Debate en el océano abierto
2009/01/31 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia
Su nombre indica bien el núcleo del proyecto: Impulsado por India y Alemania, su objetivo es la fertilización del mar. Concretamente, el barco cuenta con 50 científicos procedentes de varios países europeos, uno francés y dos españoles, chilenos e indios, cuyo objetivo es analizar las consecuencias de fertilizar el mar con sulfato de hierro.
El fitoplancton, al crecer, toma dióxido de carbono disuelto en el agua. (Foto: NOAA)
Este tipo de experimentos no están autorizados. Algunos científicos creen que el enriquecimiento del mar en hierro puede ayudar a combatir el cambio climático. De hecho, el fitoplancton, el conjunto de plantas microscópicas que forman parte del plancton, necesita hierro para crecer, por lo que cuando hay mucho hierro aumenta. Al crecer toma el dióxido de carbono presente en el agua y lo convierte en materia orgánica. Por otra parte, el dióxido de carbono en el agua está en equilibrio con el de la atmósfera, por lo que a medida que el fitoplancton toma dióxido de carbono, el contenido atmosférico pasa al mar. Así, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera disminuye. Por ello, algunos científicos creen que el impulso del proceso puede ser útil para combatir el cambio climático.
Sin embargo, el dióxido de carbono convertido en materia orgánica por el fitoplancton no se queda necesariamente en el mar. Si esta materia orgánica se hunde y alcanza los 3.000 metros de profundidad, el dióxido de carbono queda atrapado durante siglos. Por el contrario, si en lugar de hundirse, los microorganismos y pequeños animales marinos ingieren fitoplancton, el dióxido de carbono se liberará a la atmósfera.
Por lo tanto, no está nada claro si la fertilización del océano con hierro podría beneficiar al clima. Es más, algunos investigadores creen que este tipo de experimentos pone en peligro el equilibrio entre los seres vivos marinos y pueden causar grandes daños en el ecosistema marino.
Por si acaso...
De hecho, en los últimos quince años se han realizado algunos experimentos, pero como no han llegado a conclusiones claras, la Organización de las Naciones Unidas decidió el año pasado suspender este tipo de experimentos. La decisión se tomó en la reunión del Convenio de Diversidad Biológica y fue firmada por 191 países. Entre ellos no estaban Estados Unidos, pero sí Alemania.
Para muchos, el proyecto LOHAFEX rompe este acuerdo. Existe una excepción en el convenio que permite realizar pequeños experimentos de fertilización en el litoral. La actual, sin embargo, no es ni litoral ni pequeña: Se desarrollará en mar abierto al sureste del Atlántico y consistirá en la emisión de seis toneladas de sulfato de hierro en un área de 300 kilómetros cuadrados.
Según los investigadores que dirigen el experimento, el objetivo es medir las partículas orgánicas que se hunden y analizar su influencia en los pequeños crustáceos marinos (krill). De hecho, en la zona de experimentación se ha reducido el krill en un 80%, principal alimento para ballenas, pingüinos, focas y otras especies marinas.
Para muchos, sin embargo, el experimento no es aceptable y el propio ministro alemán de Medio Ambiente ha pedido su retirada. Sin embargo, los responsables del proyecto siguen adelante con su intención. El tiempo mostrará cómo se acabará el asunto. En cualquier caso, se ha puesto de manifiesto que detrás del tema del cambio climático hay grandes intereses, por lo que es lógico pensar que este debate no será el último.
Publicado en Gara
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