Francisco J. Yndurain: "Reconocer más que dinero
Francisco J. Yndurain: "Reconocer más que dinero

Pues no sé... La verdad es que me lo paso bien trabajando, tengo curiosidad y me gusta mucho resolver problemas. Quiero saber cómo funcionan las cosas y de eso se ocupa la física. Así que me gusta la física.
En realidad no es un camino equivocado, pero tampoco el más directo. Ocurre que en aquella época --me refiero a la dictadura - en España, en concreto en Zaragoza, la física tenía un nivel muy bajo, y yo quería tener buenos estudios. Por eso, después de un año estudiando física, pasé a las matemáticas. Así que me licencié en la Universidad de Zaragoza y luego sacé la cátedra.
Luego volví a la física, y hay que decir que desde entonces el nivel de la física en España ha mejorado mucho. Ahora es muy bueno, en algunos ámbitos estamos por encima de la media europea. Por ejemplo, estamos muy bien en lo que yo trabajo, en la física teórica de las partículas elementales.

Llevo más de cuarenta años publicando artículos científicos, y sí, los últimos se refieren a estas partículas subatómicas. Pero son cuarenta años y en ese tiempo cambia mucho uno. Primero empecé con la física matemática, como es normal, porque era de las matemáticas, y luego pasé a una física más fenomenológica, más próxima al experimento.
La distinción entre ciencia básica y ciencia teórica se hace a menudo y es cierto que existe. Pero la experiencia de muchos años nos demuestra que las investigaciones que se realizan en la ciencia básica siempre suponen un avance en la ciencia aplicada. Y eso es así, en la medida en que muchas veces uno no lo imagina.
Por ejemplo, en la investigación de partículas elementales era necesario idear un detector para detectar las partículas gamma. Y luego este detector ha servido para detectar el cáncer. De hecho, la técnica denominada PET se basa en estos detectores y es extremadamente buena, muy precisa y detecta la enfermedad en sus fases iniciales.

Mira, en la investigación ocurre muchas veces lo que le pasó a Cristóbal Colón. Colón partió a las Indias y en el camino se encontraron América. En la investigación ocurre lo mismo, cuando vas en busca de algo corres el riesgo de encontrarte con lo que no esperas. Eso sí, para ello es necesario trabajar y estar atentos.
El otro día escuché al lehendakari Ibarretxe en una conferencia. Se refería a la ciencia y me parece que aquí se toma bastante en serio el tema y que los investigadores reciben más ayuda que en muchos lugares de España.
Pero no todo es dinero. Por ejemplo, yo con el dinero no tengo problemas. Un físico teórico no necesita mucho dinero para empezar, basta con tener un ordenador, una conexión para recibir datos, un lápiz y un papel para hacer cálculos. Otros, como los físicos experimentales, necesitan dinero para avanzar.
Pero más que dinero, necesitamos que nos tomemos en cuenta, que las administraciones tengan en cuenta lo que dicen los científicos. En cualquier caso, la administración hace lo que la sociedad demanda y parece que a la propia sociedad no le interesa demasiado la ciencia, al menos no lo suficiente para gastar el dinero en ello. Parece que hay otros temas que tienen prioridad en esta sociedad y no nos queda más remedio que aceptar a este científico. Antes, cuando estaba Franco, le echábamos la culpa, pero ahora toda la sociedad tiene la responsabilidad.

Sí, pero ahí también tenemos dificultades. Por ejemplo, con el periodista Juanjo de la Iglesia hice un hueco en Localia. Trataba de explicar los temas científicos de una manera sencilla y atractiva, y lo pasábamos muy bien haciendo el programa. Creo que los espectadores también les gustaban. Pero un día a alguien se le ocurrió quitar el hueco. En su lugar, decidieron poner una serie de amor, ¡y eso les permitiría ganar más espectadores! Es un indicador del desinterés de la gente.
Con los libros he tenido más suerte. Por ejemplo, en 1998 le dieron el premio La Golondriz de humor inteligente a uno de mis libros. ¿Quién anda ahí? (Quién anda ahí?) El título es, y no es de divulgación científica, sino de especulación. Habla de la posibilidad de que haya seres inteligentes fuera del planeta Tierra, de la posibilidad de comunicarse con ellos, etc. y la edición está agotada.
Eso es. Y, al igual que la NASA, muchos otros utilizan esta idea para justificar sus investigaciones o hacer propaganda. Por ejemplo, cuando en la Tierra se encuentran seres vivos en condiciones extremas --frío o calor extremo, concentraciones de sales muy altas, radiactividad, etc.- es frecuente que se mencione a Marte. Si en la Tierra hay vida en condiciones tan duras, es posible que también haya vida en el planeta rojo. Pero las condiciones de Marte son mucho más duras que las de la Tierra.
Marte es bonito para tomar vida alienígena. Se encuentra cerca de la Tierra, es aparentemente normal en comparación con otros planetas y se perciben indicios de que alguna vez ha tenido agua. Pero no tiene atmósfera, hace mucho frío y hoy en día no hay restos de agua líquida, al menos en la superficie. No cumple, por tanto, con las condiciones de ser un buen lugar para vivir. Sin embargo, deben vender de una u otra manera las investigaciones que allí se realizan y la esperanza de encontrar una vida alienígena es la excusa perfecta.

El sistema universitario que tenemos es lamentable. El sistema de designación de los rectores es una demagogía. Por ejemplo, los alumnos y el personal de la administración no tienen derecho a votar en ningún otro lugar, y es lógico porque no tienen por qué saber cómo funciona la universidad.
En EEUU, por ejemplo, un comité elige al rector. El Rector, por ejemplo, debe responder ante esta comisión, indicando en qué ha gastado el dinero. En España, sin embargo, nadie pide cuentas al rector y por eso la universidad está perdiendo el norte. Y lo que está claro es que nuestros jóvenes se merecen un mejor sistema.
Buletina
Bidali zure helbide elektronikoa eta jaso asteroko buletina zure sarrera-ontzian