Alimentos, inflamación y enfermedades cardiovasculares
La evidencia científica sobre la dieta y la salud se va conociendo paulatinamente. En las ciencias de la salud las diversas causas de muchas enfermedades y las diferentes formas de influencia de los factores de riesgo o de los factores preventivos dificultan la obtención de conclusiones claras. En el campo de la alimentación la investigación es aún más compleja, porque los seres humanos somos omnívoros y porque nuestra dieta no siempre es la misma, sino que cambia con la edad y a lo largo de la estación. A menudo, tenemos que esperar muchos años desde que se recoge la información de la exposición hasta que aparece la enfermedad.
Con el objetivo de obtener información más sólida, este trabajo de divulgación se basa en las revisiones de las investigaciones y en los metanálisis. En este tipo de trabajos se analizan todos los artículos publicados con los parámetros establecidos y los criterios mínimos de calidad (publicados en revistas indexadas). De esta forma, se reduce la información puntual incoherente (que puede variar con el tiempo).
En un artículo anterior (Aurrekoetxea, 2021) estudiaba la influencia del consumo de grasa en las enfermedades cardiovasculares, tratando de superar las predicciones anteriores, promovidas por los propios médicos y por los más prestigiosos investigadores de la relación entre las enfermedades cardiovasculares y los alimentos. Este artículo pretende acercar al lector la evidencia científica sobre la influencia de los alimentos, tanto en la inflamación (inflamatoria) como en las enfermedades cardiovasculares.
Enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares forman un grupo heterogéneo de problemas que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos. Entre ellas, la más importante es la aterosclerosis (arterioesclerosis). Estas enfermedades se caracterizan por la inflamación, el estrés oxidativo, la proliferación celular, la hipertrofia y la reconversión anormal del corazón o de los vasos sanguíneos. La aterosclerosis tiene graves consecuencias: enfermedad coronaria, cardiopatía isquémica, infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular, ataque cardíaco, enfermedad arterial periférica e hipertensión, principalmente. Las estadísticas actuales indican que en todo el mundo hay más de 500 millones de personas afectadas por enfermedades cardiovasculares, mientras que en 2021 murieron 20,5 millones de personas con enfermedades cardiovasculares, lo que supone casi un tercio de la mortalidad total mundial (Jiang, 2025).
Inflamación
La inflamación es la respuesta del sistema inmunitario a los daños en los tejidos por infección, lesión o irritación. Es la reacción natural del cuerpo para protegerse y reparar el daño. La inflamación indica la respuesta inmunitaria del organismo a los agentes inflamatorios o a la lesión celular. La inflamación crónica de bajo nivel se asocia a la aparición y aceleración de enfermedades asociadas a la edad, así como a un mayor riesgo de diversas enfermedades no transmisibles. La Organización Mundial de la Salud ha identificado las enfermedades no transmisibles como principal amenaza para la salud y la sostenibilidad. La incidencia mundial de enfermedades crónicas relacionadas con la inflamación, tales como las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2 y algunos cánceres específicos, se intensificará en las próximas tres décadas. con el objetivo de reducir la mortalidad temprana hasta 2030 en un 30% a través de la prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles, se ha incrementado el interés por la relación entre dieta y enfermedades (Reineke, 2025).
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