Frito, cocido, asado... y por último secuenciado
2011/09/01 Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria
El esfuerzo conjunto de 26 centros de investigación de todo el mundo ha permitido secuenciar el genoma de la patata. Al igual que el arroz, el trigo y el maíz, la patata es uno de los alimentos básicos del mundo, pero hasta ahora no han podido descodificar su genoma, ya que es una especie muy compleja genéticamente.
La patata tiene 39.000 genes codificadores y es tetraploide, es decir, cada célula tiene 4 copias de cada cromosoma. Además, suele aparecer un alto grado de heterocicepción, es decir, hay muchas diferencias entre las cuatro copias. Las diferencias pueden ser, por ejemplo, la aparición de unos genes y en otros no. Por eso es muy difícil secuenciar completamente el genoma de la patata.
Conscientes de esta complejidad intrínseca de las patatas convencionales, los investigadores buscaron una variedad con un genoma más simple para que pudiesen simplificarlo aún más. Se eligió una variedad que crece en América del Sur, que se denominó DM, a diferencia de las otras patatas, que contiene el genoma diploide (dos copias de cada cromosoma). A partir de ahí se cogió una de las dos copias de cada cromosoma y se dobló. De esta manera se aseguró que ambas copias eran idénticas y entonces sí, pudieron secuenciarse casi en su totalidad.
El principal resultado obtenido en el primer análisis ha sido la búsqueda de 800 genes en el genoma de la patata que los convierten en resistentes a las enfermedades. Los resultados han sido publicados en la revista Nature.
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