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Aves sucias

2001/06/20 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Las aves son muy puras y tienen sus plumas muy limpias. Una excepción es la perdiz blanca de las rocas. De hecho, este ave ártica ensucia intencionadamente su plumaje. Sin embargo, a pesar de que a algunos les parece un comportamiento incorrecto, los investigadores han visto que tiene motivos para hacerlo.

La perdiz blanca de las rocas presenta en invierno un plumaje de color blanco, que en la nieve es casi invisible para los enemigos. En verano, en cambio, para ocultarse entre líquenes y piedras de la tundra o en el suelo, presenta un plumaje marrón jaspeado. Nada más fundir la nieve, la hembra cambia su plumaje de blanco a marrón. Pero el macho sigue varias semanas con plumaje de color blanco, por lo que es una presa fácil para los enemigos. Según los investigadores, de esta manera el macho enseña a la hembra y al macho rival la capacidad de afrontar los riesgos.

Cuando Robert Montgomerie y su equipo de la Universidad Queens de Kingston (Canadá) analizaron el comportamiento de la perdiz blanca en las rocas, vieron en 1981 que los machos cubren con lodo su plumaje blanco. Tras un exhaustivo estudio que ha durado 17 años, las hembras han descubierto que los huevos se lojan cuando se ponen. Además, cuando la hembra pierde el nido, el macho limpia las plumas y comienza a buscar otra hembra.

Este trabajo publicado en la revista Behavioral Ecology demuestra que la elección sexual puede atrasar al mudo y que influye sobre el comportamiento.

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