Obesidad: XXI. epidemia del siglo XX
2005/02/01 Orive Arroyo, Gorka - Farmazian doktorea. Biofarmazia, Farmakozinetika eta Farmazia-teknologiako irakasle kolaboratzaileaFarmazia Fakultatea UPV-EHU, Vitoria-Gasteiz Iturria: Elhuyar aldizkaria
La definición de obesidad es totalmente arbitraria, pero según los expertos, cuando el sobrepeso alcanza el 20-25% comienzan los riesgos para la salud. El método más adecuado para medir la enfermedad es el índice de masa corporal (IMC). Este índice se calcula dividiendo el peso de esta persona por el cuadrado de su altura; si el resultado es un número de entre 25 y 30 significa sobrepeso y si es mayor de 30 significa obesidad.
Las causas de la obesidad pueden ser diversas. Por un lado, puede tener origen genético. Aproximadamente 400 genes participan en la regulación del peso corporal, principalmente a través de péptidos, hormonas y monoaminas que los producen. Por otra parte, los comportamientos del sistema nervioso, endocrino y metabólico juegan un papel importante en esta enfermedad. Sin embargo, para una mejor comprensión de todos, la principal causa de obesidad es el desequilibrio entre las calorías que se toman y pierden. Es decir, tomamos más calorías de las necesarias y quemamos menos de las necesarias.
Como consecuencia de todas ellas aparece la enfermedad y, junto a ella, otras alteraciones patológicas como la hipertensión, el riesgo cardiovascular, la diabetes, el ictus y un mayor riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer. Según las estadísticas españolas, una de cada 12 muertes tiene en la actualidad una relación directa con la obesidad. Además, según estos datos, el 14,5% de los adultos es obeso y el 39% tiene sobrepeso.
Obesidad infantil
En los últimos años el problema de la obesidad ha tenido una incidencia directa en otro segmento de la sociedad. De hecho, según el Ministerio de Sanidad español, la obesidad infantil, sobre todo entre los 6 y los 12 años, es del 16,1%, un punto y medio por encima de los adultos. Estos datos sitúan a España en segundo lugar por detrás de Gran Bretaña en la clasificación de países europeos. Además, desde 1984 se ha triplicado el porcentaje de niños obesos.
Todos los expertos han buscado las causas de este crecimiento. Consideran que los cambios en la alimentación de los niños en los últimos años están relacionados. Hay que tener en cuenta que nuestra sociedad desgraciadamente se aleja de la dieta mediterránea, y que cada vez tomamos más alimentos cocinados, y cada vez más comida rápida.
Así, nuestros niños han sustituido el bocadillo tradicional y el agua con refrescos. Además, muchos niños no desayunan bien, algunos no desayunan y cada vez hacen menos deporte. En consecuencia, la obesidad infantil se ha convertido en un problema prioritario de nuestro sistema de salud, ya que el 80% de los niños obesos también serán obesos al madurar, padeciendo otras alteraciones que acompañan a la enfermedad y una mala calidad de vida. De cara al futuro, los pronósticos no son nada optimistas: si no se adoptan medidas inmediatas, en 2030 el 60% de la población europea será gorda. Y en cuanto al coste, los datos también son representativos. Sólo en España, la obsidad supone un gasto de 2.500 millones de euros, el 7% del gasto sanitario total.
Medidas de control de la obesidad
Las primeras medidas de control de la obesidad, tanto en niños como en adultos, están relacionadas con el control de la alimentación. Reducir el consumo de grasa animal y controlar el consumo de carne, huevo, azúcares y bollería. El aceite de oliva, las verduras, los cereales, la pasta, el pescado, las judías verdes y las frutas deben convertirse en la base de nuestra alimentación. Y debemos convertir el deporte en una práctica costumbrista. Todos debemos incorporar alguna actividad física en nuestra vida, por ejemplo: caminar 30 minutos después de trabajar, subir escaleras todos los días en lugar de coger el ascensor, ir al monte o a la playa los fines de semana, etc.
Sin embargo, en algunas situaciones, sobre todo en las más graves, todas estas medidas no dan resultados positivos. En estos casos hay que buscar otras soluciones. Uno de ellos son los tratamientos farmacológicos.
Algunas de las bebidas mágicas que aparecen en la televisión y en las revistas son conocidas para todos, y con ellas se pierden 15 kilos de repente. Para no engañar y solucionar el problema de la obesidad, olvídate rápidamente de todos estos tratamientos mágicos y consulte al médico o al endocrinólogo, ya que todos los casos son diferentes.
Si tomamos algún medicamento, además de ser seguro, debemos asegurarnos de que es efectivo. Para ser considerado efectivo, el medicamento debe evitar un 5% de su peso respecto a un placebo, además de mantener esta pérdida de peso durante un año.
Actualmente, los únicos medicamentos que han demostrado su eficacia son la orlistat y la sibutramina. El primero bloquea la enzima lipasa del área, provocando una reducción del 30% de la absorción de grasa, mientras que el segundo actúa sobre el sistema nervioso central dando al paciente una sensación de saciedad.
También destaca el medicamento rimonabante en la tercera fase de ensayos clínicos. Este medicamento es un inhibidor de los endocanabinoides receptores que regulan el apetito y se ha anunciado su comercialización en 2006.
Operación
Sin embargo, en casos de extrema gravedad se necesita cirugía para eliminar la grasa sobrante. Sin embargo, sólo cuando el IMC del paciente es superior a 40, los médicos recomiendan operarse, ya que la cirugía es peligrosa. Prueba de ello son las 8 muertes ocurridas en 2004.
Se realizan tres tipos de intervenciones para reducir la capacidad del estómago. Por un lado, existe una técnica restrictiva que consiste en colocar una banda flexible alrededor del estómago para reducir su capacidad. Existen técnicas derivadas. En ellos se realiza un cortocircuito entre el esófago y el intestino delgado para reducir la trayectoria del alimento en el aparato digestivo. Por último, el sistema mixto más utilizado. Esta técnica consiste en reducir el contenido del estómago mediante un by-pass. En cualquier caso, cualquier intervención quirúrgica requerirá una cuidadosa selección del equipo médico y del hospital para evitar negligencias.
La obesidad XXI. Podemos definirlo como una epidemia del siglo XX. Los efectos adversos futuros de esta perturbación requieren medidas inmediatas de variante, sobre todo para controlar los problemas alimenticios de los niños de hoy, de los adultos de mañana.
Gai honi buruzko eduki gehiago
Elhuyarrek garatutako teknologia