}

El hombre, un ser de destrucción masiva

2018/05/28 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

En más de un lugar han mencionado que nuestra especie es una plaga: hemos colonizado todos los rincones del planeta y el crecimiento de la población es continuo. Sin embargo, del total de seres vivos, sólo somos el 0,01%. Ahora bien, si nos fijamos en la capacidad de destruir otras especies, entonces sí, no tenemos más remedio que aceptar que entonces somos plagas: hemos eliminado el 83% de los mamíferos silvestres y el 50% de las plantas.

Estos datos han sido aportados en la revista científica PNAS en el artículo titulado “Distribución de la biomasa en la Tierra”. Es el estudio más grande y completo para medir el peso de cada especie, según los autores, y ha servido para aclarar algunas falsas convicciones. Por ejemplo, está muy extendido que muchos seres vivos sean marinos. La investigación, sin embargo, sitúa al 1% de los seres vivos en el mar. La mayoría de los seres vivos son terrestres y muchos de ellos son bacterias que viven bajo tierra.

Paralelamente, la investigación ha puesto de manifiesto la enorme influencia que tiene nuestra especie en otras. Ejemplo de ello son los pollos de granja, que representan el 70% de las aves de todo el planeta y que sólo representan el 30% del total. Los números son aún más significativos en el caso de los mamíferos: el 60% de los mamíferos son animales (principalmente bovino y cerdos), el 36% somos seres humanos y sólo el 4% son mamíferos silvestres.

Los científicos ya han advertido que estamos viviendo la sexta gran destrucción. Las grandes extinciones anteriores fueron provocadas tanto por la vida como por la vida. Es muy conocido, por ejemplo, lo que ocurrió hace 65 millones de años, cuando un asteroide golpeó la Tierra: además de los dinosaurios, se perdieron el 15% de las familias marinas. Aunque está asumido que el “culpable” de esta pérdida fue asteroide, todavía no está claro en qué medida participaron otros factores como los volcanes. Pero en la actual gran destrucción no hay duda de que somos los agentes.

El estudio de la biomasa ha profundizado en esta idea y ha puesto de manifiesto la importancia de nuestro hábito alimentario en otros seres vivos. En este sentido, los investigadores han advertido que el consumo de carne tiene una gran incidencia en el medio ambiente y en otros seres vivos, tanto en plantas como en animales.

Y paradójicamente, nuestra especie tiene poco peso respecto a otros seres vivos: tres veces menor que los virus y lombrices, 12 veces menor que los peces y 200 veces menor que los hongos. Somos pequeños, pero con una gran capacidad de destrucción.

Publicado en Berria

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia