Energías no renovables
1991/11/01 Irazabalbeitia, Inaki - kimikaria eta zientzia-dibulgatzaileaElhuyar Fundazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria
En este apartado de las energías no renovables tenemos las energías fósiles y la energía nuclear. Hablaremos de ellos y no de lejos, porque por un lado las energías fósiles son bastante conocidas, y por otro lado, la apuesta por la energía nuclear, sobre todo por la de fisión, porque no la veo correcta y adecuada. Expondremos únicamente la energía nuclear de fusión, que puede cumplir las mismas características que se indican en el esquema de planificación energética antes mencionado.
Energía nuclear de fusión
Si la base de la fisión nuclear es la rotura de los átomos, la de la fusión consiste en la unión de pequeños átomos de mayor tamaño. En este proceso de unión de los átomos se libera el input energético. La energía de las estrellas de nuestro universo proviene de procesos de fusión nuclear.
A la hora de plantear la fusión nuclear son posibles cuatro opciones teóricas:
Se observa la tercera de estas reacciones de obtención de energía de forma más adecuada. De hecho, de la energía producida en esta reacción, 3,5 MeV se utilizan para mantener la reacción y la otra parte de 14,1 MeV aporta energía recuperable en forma de calor. Por lo tanto, si se inicia la reacción, la reacción sólo fluye. Sin embargo, es muy difícil iniciar la reacción. Para poder fusionar los átomos sus núcleos deben estar muy cerca y al estar cargados eléctricamente se alteran entre sí. Se trata de superar la fuerza de Coulomb internuclear. La energía gravitatoria en el Sol es lo que hace. En el suelo, por el contrario, no se puede hacer, sólo se puede conseguir calentando.
En las bombas nucleares de fusión, es decir, en las bombas de hidrógeno, la gran cantidad de calor necesaria para iniciar la reacción de fusión se obtiene mediante la explosión de una bomba atómica convencional. La clave está en dar este calor controlado. Todavía no se ha conseguido y los esquemas actuales proponen almacenar el combustible como plasma en una sala magnética (configuración llamada Tokamas). El primer problema es calentar el plasma (se necesitan 80 millones de grados) y después mantener el calor durante el tiempo suficiente para iniciar la reacción. En ese camino se están investigando.
Eso es un camino caliente.
Varios investigadores defienden que también es posible el camino frío para superar la fuerza coulombiana. Según ellos, la energía nuclear de fusión puede realizarse a temperatura ambiente o a temperaturas más normales. Fischmann y Pons promulgaron en 1989 la fusión controlada en una barrica electrolítica. Hubo un gran revuelo, pero no se ha comprobado. Los científicos están muy escépticos ante este procedimiento.
Aunque los impulsores de la fusión proclaman que la energía nuclear de fusión es limpia, no existe. Es mucho más limpio que la fisión, es decir, genera menos problemas de radiactividad, es cierto, pero el problema de los residuos radiactivos está ahí. Por un lado, el tritio que se propone como combustible es un emisor de~ con una vida media de 12,3 años. Por otro lado, los neutrones resultantes inducen reacciones nucleares en los materiales. Este es uno de los problemas de las actuales centrales de fisión. Es decir, los materiales que constituyen la estructura de la central se convierten en radiactivos por el efecto de los neutrones producidos en la reacción.
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