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Corrientes marinas, argón y clima

2002/01/21 Elhuyar Zientzia

Investigadores estadounidenses han preparado una técnica de gran capacidad para detectar el argón acuático. Se ha modificado un acelerador de partículas para detectar y cuantificar átomos de argón. El aparato detecta el isótopo radiactivo argon-39 y es capaz de separar un único átomo de argón 39 a 10.000 átomos. Se pretende utilizar la técnica para estudiar las corrientes marinas y su evolución.

De hecho, el 39 argón se forma en la atmósfera cuando los rayos cósmicos tocan la argón normal y se disuelve rápidamente en el agua. Al ser radiactivo y perder radiactividad a velocidad constante, mediante la medición de 39 argones en aguas de diferentes profundidades, los investigadores pueden conocer la última vez en superficie. Hasta la fecha, sin embargo, se necesitaban miles de litros de agua y meses para medir el argón 39 del agua. Con la nueva técnica, 10 litros de agua y unas horas son suficientes para medir la concentración de argón.

Analizando la evolución de las corrientes marinas se analiza también la evolución del clima, estrechamente relacionados. Por ejemplo, las corrientes de agua fría se desplazan de los polos a los trópicos y las de agua caliente de los trópicos a los polos. Los primeros se desplazan por el fondo del océano y los segundos por la superficie. Junto con el agua, las corrientes marinas reparten calor a todo el planeta y, por tanto, tienen una influencia fundamental en el clima. Al parecer, cuando los hielos se derretieron al final de la última glaciación, el equilibrio de las corrientes marinas se rompió y hubo fuertes fluctuaciones en el clima. Y hay climatólogos que creen que el calentamiento global que se está produciendo en la actualidad puede tener un efecto similar.

Sin embargo, desconocen si el luminoso 39 se genera a velocidad constante y si no fuera así, no sería un indicador fiable.

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