La playa, el atrio del mar
2004/06/01 Lexartza Artza, Irantzu - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria
Las playas de arena y grava que conectamos con el sol y el ocio son comunidades vivas, habitadas por diferentes plantas y animales. La combinación de condiciones que produce la interacción entre el mar y la tierra constituye las características específicas para la creación de estos ecosistemas. En estos acumuladores se producen grandes cambios en poco tiempo.
Los procesos sedimentarios activos se producen de forma continua en las playas naturales, y en estos procesos intervienen diversos factores: ciclos estacionales, variaciones del nivel de mar relativo, provisiones de sedimentos, ciclos meteorológicos, etc.
La colaboración de todos estos factores da lugar a condiciones geológicas y geomorfológicas únicas, en virtud de las cuales se establecen las principales características físicas del lugar: tamaño del grano, pendiente, estructuras sedimentarias, etc.
La playa está construida por sedimentos. Pueden provenir de la erosión de rocas marinas y costeras, depósitos de roca generados en saltos de tierra, materiales erosionados y transportados por ríos, etc.
Una vez sumergidos en el sistema de playas, estas corrientes o olas arrastran estos materiales hacia la costa, fuera de la costa o paralelos a la costa. Estas fuerzas redondean y pulen las rocas. Los efectos de la marea y las olas desprenden, reducen y mezclan las partículas hasta dar el tamaño de la arena.
Los sedimentos se acumulan y erosionan cíclicamente y la playa se encuentra en una fase constructiva o erosiva dependiendo del predominio de cada momento. El balance entre estas dos fases define la evolución de la playa.
Normalmente predomina la acumulación en algunas épocas y la erosión en otras. Si están en equilibrio a largo plazo, la extensión de la playa no varía. Sin embargo, si uno de ellos predomina, la playa se transforma. A menudo el ser humano realiza actividades que afectan a la dinámica de la playa, dando más fuerza a una de estas dos fases. Esto provoca desequilibrio y alteración de las playas.
Influencia del mar
Define el carácter de la playa por su relación con el mar. De este modo, las zonas físicas de la playa se distribuyen en función de la influencia de las mareas, cada una de las cuales tiene unos conjuntos específicos de condiciones para los seres vivos.
La zona submarina está definida por la línea de marea baja y el límite de movimiento de sedimentos por rotura de aguas. Normalmente está formada por una o varias barras de arena, formando depresiones intermedias, todas ellas paralelas a la costa. La zona es de gran energía.
El frente o frente de la playa queda sumergido y descubierto periódicamente por las mareas. Es la zona de playa activa, donde se producen los mayores cambios a lo largo del día. La inclinación hacia el mar suele ser bastante inclinada, especialmente en la parte más alta. La superficie es relativamente lisa debido a la acción del oleaje y en la parte superior se encuentra la cima de la playa.
En la parte trasera de la cima de la playa la pendiente hacia el mar es más suave. Está situada por encima de la línea de agua superior y sólo soporta la acción de las olas cuando hay mareas vivas. Se extiende desde el punto de pleamar hasta el límite superior de influencia de las olas de tormenta. Tiene una superficie dura y, entre las tormentas, desarrolla formas creadas por el viento.
La línea de deriva muestra el límite superior del mar. Esta línea está definida por los materiales más alejados del oleaje, por lo que el agua no actúa directamente.
Muchas playas tienen su límite interior en acantilados o dunas. Estos acantilados suelen ser inactivos, ya que normalmente no sufren el ataque del mar.
Para el desarrollo de las dunas, el sedimento debe ser de tamaño arena. Estas partículas son transportadas y modeladas por el viento y la arena se acumula por encima de la línea de deriva.
Cuando se actúa sobre la dinámica del sistema de playas, la estructura natural se transforma. Por ejemplo, la limitación de la energía de las olas por razones de interés humano, la alteración de los cauces de los ríos o la alteración de la costa pueden hacer desaparecer las extraordinarias características de estos ricos espacios naturales. El mismo efecto puede tener la sobreexplotación de estas zonas.
Playas de la costa vasca
En la costa vasca, sobre todo en el oeste, predominan las rocas duras y las playas aparecen entre los acantilados. Sin embargo, a medida que se dirigen hacia el noreste, cada vez tienen más espacio para expandirse. Hay muchas pequeñas playas de pocos metros de longitud, pero también hay otras que se prolongan por encima de un kilómetro.
Las playas del golfo de Bizkaia son tanto de arena como de grava. Muchos de ellos están abiertos al mar, algunos totalmente al aire libre y otros en rincones. La mayoría de este tipo de playas son estrechas, ya que muchas veces están delimitadas por un acantilado. Ejemplos de ello son las playas de Sopelana y las de Azkorri.
Por otra parte, la mayor parte de las playas principales se encuentran en las rías. En ellos cobra gran importancia la interacción entre el río y el mar. En este tipo de zonas se encuentran las más largas de Euskal Herria, como la de Hendaia y la de Zarautz. En todas las rías de Lapurdi, Gipuzkoa y Bizkaia han existido playas de origen natural, aunque en ocasiones han desaparecido.
También las encontramos en bahías, aunque son pocas en Euskal Herria. El más conocido es el de Donostia-San Sebastián, un buen lugar para el almacenamiento, ya que en la fase erosiva tienen poca energía.
En San Sebastián también hubo un tómbolo, pero sobre él se construyó y se cubrió completamente. Otro ejemplo de este tipo de estructuras sigue existiendo en Lekeitio, pero también ha sufrido cierta influencia humana.
Debido al relieve del País Vasco, la población se concentra en los valles fluviales, así como en las costas y rías. Por tanto, el desarrollo industrial se ha producido en las cuencas fluviales y en la mayoría de las rías. Además, la actividad de los talleres y la población se extiende desde los ríos hasta el litoral.
Esto ha tenido una gran influencia en la costa, desapareciendo en los últimos años elementos de diferentes playas o playas enteras. Ejemplos de ello son los de la ría del Nervión. En ocasiones la actividad que la ha provocado ha tenido lugar en las propias playas, pero en otras ocasiones la afección a los elementos interiores y costeros ha afectado directamente a las playas. Por ejemplo, la construcción de diques o la transformación de ríos han alterado drásticamente la dinámica de playas como Gorliz o Gros.
En la actualidad existen playas totalmente artificiales en la costa vasca, como la de Hondarribia. Se les han dado sus características para el ocio y muchas veces tienen que llevar arena de forma periódica a la playa de Angelu. De hecho, muchas playas artificiales no están situadas en zonas de acumulación y sufren una erosión constante.
Costa, cóctel energético y sedimentario
Las costas tienen una gran importancia a nivel mundial, ya que las zonas litorales siempre han atraído a la gente. Los asentamientos se ubicaban en lugares más fáciles de embarcar, con el fin de facilitar su medio de vida. Además, el ocio cada vez atrae a más personas a la costa y, sobre todo, a las playas.
La creación de estos espacios requiere de unas condiciones específicas. De hecho, la costa es físicamente muy compleja. La acción del oleaje, la distribución de energía y el caudal de sedimentos, entre otros, definen el desarrollo de la costa. Por ejemplo, cuando el caudal de sedimentos es similar a la energía, normalmente se acumulan sedimentos y se crean playas.
Gran variedad de tamaños, formas y tipos
Las playas presentan diferentes características en función del entorno climático y geográfico. Además, su ubicación en la costa también hace que sean de una u otra manera, lo que se tiene en cuenta en la mayoría de las clasificaciones realizadas.
Las situadas en el mismo litoral: de bahías, a pie de acantilados, de rías… Pueden ser directas, cóncavas o convexas.
Las playas de barrera se separan de la costa por un pantano o lagón.
Las lengüetas costeras, unidas en un lado al borde del terreno, penetran en el mar.
Los tómbolos son playas que conectan una isla o roca con la costa. A veces las pleamares las cubren, pero la bajamar vuelve a aparecer.
El material de la playa también tiene gran influencia en el aspecto de la playa. El cuarzo, por ejemplo, tiene una gran presencia en muchas playas de arena, ya que resiste mucho la erosión. Este mineral da un color claro a la playa. Junto a ello se pueden encontrar fragmentos de conchas, fragmentos de piedras, etc.
En otros lugares, los corales y la lava son algunos de los componentes principales de la arena, ya que en la playa se erosiona y almacena el material disponible en cada zona. El color de la arena depende de la composición: marrón, blanco, negro, verde, rosa…
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