“Aunque se haya conseguido el mínimo, hay algo”
Acaba de finalizar la Cumbre sobre el Clima COP29. Al final, y aunque fuera de plazo, han conseguido cerrar el debate sobre la financiación: los países industrializados aportarán 300.000 millones de dólares para hacer frente a la emergencia climática. No ha sido, sin embargo, el único nudo. La investigadora de la UPV/EHU y BC3 Elisa Sainz de Murieta Zugadi ha seguido con atención todas las vicisitudes del congreso.
¿Cuál es su conclusión general sobre el COP29? El pacto de última hora se ha considerado insuficiente por parte de muchos de los firmantes del mismo.
Es cierto que los avances que se han dado han sido menores de lo necesario. Pero eso no quiere decir que el congreso no haya servido para nada. Todos los años, al término de la reunión, tengo que oírlos y es bastante decepcionante. Este es el único foro que aglutina a todos los países, y todos tienen la necesidad de hacerlo porque todos tienen que reducir sus emisiones, sobre todo los que más emisiones tienen. Por lo tanto, me parece preocupante deslegitimar el congreso.
Aunque se haya conseguido el mínimo, hay algo. son unos 300.000 millones de euros menos que los 1,3 billones que se solicitaban, pero supone tres veces más de lo que hasta ahora se tenía. Además, hay que tener en cuenta que la situación geopolítica es muy complicada: La victoria de Trump, la guerra entre Ucrania y Rusia, los ataques de Israel… No es una situación fácil para tomar decisiones.
Además, ¿ha habido algún debate más?
Sí, ha habido otras decisiones. El año pasado, en la cumbre de Dubai se acordó iniciar un diálogo para evitar los combustibles fósiles (transitioning away from fossil fuels). Ahí ha habido grandes debates y no ha habido consenso, y eso queda para la próxima cumbre. No es de extrañar, porque Arabia Saudí y otros países tienen una dependencia total de los combustibles fósiles, por lo que su prioridad es aplazar las decisiones en la medida de lo posible
Parece que ha sido especialmente complicado el papel que ha jugado Arabia Saudí en este congreso, en el que ha participado Obama. Azerbaiyán ha sido el país que ha ostentado la presidencia y, en principio, tiene que enviar a todos los países los borradores de los documentos al mismo tiempo. Sin embargo, han constatado que Arabia Saudí ya había recibido antes los borradores de las cuentas del Consejo de Seguridad. Al parecer, se han cometido errores diplomáticos que, en el resto de los países, generan desconfianza y malestar.
El contexto no ha favorecido la toma de decisiones.
Ha sido complejo. El foco más importante de este año ha sido la financiación, ya que en la cumbre del año que viene, en Brasil, todos tienen que presentar sus objetivos renovados.
En el Convenio de París se acordó que, al final del siglo, el aumento de las temperaturas se quedara por debajo de los 2 ºC y, si es posible, a 1,5 ºC. Para conseguirlo a finales de siglo, cada cinco años quedaron pendientes de renovar los compromisos, que además deben ser cada vez mayores. En la cumbre de Brasil van a hacer eso, pero, por supuesto, los países en desarrollo quieren saber qué recursos van a tener para llevar a cabo sus objetivos. Si no tienen recursos, no podrán actualizar sus objetivos a su gusto.
Por lo tanto, la decisión de este año condiciona los objetivos del próximo año.
Eso es. Y es muy complejo: 192 países, cada uno con su situación socioeconómica, su situación de desarrollo diferente, sus costumbres diferentes, sus culturas diferentes, sus preferencias... Claro que no es fácil ponerlas de acuerdo.
A pesar de ello, es cierto que tenemos encima de la mesa una grave crisis climática. Cada vez se observan más impactos, especialmente en los países vulnerables, en desarrollo.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) considera que para mantener el objetivo de 1,5 ºC, para 2030 la emisión global debe reducirse un 45 %. Pero en este 2024 todavía han aumentado las emisiones. Algunos expertos creen que podrían ir a por el LARGUERO en 2025, pero la situación no es optimista. Entonces, ahí está el conflicto: sabemos que tenemos que ser más valientes, que necesitamos objetivos más exigentes, pero, por supuesto, todo es una situación geopolítica.
Y, por ejemplo, ¿qué estamos haciendo y qué compromisos tenemos?
Nosotros, como pueblo industrializado, tenemos una deuda. Aunque la aportación de Euskal Herria sea muy pequeña, deberíamos asumir nuestra responsabilidad, porque tenemos responsabilidad.
Yo creo que estamos haciendo un esfuerzo y los datos lo demuestran. Ihobe saca anualmente el inventario de gases de efecto invernadero y se observa que las emisiones han disminuido respecto a 1990. Pero también tenemos margen para hacerlo más grande.
Dos son, sobre todo, los sectores que más emisiones generan. Una es la energía y la segunda es el transporte. La industria es la tercera, pero sus emisiones han ido disminuyendo en los últimos 20-30 años. Pero en la energía, y sobre todo en el transporte, las emisiones han ido aumentando. Es importante pensar cómo vamos a enfocar este tema. Se trata de un tema de actualidad, si tenemos en cuenta la transformación del sector del transporte que puede influir en nuestra industria. Mire qué problemas está teniendo Volkswagen en Alemania. También debemos insistir en el tema de la transición justa.
Todavía tenemos mucho trabajo doméstico...
Eso es. Y yo destacaría aquí, desde el punto de vista científico, que los que trabajamos en la economía del cambio climático lo sabemos desde hace tiempo y hemos demostrado en las investigaciones que resulta mucho más barato afrontar el cambio climático que recoger y responder a sus impactos.
Lo que pasa es que, aunque los impactos están siendo cada vez más frecuentes, son una cosa de futuro. Los recortes, en cambio, los tenemos que tramitar hoy. Gestionar ese conflicto del tiempo no es fácil, pero, sin duda, hay que afrontarlo. Y en esta transición me gustaría subrayar que en enero de este año se aprobó la Ley de Transición Energética y Cambio Climático en el Parlamento Vasco, y yo creo que es un ejemplo muy bueno, en el que diferentes partidos se unieron para dar una respuesta a esta cuestión.
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