y por último, la parte interior del nido está dotada de musgo para conseguir una estructura más templada y protectora. No obstante, y antes del parto, la hembra prepara también el segundo nido, con el fin de que en caso de que se observe algún peligro o daño en su residencia habitual, pueda coger las crías y abandonarlas a la segunda.
A la llegada del otoño, los ardillas jóvenes van a su cascada, por lo que en nuestros bosques es en esta época donde se puede observar la mayor densidad de ardillas. En la mayoría de los casos buscan comida en las ramas, pero si no encuentran peligro, también se bajan fácilmente al suelo para buscar comida. Sin embargo, si se detecta algo que puede resultar peligroso, se suben a un árbol a toda velocidad y se esconden detrás de algún tronco o ramal para salir periódicamente de la arista y mirar al enemigo.
Según lo expuesto, el ardilla es un animal forestal en su totalidad, por lo que los bosques son obligatorios para poder vivir. En Europa este peculiar mamífero se puede encontrar casi en cualquier lugar, desde el Mediterráneo hasta Escandinavia, si hay bosques. En el caso del País Vasco, salvo donde predominan las zonas rurales y se abandonan completamente los bosques, podemos encontrarlo en cualquier lugar, aunque en función del hábitat la densidad sea variable.
La ardilla se adapta perfectamente al pino silvestris (Pinus silvestris), ya que en ella puede encontrar piñas a lo largo de casi todo el año, por lo que no suele sufrir escasez de alimentos. Así mismo y al parecer, también se ha adaptado a los pinares de insignis (Pinus radiata) procedentes del exterior. Al margen de las coníferas, prefiere los bosques de frondosas que los encinares, a los que no se extiende demasiado excepto en otoño-invierno; al margen de esta época no hay bellotas, y los frutos del resto de plantas y árboles de este tipo de bosques no le resultan tan útiles.
Así pues, prefiere los hayedos, robledales, marojales y quejigales a los encinares. También los robledales y bosques mixtos de fresnos, alisos y otras especies. En consecuencia, en el País Vasco el Ebro es menos abundante que en ningún otro lugar, limitándose su residencia a los espacios forestales apropiados. Por otra parte, en las regiones montañosas, dotadas de bosques de hileras y caducifolios, es cada vez más frecuente su presencia, por un lado, debido a la paliza sufrida por su presa natural y sus azores, y por otro, por la prohibición actual de cazar este animalito (la costumbre de comer la ardilla en algunos lugares ha ido disminuyendo paulatinamente).
FICHA TÉCNICA ARDILLA COMÚN ESPECIE: Sciurus vulgaris FAMILIA:ESCANDALLOS:
ROEDORES CLASE:
MAMÍFEROS
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