José María Rivera: "la citología diagnóstica es una técnica rutinaria para detectar muchos casos de cáncer"

XIV Internacional celebrado el 31 de mayo en Amsterdam En el Congreso de Citología ha recibido un importante premio internacional Maurice Goldblatt. Antes de ir a recoger el premio estuvimos con él y aprovechando la cálida acogida que nos hizo en la oficina de Cruces, tuvimos una larga e interesante charla.
Para empezar, ¡enhorabuena por el Premio Maurice Goldblatt de Citología! ¿Le han dado como compensación por un trabajo concreto o por todo el recorrido?
Creo que me han premiado por los trabajos realizados durante todos estos años. En el congreso de Amsterdam se entregarán los premios de los últimos tres años (1999, 2000 y 2001) y lo que a mí me toca es el último. Ha sido curioso que cada año podamos expresar nuestra opinión porque nos comunican a los socios los nombres propuestos para recibir el premio, pero este año no he recibido el listado de nominados. Al parecer, me querían sorprender y ahora tengo que preparar la conferencia que tengo que dar.
Por lo tanto, además de entregarte el premio, te han hecho trabajar. En cualquier caso, no creo que estés en situación de precariedad laboral. ¿Qué hace ahora?
Yo siempre he trabajado en el campo de la citología, no en la citología básica de la investigación, sino en la citología clínica, sobre todo la diagnóstica, es decir, en la citología con la que realizamos los diagnósticos.
De hecho, la citología es una forma muy sencilla de diagnosticar y la que menos daño produce al paciente, ya que no requiere intervención quirúrgica. Las biopsias requieren un corte, pero basta con introducir la jeringa en el tejido que se desea analizar con citología y sacar la muestra. Analizando estas células podemos conocer el diagnóstico correcto.
Es una técnica rutinaria de diagnóstico de muchos casos de cáncer. Por ejemplo, a pesar de que en el País Vasco otros tipos de cáncer son más comunes, el cáncer de cuello de útero ocasionaba que en el año se produjeran muchos muertos. Ahora, por el contrario, el test de Papanicolau es habitual y permite realizar diagnósticos muy prematuros, por lo que la mortalidad ha disminuido drásticamente.

Este ejemplo evidencia, por tanto, la importancia de la citología diagnóstica, en este caso en el diagnóstico precoz del cáncer. Pero también ha trabajado en otras muchas áreas, ¿no?
Sí, sí... En su día estudié la fibra muscular alterada por la trikina y, hacia 1967-68, publicamos un trabajo al respecto. Este trabajo fue uno de los primeros realizados mediante microscopía electrónica y ha sido citado en numerosas ocasiones.
Luego trabajé en patología neuromuscular experimental. De hecho, hice la tesis sobre la regeneración de la placa nerviosa motriz. Hice la explicación histológica de la acetilcolinesterasa, el neurotransmisor de la placa motriz. Era un trabajo muy pesado, pero en la Universidad de Santiago gané un premio extraordinario.
Y ahora también vives a orillas del Mar Cantábrico.
Sí, así es, pero desde allí estuve. Fui de Santiago a Sevilla y desde allí, con una beca de la Fundación March, a Alemania, a estudiar una determinada zona del sistema nervioso central. Además, fue publicada en una revista científica de gran prestigio de la época. Después de volver a Santiago, vine aquí y, como he dicho, he trabajado sobre todo en la citología para diagnosticar el cáncer. Antes, sin embargo, junto con el médico Sánchez Fernández, publicé trabajos sobre la estructura interna del oído.
¿A qué tipo de cáncer ha dedicado más atención?
La patología del pecho es lo que más me interesa. El cáncer de mama es un problema muy grave. El número de casos aumenta año tras año y hay que tener en cuenta que no es el único tipo de cáncer, sino que los tipos de cáncer de mama son varios y cada uno tiene su tratamiento y su pronóstico.

¿En tantos años has visto muchos cambios en la actitud y prevención de las mujeres respecto al cáncer?
¡Claro! En la actualidad, los gobiernos han tomado conciencia de la gravedad del cáncer de mama y desde hace años el Gobierno Vasco ha puesto en marcha una campaña de prevención. Sin embargo, a pesar de que cada día aprendemos algo nuevo, se nos presentan otras dificultades y retos. No se conocen causas directas del cáncer de mama, lo que dificulta todo. Sabemos que tiene relación con la genética y que su influencia es importante. Pero no podemos decir que sea por ese gen o por él. Debido a la diversidad de causas que provocan los cambios genéticos, podemos decir que los tipos de cáncer son consecuencia de la unificación de importantes cambios genéticos.
Por otra parte, es evidente que en los países desarrollados los casos de cáncer son más numerosos y no sólo por su mejor diagnóstico o por su mayor esperanza de vida. Además, el alargamiento de la esperanza de vida, además del lactante, afecta a todo tipo de cáncer. De hecho, salvo el cáncer infantil, es una enfermedad generalizada de mayores de 60 años. Sin embargo, parece que en los países desarrollados hay más posibilidades de conjugar los cambios genéticos que producen las células cancerosas.
Dado que es difícil conocer los agentes genéticos que generan la célula cancerosa, para poder reconocerla en cuanto se produce el cáncer, quizás lo mejor sea detectar el momento en que la célula se muda. ¿Es posible?
No, en la actualidad el único arma diagnóstica para detectar la célula cancerígena es el estudio citológico. Con nuevas técnicas de imagen como la ecografía y la radiología se pueden ver nódulos cada vez más pequeños, pero para saber si es bueno o malo se utiliza la citología. Si es necesario, en el futuro seremos capaces de detectar en sangre algún indicador producido por células malignas. Pero, por un lado, el indicador debería ser únicamente el producido por estas células y además no nos indicaría el lugar donde se encuentra el tumor. Sin embargo, las técnicas bioquímicas son cada vez más precisas, pero el problema es complejo.
En el cáncer de mama se está consiguiendo detectar tumores de muy pequeño tamaño que están directamente relacionados con el tamaño y el pronóstico. Se realiza un diagnóstico precoz y un conocimiento cada vez más rápido del tipo de tumor. Además, la cirugía no es tan radical como antaño y se estudian los ganglios para detectar la expansión, por lo que se puede ver más rápido si se está extendiendo o no.
Recientemente hemos oído que se ha empezado a utilizar un método diagnóstico basado en el ganglio cuidador. ¿En qué consiste?
Los bosques linfáticos drenan zonas concretas del cuerpo y los vasos mamíferos se recogen en el ganglio de la axila. Si en el tumor se inyecta un indicador colorante o isótopo radiactivo, se puede ver en qué ganglio aparece. Por tanto, analizando este ganglio podemos conocer la situación del pecho. Aunque parece sencillo, no es una técnica habitual, ya que el estudio de este ganglio da mucho trabajo. Por otra parte, aunque es útil en el cáncer de mama, en otros tipos de cáncer los ganglios cuidadores son menos accesibles, como el cáncer de colon.

Se comenta que los métodos de diagnosis han mejorado mucho y en relación a ello, en la mayoría de los casos, el pronóstico es mejor. Las curas también van a ser cada vez mejores.
Sin duda. La radioterapia y la quimioterapia son más suaves y precisas que antaño. De esta forma, además de lograr una mayor eficiencia, el paciente es más sensible a los tratamientos.
Además, en algunos casos, como en algunos tipos de cáncer de mama y próstata, se puede utilizar hormonoterapia. Por ejemplo, el tejido mamario está sometido a estrógenos y el uso de sustancias anti-estrógenos permite detener el crecimiento de ciertos tipos de tumores.
En otros casos de cáncer es necesario realizar un trasplante de médula ósea... No es fácil, hay muchos casos y cada uno necesita un tratamiento especial.
Por último, se anuncian muchos avances en la lucha contra el cáncer. De cara al futuro, ¿qué estáis haciendo?
Hemos pasado del estudio citológico al estudio molecular de los tumores. Ahora, en colaboración con el departamento de Genética de la Universidad de Navarra, estamos investigando tanto a nivel molecular como genético. De ahí van las actuales líneas de investigación y esperamos avanzar en la búsqueda de mejores métodos de diagnóstico.
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