"La lengua es una herramienta que existe y me preocupa cómo usarla"

Kepa Altonaga es investigador, zoólogo. Pero, según él, tanto como la propia investigación sobre un tema le interesa la época, las personas y los pensamientos de esa investigación concreta. Y así lo demuestran los libros que ha escrito. El último zoo ilógico de Arnaut Abadía ha sido un viaje hacia atrás.


Es un libro curioso el zoo ilógico de Arnaut Abadía. Por un lado, los dibujos de Asís Urmeneta le dan un toque especial, y por otro, aunque recoge textos de Arnaut Abadía, el libro lo ha sacado usted. ¿De dónde surgió su idea?

Sí... Tengo amigo de Asís y yo he hecho de editor en este libro, más o menos. El camino tiene mucho que ver, te lo explico. Mientras hacía el médico de Aldude, Etxepare hablaba en los documentos de su profesor Jean Etxepare, Arnaut Abadia. Siempre, para bien: profesor perfecto, duro, "en olor amarga"... dice cosas así. Por otro lado, dice que era un "escritor hábil" y que tenía preparada una antología para su publicación, con los escritos de Abadía.

El abadía sacaba semanalmente, durante años, una columna para los labradores. Y esto [Etxepare] dice que era ejemplar. Pero eso no se publicó.

Y yo, entonces haciendo Etxepare, me quedé: "¿qué hay aquí? ". Ni Villasante en Historia de la Literatura Vasca ni nadie menciona esa Abadía Arnaut. ¿Por qué? Estos pilares se publicaron en una revista, en la revista Eskualduna, donde quedaron enterrados, ya que la revista Eskualduna no ha estado disponible durante mucho tiempo.

Y con una chiripa así, otro amigo, Josu Landa, de Armiarma, me comentó que lo habían digitalizado. Me pasó lo que ya está en la red. Y yo estuve 2-3 años leyendo Abadía cada noche. Le leí todas las columnas, de las que elegí unas 50 columnas sobre animales y pensé que yo también hiciera una antología. Y como todos eran animales, pues el Zoo ilógico.

Y para vestir el zoo con imágenes, has contado con la ayuda de Asisko Urmeneta.

No quería hacer una edición tan crítica, filológica, histórica, gris, aburrida. A eso quería darle otro brillo, alegría, una nueva difusión. Y pensé cómo hacerlo atractivo. Pues con algunas imágenes. Entonces hablé con Asisco y él se mostró muy dispuesto. Luego hice una introducción al libro para presentar a Abadía y ponerlo en forma. Y la edición la ha hecho Pamiela, una edición muy bonita, creo.

No sé si se leerá, pero ¡bueno! ¿Cuál es la intención? No sólo dar a conocer a Abadía como persona, en esas columnas hay un estilo que está hecho. Hay que demostrarlo. XIX. En el siglo XX tenemos un clásico que demuestra cómo se hacían las cosas fácilmente, públicas, no voy a decir analfabeto, pero sí para un muy iletrado, y textos de complicaciones, pero de gran gracia. Por ejemplo, qué dice sobre el sapo, o sobre el topo, o sobre las golondrinas, tanto nocturnas, murciélagos, como diarias… es muy bonito. A mi gusto sorprendente.

Lástima que son artículos muy desconectados. Por eso es "zoo ilógico". Yo echo de menos algunas especies. Por ejemplo, por qué no ha metido el zorro, o el tejón, o el bazo... Es decir, para los baserritarras, para los campesinos, para los labradores, en un tiempo no hay gente muy cercana. Por otro lado, no he podido aclarar a qué fuentes bibliográficas acudió. De hecho, muchas cosas son suyas, pero otras se ven que son leídas en otros lugares.

Sin embargo, ha hecho un trabajo de investigación, ha seleccionado y arreglado las columnas, ha pedido dibujos a Asisko, ha escrito la entrada… y ha adaptado el idioma.

De ahí pueden venir críticas por parte de los filólogos. La idea inicial era transcribir textos originales con la grafía actual. Pero en eso estaba, los de Armiarma colgaron esos textos en la telaraña. Entonces ya no tenía sentido poder ver el original en un clic y poner una "x" en el lugar en el que aparecía "ch" en mi. Pensaba que necesitaba un maquillaje más profundo. Entonces, decidí poner en común todos los verbos auxiliares para facilitar la lectura. Sobre todo lo he hecho, sin tocarlo "laborarier", etc. He dejado así a "laborarier" en lugar de a "labradores". Por lo tanto, hay formas que se alejan del euskara unificado tradicional, pero que son el euskara unificado.

¿Ha sido una apuesta?

No, no, eso ha sido algo que ha gustado. Yo no soy jugador. Ahora se ha publicado y hace poco leí que era el más vendido en el suplemento Ortzadar de Deia. No me lo creí, pero bueno. [Aparece el listado de los libros más vendidos del suplemento Arco Iris de 3 de marzo de 2012 en el apartado de Ficciones].

En otros libros que has escrito anteriormente hay más creación, aunque ellos tampoco son de ficción. Podemos decir que son ensayos históricos.
Ed. © PRESS FOTOGRÁFICO/Marisol Ramirez

No son ficticios y, en ese sentido, no hay trabajo creativo, pero sí documentación, y más que históricos son contextualizaciones de determinados personajes. Hay una revisión documentada del ambiente de los personajes. Y son biografías, pero son excusa para explicar los fenómenos biológicos.

Así que siempre has elegido a estos personajes por su relación con la ciencia.

Yo he elegido... no sé hasta qué punto yo he elegido, o, como esa pedantería que dicen algunos, me han elegido a mí. Pero en cierta medida es así. Por ejemplo, partiendo históricamente, fue el primero de Folin [ Marqués de Folin: Roedores y vascos en la isla perdida ]. Y ahí estuvo una especie de carambola. Yo conocía el marqués de Folin por mis investigaciones. Tenía varias obras en torno a los caracoles del norte, y yo conocía esas obras. Y tenía intención de presentar ese personaje, con un artículo o.

Justo aquellos años, Jon Juaristi sacó El linaje de Aitor, y allí leí una cita sobre Arana Goiri, diciendo que veía el origen de los vascos en Atlantida. Pero esa era una locura para negar los vínculos con España.

Pero a los quince días o, por supuesto, estaba leyendo otras cosas de Folin y, por supuesto, era de la misma época, y él también, basándose en esos caracoles que veía, decía que "estos caracoles nos demuestran que los vascos somos venidos de Atlantida". ¡No es posible! ". Y ahí tenía muchos hilos interrelacionados, qué más interesantes me parecía, y gracias a eso hice amigos de Asisko, entre otros.

¡Todo se enrolla!

Cuando estaba preparando ese libro, leyendo cosas sobre aquella época, me encontré con Armand David, hasta entonces desconocido para mí. Y empecé a leer más, Auñamendin, que se fue a China y a China, donde aparece "un oso negro y blanco"... Entonces pensé "Panda, ¡no será verdad! ". Y sí, Armand David, el cachorro de Ezpeleta, fue el primero en describir panda.

Tirando de él, descubrí un tipo de enorme interés, un criptoeuskaldun, su hermano bertsolari, él descubrió el árbol Panda y Davidia enredada... ¡es decir, un naturalista genial, un espía y un evolucionista! Sorprendente, en aquellos tiempos, en Francia, que un cura sea evolucionista, de la primera hornada. Y además, a mí me hizo reflexionar sobre el nacionalismo científico y sobre ese tipo de cosas.

Para entonces ya me había dado cuenta de que, leyendo Gouldi y [Stephen Jay Gould, paleontólogo y biólogo], la investigación era tan interesante como la investigación. Es decir, investigar sobre la selección natural puede ser muy interesante, pero ver el concepto de selección natural y la construcción teórica que subyace a ella también es a nivel del otro. ¿Por qué Darwin fue lo que todos conocían lo que realmente vio? Esa es la cuestión.

De ahí vino Armand David, el padre de Panda.Y Armand David me llevó a Etxepare. Y él me intervino y me creció. De allí salió Etxepare, médico de Aldune. Ahí tenemos a un vasco, muy cosmopolita, nacido en un rincón del monte, totalmente desconocido, pero moderno, y, para compararlo con un conocido, de alguna manera, al estilo de Pío Baroja, que, a pesar de ser de Lotilandia, no.

Todos estos libros están relacionados con la ciencia y tú también eres científico, zoólogo.

La cuestión es que yo hace tiempo estudié biología. Y se dice que los biólogos son de tres tipos: batidos, botas o botas. Así que hice otra especialidad, pero yo tenía claro que era una bota o, si es necesario, una. Entré en el laboratorio de zoología y empecé a trabajar con los caracoles. Con ellos hice mi tesis y descubrimos nuevas especies. Cómo, nosotros, XX. En el siglo XX, ¿encontrar nuevas especies en Europa? Porque esto todavía no había sido investigado. Entonces hemos tenido esa suerte, por eso hemos encontrado esas especies desconocidas.

Entre ellos, el altonero Papilloderma.
Kepa Altonaga, en la oficina de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV. Pegados a la pared se pueden ver fotos de algunos de los personajes que aparecen en sus libros. Ed. © PRESS FOTOGRÁFICO/Marisol Ramirez

Sí, no lo describí yo, Wiktorrek lo hicieron en 1990, pero sí lo encontré yo, un año antes o. Mira, esto es [mostrando la imagen de un bazo]. ¿Ves ese abultamiento que tiene en la espalda? Es la huella de la concha. Eso es lo que hace tan especial. Y es la nueva especie, el nuevo género Papilloderma, la nueva familia Papillodermidae.

El caso es que este Wiktor es un gran experto que cuando se enteró se sorprendió. Y es que fue a buscarlo y lo encontró y enseguida le vio esa concha, y quedó muy emocionado, y la bla, la bla, la bla, la bla, la bla.

¿Sigue vestido con botas?

Mucho menos que antes. Menos, porque la carga de la enseñanza ha aumentado, la de la familia también... Y como nosotros tenemos mucho trabajo de campo, necesitas todo el fin de semana para ir a Asturias, etc. Además, antes veía muy bien sin nada, pero ahora... [contacto con gafas]. Mira, por este trabajo nos dieron el premio Munibe [con el trabajo en mano], y todas estas casillas que ves en estos mapas de aquí son los lugares en los que fuimos nosotros. También puedes encontrarlo o no. Pero sin ir, difícilmente. Y ahora no puedo ir.

Lo mismo me ha ocurrido con algunas responsabilidades y cargos que tenía, como el de la Universidad Vasca de Verano. A medida que he cumplido el plazo no he asumido ninguna responsabilidad.

Abadía, Etxepare y éstos, por su parte, han sido realizados en horas de sueño nocturno.

Gustos.

Sí, sí. Mi libro es Etxepare, los demás también, pero estoy especialmente orgulloso de Etxepare. Y en todas hay ganas de colocar a los personajes en su lugar. Eso lo he visto con el libro Darwin gurean. Cuando he dado conferencias me he dado cuenta de que en el norte, [Piarres] Laffite, y la gente empieza a moverse en la silla como el bazo; ir al sur, citar [Joxemiel] Barandiaran, y lo mismo. Claro, porque nuestros dos grandes patriarcas eran antievolucionistas, nos gustan o no. Y eso hay que decirlo. ¿Por qué no lo han dicho antes? ¿Yo tengo que decirlo? Creo que hay que decir cosas así. Así que en mis libros hay intención de mostrar todos los aspectos de los personajes.

Además, en tus escritos también se nota la preocupación por el idioma.

Más que lenguaje, mi preocupación es el estilo. La lengua es una de las herramientas que hay, y mi preocupación es cómo usarla, cómo adaptarla, nivel, zona, tema... La cuestión es que algunos libros no son para que puedan ser leídos por cualquiera, por el tema. Yo entonces quiero adaptar el idioma al tema. Eso, por ejemplo, en castellano, ves en el atoaje el nivel elegante, enriquecido, en el que está escrito un libro de estas características. En euskera todos los textos son iguales. Da igual el deporte o el tema, tenemos un plano de euskera. Yo he querido hacer algo más. Y antes, cuando he hablado de Abadiño, he mencionado: ahí hay un modelo.

También he mencionado a Armand David. Él escribió en francés, y si tenía un modelo en francés, muy rico. ¿Cómo lo haría en euskera? No sabemos, pero seguro que no tendría ese modelo tan rico. Nosotros tampoco tenemos mucho, pero en ornitología, por ejemplo, tenemos textos de Abadía, de Martín de Itziar y de Vicoriano Iraola. Sobre los pájaros no se ha escrito mucho más en Euskal Herria. Si tú tienes que escribir ahora, ¿qué vas a hacer, empezando por cero o al menos viendo cómo los escribieron?

¿Y tienes intención de seguir escribiendo?

Sí, tengo un proyecto entre manos, pero no te lo puedo contar. Top secret [en broma]. Si no me pisan. No, pero no quiero difundir información. Eso sí, será polémico.

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