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La cuestión de los embriones híbridos

2007/09/22 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Las células madre aparecen con frecuencia en los medios de comunicación. La última noticia ha llegado de Gran Bretaña, donde se ha dado el visto bueno a la posibilidad de realizar embriones híbridos para la obtención de células madre. La ley ha sido elaborada por la SAME, autoridad reguladora de la fecundación humana y la embriología, a petición de las dos universidades del país.
Un conjunto de células madre del embrión humano.

De hecho, la ley es bastante atrevida, ya que es la primera vez que en Gran Bretaña se ha autorizado la mezcla de ADN humano y ADN animal (aunque apenas tiene ADN animal). Lo han hecho con un objetivo claro: que los investigadores puedan obtener células madre embrionarias sin tener que utilizar los óvulos de las mujeres.

Sin embargo, a algunos les ha causado preocupación y temor. Sin embargo, la extensión de una preocupación social desproporcionada es un riesgo que puede llegar a entorpecer las investigaciones. Para que esto no ocurra es imprescindible conocer qué son las células madre, cómo se obtienen y para qué se utilizan.

Oportunidades y limitaciones

De hecho, las células madre embrionarias constituyen una materia prima de enorme interés para los investigadores. En el cuerpo tenemos más de doscientos tipos de células. Cada tipo tiene sus peculiaridades, ya que está especialmente diseñado para cumplir con las funciones que debe realizar. Pero todos tienen el mismo origen: un óvulo fecundado por un espermatozoide. Las primeras células del embrión recién nacido tienen la capacidad de convertirse en todo tipo de células, que se pierde a medida que el embrión crece y las células se especializan. Son, por tanto, las primeras células que interesan a los investigadores. Estas son precisamente las células madre.

Las células madre son una herramienta muy valiosa para los investigadores.

En los tejidos de la persona adulta también hay células madre, por ejemplo, las células especializadas en sangre proceden de células madre de la médula ósea, como los glóbulos rojos y blancos. Sin embargo, al ser las células madre de los tejidos adultos más especializadas que las del embrión, tienen limitada su capacidad de administración.

Sin embargo, varios grupos de investigadores intentan reprogramar estas células madre de los tejidos adultos para que sean como las del embrión. Sin embargo, los resultados no son tan satisfactorios como se esperaba. No sólo porque no acierten totalmente a reprogramar las células tal y como se desee, sino que, en comparación con las de origen embrionario, las células madre de los tejidos adultos son más difíciles de usar en laboratorio, difíciles de conservar y se multiplican lentamente.

Así, muchos investigadores creen que las células madre de los embriones son las más adecuadas para la investigación. El objetivo de estos estudios es investigar en profundidad el comportamiento celular, conocer mejor algunas enfermedades (enfermedades de Alzheimer o Parkinson, diabetes...) y probar nuevas terapias. A largo plazo, los investigadores también tienen la esperanza de que puedan dar respuesta a las enfermedades mencionadas.

Intentando superar las dificultades

Pero la investigación con células madre de embriones también tiene dificultades. La primera es la obtención de células madre. En muchos países está prohibido el uso de embriones, las células madre se extraen de embriones de unos pocos días y luego se destruyen. Y esto no es éticamente aceptable para ciertos sectores de la sociedad.

El proceso de extracción de óvulos es muy duro para la mujer.

En otros países se permite la utilización de embriones excedentarios de fecundación asistida para la extracción de células madre. Pero esto tampoco lo soluciona todo, porque por un lado hay un número limitado de embriones y, por otro, a veces los investigadores necesitan células con información genética de una persona determinada, por ejemplo, para investigar la enfermedad de una persona. Para ello utilizan la técnica conocida como clonación.

En esta técnica, los investigadores toman una célula de la persona adulta, como una célula cutánea, y extraen información genética (núcleo). Después, introducen esta información genética en un óvulo que tiene el núcleo suprimido y la activan para que comience a desarrollarse. El embrión así creado es un clon de la persona adulta.

Los investigadores dejan crecer durante unos pocos días en el laboratorio y entonces extraen células madre. El embrión se pierde y las células extraídas son conducidas por los investigadores a ser el tipo de células deseadas, como el cerebro, el páncreas... Estas células son un ejemplo de investigación de la enfermedad que les interesa.

Además de ello, las células madre de los embriones necesitan otras tareas de investigación para las que la técnica de clonación es apropiada. El problema es que hay pocos óvulos femeninos. Además, la propia donación de óvulos es éticamente discutible, ya que el proceso de extracción de óvulos a una mujer es muy duro para ella. Además, en muchos lugares el donante recibe dinero en pago, lo que supone que muchos donantes sean mujeres que necesitan económicamente.

Los investigadores han ideado una solución para evitar la necesidad de óvulos femeninos: el uso de animales. Al ser eliminado el núcleo y sustituirlo por una célula humana, la información genética del embrión que generan es del hombre, el 99%. El 1% restante es información genética de las mitocondrias presentes en el citoplasma de la célula animal.

A eso se ha llamado el embrión híbrido, y ahora la ley británica permite hacerlo. ¿Híbridos? Sí, pero no como los centauros (mitad hombre, mitad caballo) o las náuticas (mitad mujer, mitad pez). Los embriones híbridos tienen un claro objetivo: ser fuente de células madre para la investigación, que han regulado en Gran Bretaña. Ahora, las investigaciones dan sus frutos.

Publicado en Gara.

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