Centinelas de Irati
2025/09/01 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
Este año se han dado a conocer los resultados, a pesar de que las muestras se recogieron hace una docena de años. El objetivo de la investigación era medir la concentración de contaminantes procedentes del aire en uno de los mayores hayedo-abetales de Europa: Irati. Los investigadores de los dos vertidos pirenaicos participaron en la protesta y lamentan que no se haya podido continuar con la investigación, según las mismas fuentes. Esto no menosprecia el trabajo realizado. Entre otras cosas, han demostrado que los líquenes y musgos son adecuados para medir los contaminantes del aire y saber de dónde proceden. Además, han insistido en la importancia de cuidar de Irati.

En la revista Atmospheric Pollution Research, especializada en contaminación atmosférica, se ha publicado un estudio sobre la contaminación de los líquenes y musgos del bosque de Irati. David Elustondo, director científico del Instituto Valencia Bioma, uno de los investigadores, ha puesto en valor el bosque de Irati al comenzar a hablar de este trabajo: “Irati es un símbolo de Euskal Herria. Es el segundo hayedo más grande de Europa, y hay que tener en cuenta que se encuentra en la frontera sur de los hayedos. Su nivel de protección es elevado, por lo que es muy interesante para los investigadores y se han realizado diversas investigaciones. Sin embargo, los contaminantes que queríamos analizar son muy difíciles de analizar, ya que están en concentraciones muy bajas y hace falta un equipo especial y una formación especializada”.
Y en eso están especializados los miembros del grupo IBEA de la UPV/EHU. Así lo ha confirmado el doctor en Química Alberto de Diego Rodríguez, miembro de este equipo: “Nosotros somos químicos analíticos y en el tiempo analizamos los contaminantes químicos, tanto de origen orgánico como inorgánico, en diferentes entornos: atmósfera, estuarios, agua, sedimentos, etc. Por lo tanto, para nosotros fue parte de la investigación general. Eso sí, como ha dicho David, Irati es un símbolo, y como está lejos de las grandes fuentes de contaminación, tiene interés saber qué contaminantes hay y cuántos, y de dónde llegan a ellos”.
Centraron su atención en los contaminantes orgánicos persistentes y seleccionaron líquenes y musgos para analizarlos. De Diego explica: “Al fin y al cabo, estas especies se alimentan de lo que reciben de la atmósfera y durante su vida acumulan concentraciones significativas de contaminantes del aire. Por lo tanto, hacen de centinela; de alguna manera, los contaminantes que medimos en ellos están relacionados con la concentración en la atmósfera”.
Los líquenes y musgos se utilizan también en estudios realizados en otros lugares, lo que permite comparar los resultados. En Irati se han empleado licena Parmelia sulcata y musgo Hypnum cupressiforme como bioindicadores y biomonitores. Elustondo explica el porqué: “Los líquenes y musgos son biomonitores, es decir, acumulan contaminantes y los acumulan proporcionalmente a su concentración en la atmósfera. Sin embargo, las líquenes, en general, son más sensibles a la contaminación y, por ello, cuando la contaminación aumenta, desaparecen. Por lo tanto, podemos saber si un lugar está contaminado o no, dependiendo de si existe liquidez o no. En este caso actúan como bioindicadores. Pero otros no son tan sensibles y son capaces de acumular contaminantes, es decir, son biomonitores. Para nuestro análisis, buscamos especies capaces de acumular contaminantes para poder observar diferentes concentraciones dentro del bosque”.
Elustondo ha explicado que los compuestos analizados en Irati son tóxicos y se encuentran en todas partes, “incluso en el Ártico y en la Antártida”. Algunas de ellas están actualmente prohibidas, pero, al ser permanentes, todavía pueden medirse en concentraciones significativas. Se analizaron tres tipos de compuestos: PAHs (hidrocarburos policíclicos aromáticos, principalmente en procesos de combustión), PCBs (policlorobifenilos, usados en aislamientos eléctricos y actualmente prohibidos) y OCPs (pesticidas organoclorados, de uso habitual en la agricultura y actualmente prohibidos).
Origen de la contaminación
El muestreo se realizó en 50 puntos repartidos por todo Irati, desde la carretera que va de Isaba (Navarra) a Urdazubi o Santa Grazi (Zuberoa), hasta la localidad de Roncesvalles. “Por estas carreteras circulan bastantes vehículos, sobre todo en verano, por motivos de turismo. Por lo tanto, son una fuente importante de contaminación local, especialmente la PAH. De hecho, los PAH se producen sobre todo en la combustión, como por ejemplo en la combustión de los combustibles fósiles”, ha dicho de Diego. Pero también ha añadido otra fuente: “Los incendios que se producen para quemar hierba y matorral —en teoría bajo control—. Pueden ser cercanos, pero también más lejanos”.
Así, los análisis han demostrado que las concentraciones de PAH son notablemente superiores a las de los otros dos tipos de contaminantes. En cualquier caso, de Diego ha dejado claro que hay muchos factores que influyen en la propagación de los contaminantes: “Hay factores que son obvios, y ahí están el clima, la dirección de los vientos… Pero no siempre es fácil saber por qué hay una cierta concentración en un lugar determinado. Nuestra hipótesis era que unos se crearían cerca y otros vendrían de lejos, y eso lo hemos confirmado”.
Elustondo destaca que los PAHs son bastante tóxicos: “De hecho, 16 de ellos están considerados por el Departamento de Medio Ambiente de EE.UU. como carcinógenos”. Asimismo, advierte que la biomasa es una fuente importante y que además de las citadas quemas, también hay que tener en cuenta las estufas de pellet: “Si no tienes una salida controlada estás vertiendo PAHs al aire”.
En este sentido, un estudio llevado a cabo en Bertiz confirma que hace cien años la concentración de PAH era mucho más alta debido a las carboneras y a los calentadores de las casas. “Hoy en día todo eso ha bajado mucho y en Irati, además, se ha limitado el tráfico de vehículos. En mi opinión, es una medida adecuada para controlar la contaminación”.

Sin embargo, Irati sigue recibiendo la contaminación de los coches y de la industria a distancia. Por ejemplo, en los estudios realizados en Bertiz se ha observado que el viento del oeste trae altas concentraciones de PAH de Gipuzkoa y Bizkaia y también llega desde Francia, atravesando los Pirineos con el viento del norte.
Por otro lado, a diferencia de los PAHs, los PCB son compuestos químicos: “Son xenobióticos, es decir, creados por el hombre”, ha precisado Elustondo. Como se demostró que son tóxicos, hace tiempo que están prohibidos. Los investigadores creen que los restos hallados en Irati habrían llegado de la central eléctrica de Irabia, material que en su día se utilizó en aislantes eléctricos.
Por último, proceden de los pesticidas utilizados por la OCPA en la agricultura. “Son muy variadas y están prohibidas hoy en día, pero son muy persistentes y muy tóxicas”, ha dicho de Diego. Compara los contaminantes persistentes con metales pesados: “A pesar de que en la actualidad la industria vasca emite menos metales pesados, la de las décadas anteriores no desaparece; queda acumulada en el suelo. Allí puede estar mucho tiempo, sin llegar al agua o a la vegetación, pero si la tierra se mueve se contaminarán también otros entornos”.
La importancia de investigar
Tanto De Diego como Elustondo han subrayado que las concentraciones en Irati no son superiores a las que esperaban: “Hay que tener cuidado con el mensaje que se da. De hecho, la tendencia alarmista actual es muy perjudicial. Hay que decir alto y claro que aunque la contaminación sea preocupante, no se puede decir que Irati está contaminada. Tiene un alto nivel de protección y así debe ser”, ha afirmado de Diego. Elustondo, repitiendo: “Para eso debería servir esta investigación, para mostrar lo importante que es poner en valor y cuidar este tipo de ecosistemas”.

Comenta una ventaja de los musgos para la monitorización: “Es mucho más barato que colocar los equipos que tienen que funcionar a continuación, analizar los musgos que hay en el bosque por defecto. Estas mediciones no sirven para establecer límites legales, pero sí para hacer comparaciones, y para saber cuáles son los puntos calientes, por ejemplo”.
Por todo ello, ambas entidades han pedido financiación para llevar a cabo este tipo de investigaciones a largo plazo. De hecho, el estudio del impacto de los contaminantes sobre la biodiversidad requiere series largas.
También consideran que se debería investigar la influencia de otros factores y las relaciones entre ellos. Entre ellos destaca el cambio climático: “Sabemos que este singular ecosistema sufrirá con el aumento de la temperatura, lo que puede suponer un mayor impacto por parte de otros agentes”, ha dicho Elustondo. Recuerda el impacto de la calidad del aire y el clima en la salud humana: “La contaminación del aire es la cuarta causa de muerte. Es un problema de salud pública que va a empeorar con el cambio climático, porque están relacionados”.
“Esa es nuestra reivindicación”, ha concluido De Diego. “Las instituciones dan financiación para cuatro años, pero para ver y entender la evolución hay que hacer un seguimiento durante mucho tiempo”. El artículo ahora publicado es parte de la tesis doctoral de Alonso en la UPV/EHU, y también se publicarán una tesis y varios artículos. Es evidente, por tanto, que la investigación ha sido fructífera. Tan claro está, sin embargo, que no es suficiente para los investigadores, ya que para ellos Irati también es especial.

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