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El sedentarismo también consume energía

2001/11/25 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Cuando llega la factura de la compañía eléctrica el consumidor se da cuenta del gasto que generan los electrodomésticos. Además hay electrodomésticos que sin darse cuenta consumen las 24 horas del día. Por el momento, descartando la indiferencia, este consumo se puede reducir, pero al introducir la nueva era de la domótica, ese consumo inconsciente se volverá imprescindible.

Una sencilla recomendación para reducir la factura eléctrica es que nunca dejes los electrodomésticos en reposo. Cuesta mucho más dejar el televisor "medio apagado" del mando que levantarse y apagarse desde el propio aparato. ¡Sí, sí lo has leído bien! A veces, por comodidad, la televisión se apaga más fácilmente del mando que del interruptor, pero los electrodomésticos que se dejan en reposo consumen mucho más de lo que se esperaba. Y el gasto doméstico sube innecesariamente.

Los vídeos, grabadores, cargadores de teléfonos, televisores, ordenadores, cocinas, microondas programables, contestadores automáticos de teléfonos, motores de las puertas de los garajes, impresoras y otros aparatos sólo dejan de consumir electricidad cuando se desconectan. Y eso, desconectar, nunca se hace, porque de lo contrario se perdería la programación. La deposición se produce entre el 3 y el 13% de los electrodomésticos, lo que supone el 2% del consumo en los países desarrollados. Hace unos años, antes de salir de vacaciones, bastaba con sacar el enchufe o el lodo al frigorífico para asegurarse de que no se iba a consumir electricidad innecesaria. En la actualidad, la consecución de este objetivo es prácticamente imposible.

Salvo en época de vacaciones, el refrigerador permanece encendido prácticamente todo el año en la mayoría de las casas.

Quien quiera medir el consumo energético debe fijarse en el nivel de consumo de cada aparato al comprar los electrodomésticos. Normalmente, los aparatos de bajo consumo energético suelen ser más caros, pero a medio o largo plazo se compensa la diferencia de precio. Los electrodomésticos, en función del consumo eléctrico, se clasifican en A, B y C. Los del grupo A son los de menor consumo, los del B los de consumo medio y los del C los de consumo normal. La mayoría de la gente no conoce estas clasificaciones y quienes las conocen tampoco siempre eligen los electrodomésticos de menor consumo, ya que suelen ser más caros.

La programación de electrodomésticos y sistemas automáticos han hecho posible vivir más cómodamente y con mayor seguridad en las viviendas. Muchos de estos sistemas automáticos ya son conocidos. Así son, por ejemplo, los aparatos para encender la calefacción una hora antes de que llegue a casa o apagarla cuando uno quiera, y los aparatos para encender o apagar las luces a una hora determinada. Al igual que éstos, los automatismos en materia de seguridad han cobrado gran importancia, como alarmas antirrobo, dispositivos que detectan la existencia de fuego o fugas de gas o agua, etc. Hay más sistemas de automatización: mandos de apertura de puertas, contestadores automáticos, acumuladores eléctricos de ahorro de energía, etc.

Pero el desarrollo no se ha limitado a eso y, posteriormente, llegó la domótica. Una de las palabras nuevas de la década pasada.

La era de la domótica

Los sistemas de domótica permiten controlar telefónicamente todos los electrodomésticos a través del Domo Maestro.

La domótica, en definitiva, consiste en agrupar las funciones de automatización en un único sistema. La ventaja de esta integración es que se necesita una sola instalación, que el usuario aprenda el funcionamiento de un único sistema, que el usuario se relacione con una empresa y un sistema de asistencia técnica y, lo más importante, que al estar integrados todos los sistemas, el servicio sea más optimizado, por ejemplo, cuando se pone en marcha el sistema antirrobo, el sistema domótico puede entender que la casa se ha quedado vacía y reducir la temperatura unos grados al mismo tiempo ahorrar energía.

En Euskal Herria hay varias empresas que han lanzado al mercado el sistema de redes domóticas. Fagor, por ejemplo, junto con el centro de investigación Ikerlan en Arrasate, lleva tiempo trabajando en este campo. El resultado de este trabajo ha sido Fagor Sare Domótica. En esta red se han integrado los electrodomésticos, los calentadores y las herramientas de seguridad y comunicación. El núcleo del sistema es el Domo Mayor, que controla y monitoriza los aparatos domésticos a través del teléfono.

Para dar las órdenes, el Domo Mayor utiliza la instalación eléctrica de la casa, por lo que no es necesario realizar una nueva instalación. El sistema es totalmente modular, es decir, el usuario elige los aparatos y aplicaciones que desea introducir en la red domótica. Es el trabajo que puede realizar el propio usuario para introducir o sacar algún elemento de la red, ya que se programa fácilmente. De hecho, en las oficinas y talleres hay gente que se encarga del mantenimiento y de la instalación, pero no en los hogares. Las ventajas tecnológicas del futuro también beneficiarán al sistema domótico.

En este sentido, CENELEC, entidad europea que regula la calidad de las instalaciones eléctricas, aprobará una nueva normativa para mejorar la calidad de la comunicación a través de la red eléctrica de los hogares.

Quienes investigan para mejorar las instalaciones domóticas, además de optimizar la red eléctrica, tienen otra línea de investigación: las comunicaciones por radio. Este tipo de sistemas se conocen desde hace tiempo: los auriculares inalámbricos o los tradicionales instrumentos de mando para abrir las puertas del garaje, por ejemplo, utilizan la comunicación vía radio. Este tipo de comunicaciones es barata, pero como estas utilizan la misma radiofrecuencia, se producen numerosas interferencias.

Los expertos también tienen una gran esperanza en el impacto de Bluetooth, la nueva tecnología de radio, en la domótica. En definitiva, la tecnología Bluetooth permite conectar todo lo que se conecta por cable sin necesidad de utilizar cables. Pero no se limita a eso. Esta tecnología no es sólo para conectar el ratón, la impresora o cualquier otra cosa con el ordenador, sino que permite conectar dispositivos que no tienen relación directa y sincronizarlos automáticamente. Así, por ejemplo, el teléfono móvil puede utilizarse para abrir puertas, para conectar con electrodomésticos, para llevar documentos desde el teléfono al ordenador, para leer contadores, etc.

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