Sorprendentes poderes del sudor
2003/07/06 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
En el sudor, junto con el agua, se eliminan sales y toxinas. Y también las feromonas. Las feromonas son sustancias sin olor que, al parecer, pueden alterar el comportamiento y la respuesta fisiológica de los demás. En los animales se han identificado bastantes feromonas, tanto en insectos como en mamíferos, y los investigadores creen que también existen en humanos. Con el objetivo de conocer la naturaleza y los efectos de Feromón, son muchos los investigadores que están trabajando y algunos de ellos se dedican a la sudación.
Últimamente, sobre la base de la supuesta capacidad de las feromonas, han salido al mercado varios perfumes feromonados que, según la publicidad, atraerán a los del otro sexo sin ningún tipo de ensayo especial.
Aunque no se ha demostrado que lo que dicen los autores de estos perfumes sea cierto, en los últimos años han aparecido en revistas científicas de gran credibilidad investigaciones científicas sobre los efectos de las feromonas. Por ejemplo, en 1998 la prestigiosa revista Nature publicó que las feromonas humanas influían en la regulación de la regla. Esto explicaba por qué se sincroniza la regla de las mujeres que conviven. Un año más tarde, en la revista Nature Genetics se publicó un nuevo estudio sobre la identificación de los receptores de feromonas humanas.
Dotes de axila masculina
Los investigadores han seguido trabajando a fuego y ahora han anunciado que las feromonas de la savia masculina pueden servir para tratar problemas de fertilidad. Por si fuera poco, también se ha dicho que oler el axila de los hombres es relajante para las mujeres. No son los chopos, nuestros chicos perseverantes y los cachorros de calor, ¡qué dotes tiene su sudor!
La investigación se ha llevado a cabo en EE.UU., en el Centro de Pensamiento Químico Monell de Pennsylvania. Según el jefe de investigación, en la axila de los hombres se segregan feromonas que son capaces de influir en el cerebro y el cuerpo del que olvida, aunque no lo sepa. Para demostrarlo, se han extraído feromonas del sudor de la axila de los hombres, se han camuflado con perfume y se han entregado a mujeres voluntarias para oler.
Estas mujeres han tenido que oler las feromonas durante seis horas. Al mismo tiempo, los investigadores han medido en la sangre femenina la cantidad de hormonas LH que intervienen en la regulación de la regla. Esta hormona es secretada por el cerebro a pulsos y, a medida que se acerca la época de la ovulación, aumenta la frecuencia de los pulsos y, además, segrega más cantidad de hormonas en cada pulso. Pues bien, según han visto los investigadores, el oler de las feromonas anticipa el siguiente pulso.
Además, las mujeres señalaron que al hacer la prueba perdieron el nerviosismo y se relajaron y relajaron completamente. Ambos efectos, tanto el aumento del flujo hormonal como el avance y la relajación, son considerados por los investigadores como restos del hombre antiguo. ¿Quieren ser una muestra de nuestro lado más salvaje?
Recuerdo de los hombres de las cuevas
Durante la época en que los humanos vivían en las cuevas, hombres y mujeres no tenían muchas posibilidades de estar juntos. Por lo tanto, para estas mujeres era beneficioso contar con un mecanismo que les permitiera estar dispuestas a ser fecundadas en cualquier momento. Según los científicos, el sistema reproductivo femenino evolucionó para lograrlo; sin duda, el aumento de los niveles de hormonas reproductoras en el olfato del hombre sería muy útil para aquella mujer y para la especie humana. Por tanto, gracias a las feromonas, los seres humanos de las cuevas tenían más posibilidades de reproducción.
Todo esto es una mera especulación científica, pero parece muy probable. El efecto sedante de Feromon coincide con lo que proponen: si las mujeres están tranquilas, admiten al hombre a su lado más fácilmente que cuando están nerviosas. Esto también supone un aumento de las posibilidades reproductivas.
Según los investigadores, por tanto, las feromonas son restos que nos han dejado los antepasados y son muy valiosos para garantizar la fertilidad. Esta idea, sin embargo, pone patas arriba la visión de la sociedad actual sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Y es que, desde el punto de vista de la sociedad actual, estas relaciones nacen con total libertad, y el objetivo de la relación no tiene por qué ser la reproducción.
En cualquier caso, la investigación puede ser esperanzadora para algunas personas con dificultades para tener hijos. Los investigadores esperan que la identificación, aislamiento, estudio y transformación de las feromonas permita la elaboración de fármacos eficaces para aumentar la fertilidad. Dicen que hasta ahora los científicos han buscado, entre otras cosas, en la selva, en el mar y en los animales, los componentes tractores de este tipo de medicamentos. ¡Pero igual sólo tenían que mirar bajo el brazo!
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