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Google: un buen amigo malintencionado

2013/05/01 Leturia Azkarate, Igor - Informatikaria eta ikertzaileaElhuyar Hizkuntza eta Teknologia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Google, a pesar de ser una empresa gigante, ha tenido fama desde el principio: empresa creada en un garaje entre dos personas, usuario y colaborador del software libre, impulsor de protocolos abiertos... Sin embargo, con algunas medidas que se han tomado últimamente, ha demostrado un comportamiento cargado de avaricia por parte de cualquier multinacional, contrario a sus principios originales, y poco a poco esta buena imagen se está perdiendo.
Ed. © Anatolii Babii/350RF

Google siempre ha hecho muy buenos productos. Su primer producto (y el que sigue siendo su principal activo), el buscador, fue revolucionario en su día; indexaba una parte mucho mayor de la web que las que existían hasta entonces, era mucho más rápida y traducía, mediante el algoritmo Page Rank, resultados mucho mejores. El correo electrónico GMail también superó con facilidad otros servicios similares, tanto en sus características como en su capacidad. Y con otros muchos servicios que han ido saliendo, de manera similar: Maps, Translate, Docs, Reader, Analytics... Por todo ello, la empresa ha sido admirada por los tecnólogos, pero no ha sido la única razón.

En Google es conocido el slogan informal “don’t be evil” que significa “no ser malo”. Con esta frase expresaba su intención de cumplir unos mínimos principios éticos y de anteponer al usuario a cualquier cosa. Por supuesto, Google es una empresa que también tiene intención de ganar dinero (e incluso conseguirlo! ), pero dentro de una filosofía. Y esa filosofía ha tenido una gran influencia a la hora de conseguir la admiración y fidelidad que ha conseguido entre una gente.

Una empresa diferente y amable...

Mucha gente a favor del software libre siempre ha sido muy Google, porque Google ha sido el gran usuario del software libre. El sistema operativo Linux y el lenguaje de programación Python son muy utilizados dentro de Google, ambos libres. El sistema operativo Android para móviles de Google también está basado en Linux. Y ha colaborado mucho en el desarrollo del software libre: la gente de su plantilla ha hecho aportaciones al software libre, concede becas Summer of Code para desarrollar software libre...

Asimismo, siempre ha utilizado y fomentado protocolos y estándares abiertos. Por ejemplo, en su servicio de chat Google Talk no utiliza su protocolo propietario como sus competidores (Facebook, Messenger, Skype...); Utiliza el estándar abierto XMPP, lo que permite comunicarse con los programas, servicios y usuarios que lo utilizan, no sólo con los usuarios de Google Talk. Y también creó Google Wave, una evolución del correo electrónico, combinando el correo electrónico, los wikis y la mensajería, publicándolo como protocolo abierto y liberando software para su uso (sobre esta palabra que os hicimos en octubre de 2009).

Tradicionalmente ha sido también patrocinador de la privacidad de los usuarios. A pesar de que por todo lo que sabe de nosotros (nuestros e-mails, búsquedas, contactos, agenda, vídeos que vemos...) mucha gente mira con recelo, hasta ahora no se ha preocupado: cuando la policía, los federales o el gobierno le piden los datos de los usuarios los niega, a diferencia de otros, sólo los entregan a petición de los jueces.

Y ante empresas que hacen cosas similares, también aparece como defensor de las libertades. Apple, por ejemplo, controla y restringe totalmente el software que se puede instalar en iPhone y en iPad, mientras que en los teléfonos con sistema operativo Android cualquier aplicación legal es aceptada.

Por último, las condiciones de trabajo de Google también le dan la imagen de empresa cool. Sus empleados trabajan los viernes en proyectos de su iniciativa, se come gratuitamente en los comedores locales, hay muchas opciones de servicio y ocio para los trabajadores en la propia sede... ¡El sueño de muchos informáticos es trabajar en él!

… todavía?

Pero últimamente esta imagen de Google está cambiando en los ojos de mucha gente. Y es que hay mucha gente que cree que ha cambiado de actitud y que, como cualquier empresa, ganar dinero y ponerse por delante de todo, olvidando los principios.

Google ha recibido numerosas quejas porque ha empezado a cobrar varios servicios que antes ofrecía gratuitamente: APIs de Google Maps y Google Translate, suite Google Apps para empresas... Sin embargo, creo que eso es legítimo, en definitiva, Google es una empresa que tiene que ganar dinero. Lo que no es comprensible es cerrar los servicios sin más, argumentando la falta de rentabilidad o de uso, sin dar opción a seguir pasando a ser servicios de pago. Y, en cierta medida, por la filosofía que reivindica, debería mantener unos servicios poco rentables...

Uno de estos servicios cerrados fue Google Wave. La tecnología que se presentó como tan revolucionaria se cerró bruscamente a escasos años de la adopción. Es cierto que no tuvo la misma difusión que se esperaba, pero ¿por qué se trató de una herramienta tan potente? El propio Google permitió matar a Wave lentamente. Cuando querías ponerte en comunicación con alguien, no era cómodo ir a Wave para ver si el destinatario tenía cuentas ahí y si no era así enviarlas por correo; de la misma manera, como en cualquier herramienta de comunicación, de vez en cuando tenías que comprobar si te llegó algo y no era práctico mirar en los dos sitios (correo y Wave). Y pasaba que a alguien le enviara un wave y luego tuviera que avisar por e-mail que le envió un wave porque no respondía... Si Google hubiera estado integrado en la interfaz de Wave GMail con Google Wave: Al ver que al escribir a alguien en la interfaz de GMail el destinatario tiene una cuenta Wave, podía permitirle comunicarse por Wave y mostrar en Gmail los nuevos Wave que recibíamos. Era una jugada lógica si realmente se quería empujar a Wave, pero no lo hizo. Fue el primer indicio de cambio de actitud hacia los protocolos abiertos. Google Buzz y Google+, por su parte, integró sus productos sociales cerrados con GMail…

Anuncian el cierre de Google Reader. Nunca ha sido un producto para el gran público, y seguramente no le daba dinero, pero tiene una gama de usuarios no despreciable y fiel, y este tipo de servicios es necesario para muchos de nosotros, como os comentamos el año pasado. Afortunadamente hay alternativas, pero la noticia suscitó malestar.

También ha retrocedido en el ámbito de la interconexión de protocolos abiertos y diferentes sistemas. Google Talk, por ejemplo, impuso aceptar las solicitudes de conexión de otros usuarios externos XMPP, a pesar de que las quejas recibidas le llevaron a desistir. En cuanto al software libre, Google no ha liberado el código de las últimas versiones de Android.

Google también dio un paso atrás en la privacidad al unificar la información de los usuarios de todos sus servicios: ahora, por ejemplo, puede mostrar los lanzamientos de Youtube utilizando la información de tu GMail. No es tan grave como dar nuestros datos a otro, pero hay una cierta ruptura de privacidad que no es legítima para mucha gente. Y ha puesto los beneficios económicos por delante de la libertad: ha eliminado de su tienda Google Play de aplicaciones móviles y tablets programas como AdBlock que bloquean anuncios en el navegador.

Cada uno de los detalles citados puede ser anecdótico si se compara con el recorrido completo de Google, pero todos ellos son indicadores de una tendencia a que se produzca en tan poco tiempo a la vez. Quizás no sea por el momento suficiente como para ser considerado un demonio, quizás todavía tenga mucho mejor comportamiento Internet que otras grandes empresas del mundo... Pero Google ya no es un angelito y sin duda ha perdido el apoyo incondicional de gran parte de sus seguidores tradicionales.

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